Está comprobado científicamente que dormir la siesta mejora el rendimiento y el nivel de alerta de las personas, sin embargo, hay un truco previo que hace que este hábito sea aún más efectivo: consumir cafeína.

Diversos especialistas recomiendan tomar un café antes de hacer una siesta corta (idealmente de 20 minutos) para un mejor funcionamiento del cerebro durante la segunda parte del día. Y es que el sistema nervioso central empieza a recibir los efectos de la cafeína aproximadamente después de 15 a 20 minutos de consumirla, por ende al despertarnos de ese breve descanso nos sentiremos más activos.

Lo que hace el café es aumentar la producción de adrenalina y bloquear los receptores de adenosina, un neurotransmisor que provoca somnolencia.

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Cuando la adenosina alcanza un determinado nivel durante la actividad normal del cerebro, se une a unos receptores en las neuronas provocando una sensación de cansancio, que solo puede ser eliminada de forma natural al dormir.

Si tomamos café antes de la siesta, la cafeína tendrá tiempo de pasar por nuestro sistema digestivo, llegar a la sangre y luego al cerebro mientras dormimos, momento en el que también los niveles de adenosina estarán bajando. Así, la cafeína empezará a actuar en los receptores que quedaron libres justo cuando nos despertemos.

Si por el contrario, solo tomamos café para seguir activos y no descansamos ni siquiera un poquito, la cafeína no será tan efectiva debido a que los receptores seguirán ocupados por la adenosina.

Foto: Pexels.



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