Como ya no hay letras en el alfabeto latino para nombrar a la generación que viene después de la “Z” o también conocidos como “centennials”, se utiliza el alfabeto griego para identificar a los niños que nacieron desde el 2010: la generación Alfa.
¿Por qué es importante empezar a hablar de ellos? Porque será la primera generación en ser nativa digital al 100%. O sea, nadie sabrá más que ellos sobre tecnología. Pese a que la generación predecesora a Alfa, la “Z” ((nacidos entre 1994 y 2010) se familiarice con internet y las herramientas digitales desde temprana edad, la generación Alfa será la primera en estar ajena en gran medida al mundo analógico.
Se cree que para el 2025 los miembros de esta generación superen los 2.000 millones, ya que - según los expertos - cada semana nacen más de 2,5 millones de Alfa en todo el mundo. Estos niños, hijos de los millennials, tendrán mejores perspectivas que sus padres y abuelos a medida que mejoren los niveles de vida en los próximos años.
De hecho, el Foro Económico Mundial predice que al menos el 65% de los empleos que tomará la generación Alfa serán trabajos totalmente nuevos, y seguramente, marcados por la tecnología, ya que su vida dependerá de los dispositivos móviles e internet.
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La Generación Z no contesta
Antes de que existieran los smartphones, las llamadas se hacían con un aparato que permanecía enchufado en alguna pared de la casa. Al principio, escuchar el riiiing era la entusiasta señal para que todos, desde el niño más pequeño hasta Batman y Robin, saltaran para ser los primeros en atender la llamada que recibían.
Incluso, curiosamente, hubo una época en la que las facturas telefónicas competían muy seriamente con el amor. Sí, era cuando los jóvenes enamorados se pasaban horas cuchicheando secretos mezclados con risitas o surgían promesas solemnes de futuros eternos, o cuando las chismosas de la cuadra actualizaban toda la información del barrio para que la comunidad estuviera al tanto de todo lo que ocurría por los alrededores.
Para unos fue Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono, otros afirman que fue antes, con Antonio Meucci, cuando comenzó el bochinche, pero la única verdad histórica es que la patente quedó registrada el día 7 de marzo de 1876.
Cuentan que cuando sonaban las primeras llamadas, la gente no estaba muy segura de cómo debía contestar, así que fue justamente Graham Bell quien popularizó la palabra “Ajoy”, un término náutico que le pareció adecuado para llamar la atención.
Sin embargo, fue Edison el que impuso la expresión “Hola” para responder las llamadas. Claro, como todos tenían derecho a utilizar este nuevo y maravilloso invento, otros más refinados se apropiaron del “Aló”. Como fuera, esa época rápidamente quedó en el pasado y los celulares se convirtieron en sofisticados aparatos que hoy día hasta utilizan la inteligencia artificial.
La moda de aglutinar cámara fotográfica, filmadora, grabadora de voz, contestadora automática, calculadora matemática, registro de hora, pronóstico meteorológico, procesadores de texto y plantillas, redes sociales y videos quedó relegada en muchos casos a simples videojuegos para móviles que anestesian la mente de jóvenes y no tan jóvenes.
Para ser justos y mantener una visión objetiva, primero habría que nombrar las diferentes generaciones que plasmaron características propias, patrones de conducta únicas o influencias sociales o culturales a través del tiempo.
Antes de que sonara la primera llamada telefónica de la historia nadie tenía noción del concepto generacional, pero previo al año 1946 apareció la Generación Silenciosa, seguida por los Baby Boomers (1946-1964), Generación X (1965-1980), Millennials o Generación Y (1981-1996), Generación Z (1997-2012) y la Generación Alfa (2013/2011).
Los tiempos cambiaron, desde el novedoso “Ajoy” hasta la distópica realidad de hoy, que impone nuevas y raras conductas que tienen su explicación en la sociedad.
Las generaciones X o Y nada tienen de parecidas con la Z. Las conversaciones, charlas y risas abiertas, se tornaron en conductas caracterizadas con el miedo. Sí, aunque parezca una locura, antes para una persona –entre la década de los 70 a los años 90– las charlas eran fluidas, pero hoy la Generación Z tiene miedo de contestar el smartphone.
Los incluidos entre los años 1997 y 2012, los que reciben una llamada generalmente no la atienden. Y si descuelgan el teléfono, por norma nunca responden primero. Antes de decir “hola” como antiguamente era costumbre, la persona Z espera a quien recibe la llamada pronuncie la primera palabra. No es moda, es miedo.
Sucede que, debido a la gran cantidad de llamadas no deseadas que entran cada día, los jóvenes prefieren callar y no decir el tradicional “hola” ya que un “robocall” podría activar su sistema y contestar una llamada falsa automática.
Pero el problema no termina ahí. La Generación Z también es precavida puesto que al contestar con un “hola”, inmediatamente quedaría grabada su voz, lo que se podría utilizar para engañar maliciosamente a personas inescrupulosas o incluso sacar réditos a través de estafas.
