El músico, guitarrista, compositor, docente y productor musical, Sebastián Centurión, más conocido como Sebcent, presentó Desenterrarte, el tercer corte del EP 1977. El tema está disponible en todas las plataformas digitales de música.
Fundador de bandas nacionales como Pornostars, Eirasofia y Burdelking, Centurión empieza a experimentar con otros sonidos, los cuales lo llevan a presentar este EP titulado 1977.
Desenterrarte es un adelanto de su nueva etapa compositiva: se trata de una canción de rock con un sonido más íntimo y profundo, diferente a sus trabajos anteriores, los cuales estaban más relacionados al hard rock o nu metal.
La letra proyecta la toxicidad familiar; el momento en que el amor sobreprotector puede dañar más y sin intención. La canción, que cuenta con un video lyric en el canal de YouTube del artista, tiene de invitado al cantante Leandro Giménez, de ManoHermano.
Asimismo, suma las voces de Héctor Castro (solista), Sebastián Acosta (Ovejas Negras), Juancho Ojeda (Acero) y Renata Centurión (hija de Sebcent).
El artista empezó a trabajar en el EP 1977 a mediados del año 2020. Montó un home studio donde trabajó solo en la producción del material, desde la grabación hasta la masterización y la mezcla.
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“La inspiración para los temas suele venir en los momentos difíciles”
La banda celebra sus 25 años de carrera y prepara un nuevo álbum que se irá presentando en los siguientes meses. La agrupación ofrecerá un concierto de aniversario el siguiente fin de semana.
Decir que una banda de rock paraguayo cumple 25 años de trayectoria y que prepara su sexto álbum de estudio sin dudas se inscribe en la columna de las buenas excepciones en la escena local, un logro en puertas de Salamandra. Formado actualmente por Javier Zacher (voz y guitarra), Celso “Cachito” Galeano (bajo), Rodney Cords (guitarra) y José “Batoloco” Gaona (batería), este es un proyecto que reverberó por primera vez en la capital en los primeros años de la década del 2000.
Originarios de Ypacaraí, arribaron a la escena con virtuosas guitarras, conceptos claros y valijas enormes cargadas de sueños, que un cuarto de siglo después, tras mucho trabajo, hoy están llenas de aprendizajes, desafíos, aceptación del público y éxitos. Javier es el frontman de la banda, con un aire que mezcla la bohemia, el carisma constante, la picardía y la timidez, es el encargado de la pluma y la voz de Salamandra, y afronta el desafío de un nuevo proyecto: el sexto disco, esta vez con productores paraguayos, los hermanos Marcelo y David Arriola. Hace unas semanas lanzaron el primer adelanto, “La mentira”, y el próximo sábado 16 de agosto celebrarán sus 25 años en Voüdevil, donde presentarán los cortes “Cigarrillo” y “El dedo acusador”, este último con tinte folclórico. Zacher habló con La Nación del Finde sobre la historia de la banda y su presente de producción.
–Son 25 años de proyecto. ¿Qué cosas te parece que cambiaron en este tiempo y qué otras permanecen intactas?
–Lo que cambió bastante en estos 25 años es el conocimiento que fuimos adquiriendo con la experiencia en la música y en los escenarios. Lo que no cambió hasta ahora es que sigue siempre ese sueño, la ilusión de vivir de gira siempre, de tocar en nuevos escenarios. Siempre estamos con un sueño, hacer un disco más, subir a un escenario.
APRENDIZAJE
–¿Qué cosas aprendieron en este tiempo?
–En el escenario, hace 25 años no estábamos encontrando la presencia, el porte, esa performance, esa actitud que después fuimos forjando. Fuimos conociendo a muchos músicos en los escenarios y haciendo amistad con grandes músicos que también nos fueron enseñando cosas como armonía, progresiones, cosas de la tecnología, que hoy en día fueron cambiando también.
–¿Y en lo humano qué aprendieron en el relacionamiento entre ustedes?
–Realmente la relación con la banda es la más larga de mi vida y siempre va siendo prueba y error. Ya pasamos por muchos desacuerdos, también peleas, pero con el tiempo que llevamos juntos aprendimos también a ceder, aprendimos a hablarnos de lo que nos incomoda, que a veces justamente es algo difícil de hacer. Aprendimos que, si dejamos ayer abierta una heridita, con el tiempo se va haciendo cada vez más grande. Siempre se va aprendiendo y siempre lleva su esfuerzo.
–¿Cuáles podrían ser puntos altos o curvas que marcaron a la banda en este tiempo?
–Algo que empezó a darle vida a Salamandra mucho más allá de Ypacaraí creo que fue cuando entramos en un concurso para presentarnos a tocar a un festival. Lo que quedó de esa competencia fue que se hizo un recopilado pirata, un disco de MP3 de rock nacional, que tenía la foto de Laura Martino con el cuerpo pintado de Paraguay, era algo bien trucho. En ese disco había músicas de un montón de bandas, y entre los 300 temas estaban cinco canciones de Salamandra, que era un demo que habíamos hecho. Eran cinco temas que, al terminar, volvían a sonar, o sea, estaban dos veces. Yo creo, y me lo contaron, que ese disco hizo que mucha gente conozca la banda porque, de repente, se escuchan los temas dos veces y eso les llamaba la atención a muchos.
