Si eres amante de las plantas, pero actualmente no cuentas con un jardín y tienes la suerte de vivir en un lugar con ventanas salpicada de luz brillante; las plantas amantes del sol son justo lo que necesitas y aquí te dejamos algunas opciones.
1. Monstera deliciosa
La hermosa Monstera es bastante simple de cuidar, aunque puede tolerar tanto la luz baja como la luz brillante, prospera en algún lugar intermedio con luz brillante indirecta. “Prospera con luz brillante e indirecta”, dice la doctora de plantas y estilista Maryah Greene y añade que la Monstera de 15 centímetros prefiere ser regada una vez cada 10 días.
2. Higo de hoja de violín
Aunque el higo de hoja de violín puede ser un poco quisquilloso, puede prosperar cuando se lo cuida correctamente . “Una hoja de violín [de 15 centímetros] prefiere ser regada una vez a la semana”, señala Greene. “Prospera con luz indirecta brillante y también puede soportar algunas horas de luz directa”. Sin duda una hermosa planta para lucir en la sala o a lado de nuestra computadora.
3. Dieffenbachia (lotería o amoena)
La dieffenbachia es bastante relajada y una de hojas de 10 centímetros debe regarse una vez cada siete a 10 días. “Prosperan en cualquier cosa, desde luz indirecta media a brillante”, inida Greene en un reporte a Well and Good. “Y vienen en diferentes formas y tamaños con diferentes patrones. Entonces, si está buscando una variedad, esta es la adecuada para usted”. ¿No se verán hermosas luciendo en la cocina o en la sala?
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Regar las plantas una vez a la semana, ¿es suficiente?
Regar las plantas una vez por semana, siempre en el mismo día y a la misma hora, puede parecer una rutina inocente e incluso responsable. Sin embargo, este hábito tan extendido es, según los expertos, uno de los errores más frecuentes y dañinos en el cuidado doméstico de las plantas. Lo que muchas personas consideran una pauta estable, en realidad puede estar perjudicando gravemente a sus macetas sin que se den cuenta.
Así lo advierte Álvaro Pedrera, creador de contenido especializado en jardinería y conocido en redes sociales como @ypikue. En uno de sus vídeos más recientes, Pedrera alerta de que regar “por sistema” puede provocar síntomas visibles como hojas amarillas o raíces podridas, especialmente en cambios de estación o tras trasplantes.
Según explica este divulgador, uno de los principales problemas es aplicar un mismo criterio de riego a todas las plantas por igual. La necesidad de agua varía no solo en función de la especie, sino también de otros factores como: la cantidad de luz que recibe, el tipo de maceta, el sustrato utilizado, la temperatura y humedad ambiente, la época del año.
Por eso, una pauta de riego semanal puede funcionar durante un tiempo y volverse perjudicial en determinadas condiciones, incluso para plantas que parecían sanas.
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El verdadero problema
El error, según Pedrera, está en regar por inercia, sin observar si la planta realmente lo necesita. “Tú vas a tu calendario y piensas: hoy es día de regar. Y lo haces sin más. Ahí empieza el problema”, explica. El exceso de agua, acumulado sin control, puede saturar el sustrato, impedir que las raíces respiren y terminar dañando la planta.
Este tipo de riego automático puede no mostrar consecuencias inmediatas, pero sí en situaciones de estrés, como un cambio de estación, un traslado o un trasplante. Los síntomas suelen llegar más tarde, en forma de hojas decaídas, tonos amarillentos o raíces blandas por pudrición.
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Cuándo toca regar
La recomendación más extendida entre expertos es comprobar el estado del sustrato antes de regar. Introducir un dedo en la tierra para comprobar si está seca o húmeda sigue siendo uno de los métodos más eficaces. Si el sustrato aún conserva humedad, conviene esperar unos días más.