Finalmente, la situación empeora cuando las grabaciones se convierten en conversaciones falsas mediante inteligencia artificial, puesto que una persona ya no es capaz de distinguir la voz amiga de una grabación editada. Por eso, la Generación Z opta por no contestar primero o si lo hace utiliza una palabra neutra. Y el protocolo agrega palabras clave para verificar si un familiar o amigo responde correctamente o cae en alguna peligrosa trampa.
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¿Por culpa de las redes, la generación Z tiene menos sexo que sus abuelos?
“Conectados, pero sin conexión”, podría ser el lema de la generación Z, que está en la mira por tener menos relaciones sexuales que sus abuelos y padres a su misma edad, según revelan diversas encuestas en países occidentales. Muchos culpan de este fenómeno a la tecnología, a las pantallas o incluso a las redes sociales, por ende se generó un arduo debate en X.
“Esto se debe a las redes sociales, las mujeres reciben miles de mensajes de hombres que pueden ser su vecino o un futbolista que juega en la otra punta del país. Antes, las mujeres solo se relacionaban con hombres de su alrededor”, escribió un usuario en exTwitter.
“Yo creo que co*** a los 25 años tres veces a la semana está más que bien, incluso dos veces está bárbaro… ¿Qué pretenden? ¿Cu**** todos los días? ¿Los 30 días del mes? Eso sería estar enfermo...”, escribió otra cuenta. “Las redes sociales, que en un principio parecían ponerlo más fácil, se está demostrando que a largo plazo solo hacen que complicar las cosas”, opinó un usuario.
“Qué raro, si bien hay muchos chicos vírgenes, por otro lado, también hay bastante promiscuidad”, tecleó una cuenta, mientras que otro perfil compartió: “Resultado de una sociedad que promueve los antivalores, narcisismo, individualismo, egoísmo y la lucha irracional entre hombres y mujeres”.
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¿Fenómeno negativo?
Según un artículo del portal El Español, la Encuesta Nacional sobre el Crecimiento de las Familias (NSFG) en Estados Unidos mostró que el número de jóvenes vírgenes entre 22 y 34 años se duplicó en la última década. En 2022-2023, el 10% de los hombres y el 7% de las mujeres de esa franja etaria afirmaron no haber tenido relaciones sexuales, frente al 4% y 5% registrados en 2013-2015. Además, incluso quienes ya se iniciaron sexualmente redujeron la frecuencia de sus encuentros.
Factores como el retraso en el matrimonio y una menor presión social por tener sexo parecen influir en esta tendencia. Mientras que en décadas anteriores el sexo solía estar marcado por el deseo masculino, actualmente las relaciones sexuales están más enfocadas en el consentimiento mutuo, lo que cambió las dinámicas íntimas.
El cambio en las prioridades de la generación Z también influye en esta disminución. Muchos jóvenes prefieren dedicar tiempo a ver series, interactuar en redes sociales o jugar videojuegos antes que tener sexo. Sin embargo, los expertos no consideran este fenómeno como negativo, sino parte de un cambio social donde el sexo ya no es visto como una obligación para encajar socialmente.
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Los jóvenes temen perder sus empleos por la inteligencia artificial
El impulso que ha tenido la Inteligencia Artificial en los últimos años inició aproximadamente en el año 2007 y desde allí, la sociedad en lugar de recibirla con beneplácito, siente temor porque esta podría arrebatarle sus empleos en el futuro cercano.
Hoy han pasado siete años de esos “comienzos” de la IA y si bien no se ha visto un reemplazo total de esta herramienta hacia los trabajadores, la verdad es que hay que mirarlo con lupa porque cada día la IA se supera y ofrece más herramientas.
Dicho esto, hoy repasamos si esto es verdad o mito, hablamos de encuestas que sustentan nuestra teoría y mencionamos algunas de las carreras que más peligro pueden correr con el desarrollo de esta herramienta.
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¿La IA nos quitará el empleo? Verdad o mito
A nuestro juicio este enunciado queda en un área gris porque aplica como la teoría Darwinista que plantea la supervivencia del más apto, es decir, a algunos les aplica mientras que a otros no ¿Por qué decimos esto? Porque habrá personas que se sabrán adaptar y desarrollarán nuevas competencias que los hará ser bien valorados dentro de sus empleos mientras también habrá otras personas que se quedarán atrás, no evolucionarán y tendrán la excusa perfecta en la Inteligencia Artificial.
Estos últimos, no es que no podrán adaptarse a la IA, sino que en su lugar ni harán el intento y solo se quejarán de la implementación de esta herramienta.
En este caso, nosotros creemos que así como desaparecerán puestos de empleo, surgirá un sinfín de oportunidades laborales que solapará la pérdida de puestos de empleo, pero la verdadera pregunta es ¿Toda la sociedad tendrá las competencias para ella? “La clave está en saber cómo usarla para volverte más eficiente y competitivo” Hugo Cen, fundador de AI Lab School.
Lo que dicen las encuestas
Algunos estudios importantes como la publicación anual de “AI at Work: What People Are Saying” de Boston Consulting Group (BCG), que hizo una consulta a más de 13.000 directivos, mandos intermedios y empleados en la industria de la tecnología, refiere que cerca de un 42% estimaron que antes de que pase una década algunos de sus empleos desaparecerán por causa de la IA. Algo a destacar es que esta misma pregunta fue realizada en 2023 y en aquel momento el porcentaje era de un 36%.