–¿Cuál fue el festival o concierto que más recordás?
–Uno de los conciertos que más disfruté en lo personal fue uno que hicimos acá en Ypacaraí. Un amigo se accidentó y se organizó un concierto solidario, porque se partió bastante mal. Bueno, cuando ya estaba toda la gente ahí para el show, se largó una lluvia, y cerramos nosotros, teníamos que tocar seis a siete temas. Como llovía, no iba a ser diferente si tocábamos un poco más, porque con la lluvia nadie iba a salir de ese lugar. Finalmente, nos pusimos a tocar como unas cuatro horas ahí para todos los perros. Ese es un concierto que realmente todos los días lo recuerdo.
–¿Cuál es tu escenario más soñado?
–Un escenario que siempre soñé fue el anfiteatro José Asunción Flores. Siempre que tenemos la oportunidad de estar ahí creo que es algo mágico. Recuerdo de muy chico ver el festival de la OTI por la tele y toda la historia que se contaba del anfiteatro. Siempre soñé con, alguna vez, ser parte de ese escenario.
SEXTO ÁLBUM
–Están con un nuevo disco en puertas
–Sí, estamos encarando el sexto álbum de Salamandra, en Covenant, y los productores son Marcelo y David Arriola. A mí me llenaba de intriga esta posibilidad, hace mucho que quería trabajar un disco con ellos. Empezamos ya en setiembre del año pasado a gestarlo desde las maquetas. Ahora tenemos ya cuatro canciones y vamos a ir tirando en tandas. Se siente lanzar como unos pequeños EP. En diciembre se completaría todo el álbum.
–¿Cuál fue el flujo de trabajo para este material?
–Antes de este disco nos encontramos en una etapa en la que ensayábamos los temas para los shows, y decidimos ponernos un día diferente de ensayo para dedicarnos netamente a hacer las canciones nuevas. Ahí nos encontramos con que estábamos un poco saturados de nosotros mismos, que sentíamos eso de estar haciendo lo mismo y, aunque te digo, hacer lo mismo no es algo que a mí me disguste para nada, pero era como que nos faltaba algo, un incentivo nuevo o una visión más fresca de lo que hacemos. Entonces, ahí fue donde paramos los ensayos, entonces llevamos la canción cruda al estudio con los productores, como son personas que conocen Salamandra, que trabajaron mucho ya con Salamandra.
–¿Son temas que surgieron para el disco o son ya temas que fueron juntando?
–A diferencia de discos anteriores, en los que presentamos temas que ya veníamos trabajando y que teníamos bien afianzados, este disco tiene canciones que se fueron desarrollando ahora, son sentimientos muy actuales de la banda en cuanto a la letra, en cuanto a la música misma y una cosa que disfruto mucho en lo personal es ese aire nuevo que le da esta producción artística, esta guía que nos vienen dando los Arriola.
–¿Qué le pidieron los productores a la banda para traer a la mesa de trabajo?
–La relación que tenemos con ellos es bastante orgánica, porque hace años que venimos trabajando juntos. Lo que pidieron fue más bien llevar la canción cruda al estudio, solo guitarra y voz. Después ellos nos presentan una nueva propuesta, desde una visión externa, la que escuchamos y nos sorprendió, exactamente eso era lo que quería hacer con esa canción, pero no sabía cómo, pensé. Justamente es eso lo que uno busca cuando trabaja con un productor.
“BUSCARLE EL SENTIMIENTO”
–¿Cómo te manejás con esa dinámica de composición?
–A mí me suelen llegar momentos en los que, ponele, agarro la guitarra y lo que sea que toco, ya me parece una canción, ya sea el mismo mi menor que todo el mundo toca, pero algo le siento que me hace ponerle una letra y generalmente cuando pasa esto, me pasa con unas cuatro o cinco canciones en ese momento. Luego hago eso de quedarme ahí con esa canción, hago eso de enamorarme, de buscarle, de sentirle. Tiene una letra primaria al nacer, y mientras voy tocando, le voy buscando una forma más que en la cual yo me siento mucho más a gusto, trato de encontrarle el significado o la palabra misma que me pide esa secuencia de acordes que tengo y buscarle el sentimiento que tengo, que me nace con esos acordes. Y lo voy puliendo hasta un punto donde siento que a mí me gusta mucho. Paso mucho tiempo con ese grupo de temas.
–¿Y qué hacés cuando ese tiempo de inspiración no está ahí?
–Y suelo enloquecer cuando me doy cuenta de que llevo tiempo y tiempo sin agarrar un acorde que me lleve a una canción. Así, bueno, voy tocando, y, por lo general, cuando me siento así seco de inspiración, empiezo a tocar los primeros temas que siempre toqué, generalmente Sui Generis, fundamentalmente. Me voy así recordando todas esas canciones que me llevaron a querer ser músico, a querer tener una banda y ahí me voy nutriendo otra vez hasta llegar a otro momento donde vuelvo a componer y que es algo así como decir que le da sentido a mi vida.