También se recomienda observar el comportamiento de la planta: si las hojas pierden firmeza, si la tierra se despega de la maceta o si el peso del tiesto se ha reducido, puede ser momento de hidratarla. Adaptar el riego al tipo de planta y a su entorno es clave para evitar daños innecesarios. Cambiar la mentalidad de “regar porque toca” por “regar cuando lo necesita” puede marcar la diferencia entre una planta que sobrevive y otra que prospera.
Fuente: Europa Press.
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Este error al trasplantar hace que las plantas mueran
- Madrid. Europa Press.
Trasplantar una planta puede parecer una tarea sencilla, pero el más mínimo error puede debilitarla e incluso poner en riesgo su supervivencia. Aunque muchas personas optan por realizar esta tarea en primavera, los expertos en jardinería coinciden en que febrero y marzo son los meses ideales para hacerlo. Sin embargo, advierten de un error común que muchos cometen después del trasplante y que puede hacer la planta muera.
Según el experto en plantas Ángel Illescas Nombela, aunque el trasplante puede realizarse en cualquier época del año, los meses de setiembre y octubre (equivalente a la primavera europea) son los más recomendables. “Le vamos a ganar tiempo a la planta en el enraizamiento”, explica en un vídeo compartido en TikTok, señalando que, cuando llegue la primavera, la planta ya estará bien asentada en su nuevo sustrato y podrá crecer con mayor vigor.
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El especialista detalla dos métodos para realizar el trasplante. Si se quiere cambiar una planta de una maceta pequeña a otra más grande, el procedimiento puede realizarse en cualquier momento del año.
Sin embargo, si el objetivo es mantener la misma maceta y renovar completamente el sustrato, es fundamental hacerlo antes de la llegada de la primavera. “Cuando vamos a destruir mucha tierra y mucha raíz hay que hacerlo en febrero”, destaca Illescas Nombela.
Para ello, recomienda retirar las malas hierbas, eliminar parte del sustrato viejo y cortar ligeramente las raíces para estimular su crecimiento. Posteriormente, se debe añadir tierra nueva y asegurarse de que la planta tenga un buen sustrato para nutrirse adecuadamente.
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El trasplante
Una vez realizada la tarea, el riego es un punto clave, y es aquí donde muchos se equivocan. Álvaro Pedrera, conocido en redes sociales como @ypikue, advierte que regar en exceso tras el trasplante puede ser perjudicial. “Si después de trasplantarse te ponen mal las plantas, estás cometiendo un error”, señala en su vídeo.
El problema surge porque cada sustrato tiene una capacidad de retención de agua diferente. Si el nuevo sustrato retiene más humedad que el anterior y se riega como siempre, las raíces pueden estar expuestas a un exceso de agua, provocando que las hojas se tornen amarillas y la planta enferme. Para evitarlo, Pedrera recomienda regar con moderación tras el trasplante. “Riega, pero no empapes la planta. Mejor ve poco a poco y riega como si quisieras llenar un cuarto del volumen de la maceta. Después, quita el exceso de agua”, aconseja.
Cómo cuidar la planta
Para garantizar que la planta se adapte correctamente a su nueva maceta, los expertos sugieren seguir estos consejos:
Elegir el momento adecuado: agosto y setiembre son los mejores meses para realizar el trasplante y favorecer el crecimiento de las raíces antes de la llegada de la primavera.
Renovar el sustrato: es fundamental utilizar un sustrato de calidad que proporcione los nutrientes necesarios para el desarrollo de la planta.
No excederse con el riego: regar con moderación tras el trasplante para evitar que el sustrato retenga demasiada agua.
Ubicación y temperatura: colocar la planta en un lugar adecuado según sus necesidades de luz y temperatura para favorecer su adaptación.
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Azalea: ¿cuáles son los cuidados que necesita esta planta?
Es una especie muy apreciada en jardinería por sus características y belleza. La azalea se destaca por sus flores exóticas y colores vibrantes, pero es una planta que requiere de ciertos cuidados específicos para que se desarrolle correctamente.
