El Premio Pritzker, el premio de arquitectura más prestigioso del mundo, fue otorgado a un dúo francés integrado por Jean-Philippe Vassal y Anne Lacaton, creadores de espacios ecológicos y accesibles que priorizan el bienestar familiar.

Se conocieron cuando estudiaban en la escuela de arquitectura de Bordeaux, de la cual se graduaron en 1980. Vassal tiene 67 años y Lacaton, 65. A esta altura, son socios de trabajo y de vida. Pero, ¿qué filosofías los identifican?

Transformar en vez de construir

Ambos están a favor de transformar y mejorar los hogares ya existentes en un medio urbano, antes que reemplazar viejos edificios con nuevos. “Es tan violento, tan horrible haber vivido en un lugar 10 años y súbitamente ver desaparecer una casa en la cual ha vivido un amigo, un vecino”, dijo Vassal.

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“Nuestra convicción es que hoy es totalmente estúpido, cuando hablamos de desarrollo sostenible, de ecología, comenzar por demoler”, comentó en una entrevista con AFP. “Hay una crisis de vivienda tan grande, tanto ‘alojamiento malo’. Para nosotros es evidente que hay que añadir, transformar con lo existente; podemos desarrollar ambiciones al máximo siendo lo más económicos y lo más ecológicos posible”, añadió.

Hacer más con menos

Vassal y Lacaton dicen inspirarse en la arquitectura de países africanos para sus espaciosos y accesibles hogares. De hecho, esta idea surgió después de su graduación, cuando Vassal fue a trabajar a Níger, y Anne le siguió de inmediato.

“Fue como una segunda escuela, porque en ese país muy pobre era extraordinario ver la poesía y la manera astuta, ingeniosa con la que los habitantes fabricaban cosas sin tener ningún recurso, su gran generosidad y su hospitalidad, y los paisajes también”, recordó Vassal.

Y agregó: “Lo que es importante es poner la menor cantidad posible de materiales para producir el mayor espacio posible. Por ejemplo, no concentrarse más en la fachada de los edificios diciendo: ‘son grandes barras grises de lejos’ y, en realidad, al ir a los departamentos, ves que hay miles de viviendas que cada persona intenta arreglar, decorar día tras día, con mucho amor y pasión”.

Anne se sumó a la palabras de su compañero y señaló que, a la hora de construir, lo que cuesta caro es la complicación. “Si buscamos simplificar las cosas, racionalizar el uso, es eso lo que crea el ahorro”, expresó.

Foto: AFP.


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