–¿Y de dónde vienen las canciones?, ¿de una idea, una sensación?
–La verdad que más bien es el estado ánimo en el que me encuentro, por lo general es el motor principal o el combustible de mi máquina mental. Dentro de este estado de ánimo es donde me encuentro como perdido, tocando la guitarra, haciendo ruido, hasta encontrar un acorde. Por lo general la inspiración para los temas suele venir en los momentos difíciles.
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El Templo renace: rock paraguayo con historia, fuerza y corazón
La emblemática banda paraguaya El Templo vuelve a los escenarios el viernes 25 de julio, en una noche que promete revivir la mística del rock nacional en Voudevil. Como banda soporte estarán Pornostars y Válvula.
Formada en 1991, El Templo fue parte del grupo pionero que forjó la identidad del rock paraguayo tras la apertura democrática.
Su alineación clásica incluye a Javier Godoy (voz y guitarra), Gerardo “Minino” González (bajo y coros), David Martínez (teclados), Sergio “El Negro” Román (batería) y posteriormente Felipe Vallejos (guitarra). Lolo Ferreira (guitarra eléctrica y acústica) en su primer concierto con El Templo.
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Entre 2000 y 2004 lanzaron dos álbumes de estudio: Algún día quizás (2000) y Cuando el deseo (2004), ambos editados por Kamikaze Records. También participaron en compilaciones de homenaje a artistas como John Lennon, U2 y el rock paraguayo.
Un llamado a los amantes del rock, tanto los que vivieron los 90 como las nuevas generaciones: este 25 de julio tienen una cita con la historia viva del rock paraguayo.
No es solo un concierto; es un ritual donde la música, la tierra y la memoria convergen en un solo pulso. Sí, El Templo está de regreso y lo hacen con el fuego intacto.
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“La escuela mata artistas”, señaló el cantante y tiktoker Maitei Aguilera
El cantante y tiktoker Maitei Aguilera hizo un descargo contra la formación de los músicos en los conservatorios. “La escuela mata artistas”, dijo Aguilera en un video publicado en TikTok e Instagram recientemente. El intérprete de “Decidí Callarme” abordó este tema desde su experiencia como exalumno de un conservatorio.
“No vine hablar de la escuela o colegio, sino de la escuela de música, del conservatorio, donde viví este fenómeno en primera fila”, dijo en principio el músico. Maitei contó que se inició en el conservatorio a los 13 años, y en las primeras clases tanto él, como sus compañeros sentían la creatividad y la ilusión de educarse en la música, pero al avanzar en su formación se percató que exigencia técnica y habilidad al ejecutar los instrumentos “mataron” su creatividad.
El músico y tiktoker indicó que muchos de sus compañeros contaban con técnicas perfectas, pero que parecían “robots”, ya que no transmitían absolutamente nada. “Sonó bien, pero no tenés alma, tu alma murió ahí, se quedó en el pasillo del conservatorio”, opinó. Para él se diluyó la idea de que la música sea un vehículo para expresarse: “Era muy triste, apocalíptico, dramático para mí ver eso en persona, era el desprendimiento total del elemento emocional de la música”.
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¿Culpa de los docentes?
Maitei recriminó a los docentes y directivos del conservatorio por no incentivar a “crear” a sus alumnos. “Al final del día estudiabas para ser un estudioso de la música, en vez de un músico, artista, creativo, y esa fue la razón por la cual deje de ir al conservatorio”, confesó.
El músico y tiktoker manifestó que sus padres lamentan que haya abandonado su carrera en el conservatorio, porque ya tendría un título. “Yo nunca empecé a estudiar porque quería un título, yo empecé a estudiar porque quería el conocimiento para seguir creando música”, detalló.
Su comentario sobre el conservatorio generó un debate en la sección de comentarios: “Tal vez sea la competitividad que hay en esos lugares“, ”Lo que mata es la ficción que creamos al pensar que vamos a vivir en High School Musical", o “Título correcto: la disciplina mata al kaigue” o “Por eso se llama conserva-torio”.
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Flou celebra los 10 años de “Universo inverso”
A una década del lanzamiento de su cuarto álbum de estudio, “Universo inverso”, la agrupación local de rock Flou ofrecerá esta noche un recital de celebración del aniversario. El show está marcado para las 22:00, en Voudevil Venue (Mcal. Estigarribia casi Estados Unidos).
“Universo inverso” es la materialización de uno de los éxitos de la banda con 11 canciones. Logró formar parte del set list de canciones que presentó la banda en los principales conciertos locales y festival internacionales desde el 2015 en adelante.
El track más reproducido del álbum en las plataformas es “Sueño en complicidad”, seguido de “En mil pedazos”, todos grabados entre Kamikaze Records y Supernova Studio, con la producción de Luciano Farelli. Flou está integrado por Walter Cabrera (voz), Federico Wagener (bajo), Bruno Ferreiro (guitarra) y Guillermo Gayo (batería).