La azalea, conocida como Rhododendron indicum en botánica, es un pequeño arbusto de origen oriental que florece durante la primavera. Gracias a las múltiples hibridaciones que tuvo a lo largo de los años, se adapta a diferentes tipos de climas y ubicaciones. Existen diferentes tipos de azalea: rosa, japonica cristina, mollis, blanca y de montaña. Todas ofrecen floraciones diferentes pero comparten las mismas pautas de cuidado.
Guía de cuidados
Interior y exterior: Al ser una especie que se puede cultivar en macetas, es importante tener en cuenta su ubicación, temperatura y frecuencia de riego. Esta especie no logra desarrollarse si se encuentra en ambientes secos y calurosos, tampoco soporta las bajas temperaturas.
Para tenerla en el interior del hogar, es importante ubicarla en un lugar donde reciba suficiente luz natural, pero no el sol directo; tampoco conviene ponerlas en las habitaciones que constantemente se climatizan con aire acondicionado, ya que la falta de humedad y ventilación puede hacer que la planta muera. Los climas extremos tampoco le hacen bien, por lo que conviene cuidarla de la exposición directa al sol y las bajas temperaturas en los meses más fríos del año.
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Riego: La clave para que crezca y regale flores hermosas y exóticas está en el riego. Esta planta necesita mucha humedad, tanto en el sustrato como en el ambiente. Por eso, la hidratación debe ser diaria pero diferente a las demás plantas.
Lo ideal es colocar la base de la maceta dentro de un plato con agua durante 10 minutos, de esta manera las raíces van absorber todo el agua que necesitan y se evitará el encharcamiento. Otro detalles es que, al ser una planta acidófila, se alimenta mejor con agua de lluvia.
El sustrato: Al ser acidófila necesita ser plantada en un sustrato ácido y no en tierra “común”, en caso de cultivarla en el jardín, hay que enriquecer el suelo. Otro detalle, debe tener un buen drenaje para que elimine el agua que no necesita.
Abono: Si las hojas se ponen amarillentas con venas verdes, es momento de darle nutrientes. El abono debe ser de liberación lenta y específico para este tipo de planta, lo ideal es realizar este procedimiento después de la floración.
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¿Cuáles son los cuidados que una monstera deliciosa necesita?
Es una de las especies más populares del momento. Su belleza, la forma de sus hojas, la manera en que crece y su verde intenso hacen que cualquier espacio se vuelva un lugar especial.
La monstera es originaria de las selvas tropicales mexicanas y tiene una particularidad que muchos desconocen: es trepadora. Como tal, si queremos crear un ambiente selvático en algún rincón de la casa, el jardín o el balcón, esta planta se llevará el protagonismo, pero eso sí, va a necesitar de suficiente espacio.
Es considerada una planta exótica, pero como tal no requiere de muchos cuidados. A pesar de sus orígenes tropicales, la mostera es una de las más requeridas para el interior del hogar. El único detalle “negativo” que presenta es que es tóxica para perros y gatos, así que hay que tener cuidado con esto.
- Luminosidad: al ser de la selva y crecer en las copas de los árboles, la mostera no debe recibir la luz del sol directa, esto quema sus hojas. Es mejor ubicarla a la sombra o al lado de ventanas (en el interior del hogar). Como dato extra: se adapta a los espacios poco luminosos, pero crece mucho más lento.
- Riego: la monstera no necesita de mucha agua. El exceso de riego es una de las causas comunes que las mata. Lo ideal es hacerlo dos veces por semana en verano y una vez cada 15 días en invierno. Podés chequear que la tierra esté completamente seca para realizar el riego, si está húmeda no es necesario.
- Sus hojas: La belleza de esta especie radica en ellas, para que estén brillantes y espléndidas limpialas una vez a la semana con algodón y leche.
- Abono: Para que crezca grande y fuerte, es necesario darle “alimento”. Hay abonos preparados específicamente para esta planta. Lo ideal es aplicarle una dosis cada 15 días, desde la primavera hasta el final del verano; durante el otoño e invierno no es necesario.
Para finalizar, es importante que a medida que tu monstera vaya creciendo la transplantes a una maceta más grande. Esto se puede realizar cada 2 años.
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