Otros datos que arrojó está encuesta publicada en AI at Work: Friend and Foe indican:
- El 52% de los encuestados consideran que la IA tendrá un impacto positivo y de transformación en la sociedad.
- El 42% de las organizaciones confía en las herramientas impulsadas por IA.
- El 58% de los empleados encuestados ha notado que con el uso de la IA se dedica menos tiempo a procesos automatizados y que esto ha traído como consecuencia 5 horas semanales de ganancia que se pueden aprovechar en otras áreas.
Estos números, a pesar de que en una parte muestran el temor que la sociedad le tiene a estas herramientas, en otra hablan del impacto positivo que puede tener, la confianza que le tienen las organizaciones a las herramientas impulsadas por IA y dan una muestra tangible de su impacto con el tiempo que ahorran semanalmente en procesos automatizados.
Las carreras que más peligro corren
La IA ha afectado también a carreras y programas de estudio porque muchos de sus estudiantes han perdido terreno en el campo laboral a causa de estas herramientas. De momento algunas de estas carreras son Historia, Finanzas, Turismo y Nutrición, pero se espera que a medida que avance su implementación sean más las carreras que eventualmente pueden ser afectadas.
En el otro lado de la acera, hay carreras que en lugar de verse afectadas han sido potenciadas por la IA, debido a que muchas de las herramientas desarrolladas no solapan sus estudios, sino que más bien los complementan. En este caso, las carreras beneficiadas han sido matemáticas, física o arquitectura.
Además de las carreras, hay profesiones que no requieren un estudio académico completo, sino competencias en el área que se pueden beneficiar del uso de la IA y una de ellas puede ser la profesión de los trabajadores de nuevos casinos en línea, como las principales plataformas que vemos reseñadas por AskGamblers y que podrían dar trabajo a miles de profesionales en áreas como el SEO, el copywriting, finanzas, etc.
Guerra de generaciones
Algunos que tienen concepciones dispares sobre el uso de la Inteligencia Artificial son las dos generaciones que usualmente entran en conflicto, los “millennials” que son aquellos que nacieron entre 1981 y 1995 y la generación “Z” que es aquella que abarca desde 1996 hasta 2006.
Aquí lo que se ve es que la generación que está más interesada y más en contacto con la IA es la generación Z, ya que según estudios cerca del 85% de los jóvenes la usa, por su parte, los millennials la usan en un 78% siendo así la segunda generación que más valor le da (Gen X 73% y Boomers 73%).
Conclusiones
Lo que la sociedad de nuestro país y del mundo entero debe entender es que ninguna herramienta o persona llega a “robarte” el trabajo, en su lugar hay personas que supieron adaptarse a una nueva realidad y sacarle el mejor provecho posible. Un ejemplo de ellos es como antes de Excel existía Lotus y ahora existen diferentes IAs que trabajan con ella y solo los mejores han sabido adaptarse.
En este caso, nuestra recomendación pasa porque te pongas manos a la obra y en lugar de tener miedos e inseguridades seas de los “primeros” en conocer de estas tecnologías para que así estés en lo más alto de la evolución natural.
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Situationships: la excusa de la generación Z para no formalizar una relación
Situationships es el término que emplean muchas personas de la generación Z para no comprometerse en una relación sentimental. Si bien estos individuos viven bajo la filosofía “vamos a fluir” al momento de conocer a una nueva persona en un plan romántico, la realidad es que esta actitud esconde “falta de inteligencia emocional y responsabilidad afectiva”.
El término situationships significa no poner etiquetas al principio de un vínculo romántico, que se traduce como miedo al compromiso. Este tipo de relación tiene todas las ventajas de una relación, pero sin el título, ejemplo, salen a cenar, comparten mimos y besos, pasan la noche junto, pero no existe compromiso de por medio.
Según Tinder, en 2022 los jóvenes solteros se apropian del término situationship como un estado de relación válida. En esta aplicación de citas más de 49 % de sus miembros han escrito esta frase en sus biografías, para que se entienda que buscan en una interacción romántica, una situationship o una “intención de relación”.
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Además de la falta de compromiso en medio de una situationship, estas personas no se presentan en su círculo social; es decir, no conocen a los padres, amigos, entre otros. Nada de presentar a familiares o acompañar en alguna reunión social donde estén los allegados. Menos, aspirar a publicaciones de las fotos en pareja, en redes sociales (esto también es conocido como pocketing).
Cuanto más oculta mejor, pero esta situación puede terminar dañando a una de las partes, que sí se implicó emocionalmente en el vínculo y quiere dar un el siguiente paso. Empiezan los cuestionamientos como ¿qué somos?, y normalmente quedan en la nada con la idea de ser un “casi algo”. Lo recomendable es cortar el vínculo si no se avanza con el compromiso que uno busca, pero si ambas partes están de acuerdo con este tipo de interacción, no existe problema.
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