Hablar del guasón (o el Joker) y su archienemigo Batman es hablar de elementos de la cultura pop. Sus nombres e iconografía ya aseguran una movida comercial importante. A priori, podemos hablar de algo que está pensado para el mero éxito comercial. Pero Todd Phillips fue más allá y convirtió a este Joker en una pieza artística.

Texto: Luis Ríos Florentín

“Basada en el personaje de DC Comics”, se lee al inicio de los créditos finales. Por ahí pasa la clave. No tenemos la clásica historia de Batman peleando contra el Guasón para defender Ciudad Gótica. Se toma a la figura de acción del universo ficticio y se lo pone en este mundo a merced de la realidad.

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Conocemos a Arthur Fleck, un joven que padece un trastorno neurológico que lo hace reír en momentos inapropiados. Trabaja como payaso a sueldo y vive con su madre mientras sueña con alcanzar la fama como comediante de stand up y tener su propio Late Night Show en tv abierta.

Esto trascurre en una ciudad que se derrumba bajo el desempleo, el crimen y la ruina financiera. Dejando segmentos de la población privados de sus derechos y empobrecidos. Por supuesto, ampliando la brecha entre ricos y pobres al borde del estallido social.

Eso hace (independientemente de todos los análisis médicos, sociales, políticos o económicos que corrieron en redes) que veamos cuales fueron los motivos que lo llevaron a convertirse en el eterno antagonista. La escena en la que por fin puede hablar con Thomas Wayne y le pide quebrado en lágrimas que deje tratarlo mal, es el mejor cuadro para reflejar el contexto en el que se desarrolla la trama. Un fragmento conmovedor en extremo.

Pero todos los elementos no servirían de nada sin la actuación, que en el caso de Joaquin Phoenix, es sublime. Ya el tráiler daba muestras de lo impactante que sería su interpretación.

Y es que el Guasón venía de una importante decepción con Jared Leto en Suicide Squad. Dicha performance venía (con una apoteósica campaña publicitaria previa al estreno) con un Óscar bajo el brazo por su —brillante— rol en Dallas Buyers Club.

Interpretar al Joker después de la recordada actuación de Heath Ledger en Batman: el caballero de la noche (2008), representaba un gran desafío para Jared Leto. Era la oportunidad de dejar huella en la pantalla grande con un personaje de culto en la cultura popular. Los cañones de la publicidad apuntaron a ello pero algo falló. Ya sea por la austeridad de Warner o en la inexperiencia de su director David Ayer, la cinta no fue lo que esperaba y el guasón de Leto generó más críticas que aplausos.

Así llegamos a este guasón “alternativo”, si se quiere. Todd Phillips, un hombre que tiene en su currículo a películas como la trilogía The Hangover y Proyect X toma al personaje y lo muestra desde la perspectiva de alguien a quien la desigualdad social nunca le dio una oportunidad. Una víctima del sistema decadente. Sabemos que eso conduce a mucho sufrimiento y genera a su vez resentimiento.

El retrato de este Joker puede ser el de cualquier persona que un día dice basta y rompe el cetro. Y se convierte en referente e ídolo de quienes se identifican con él. A partir de ahí comienza el cambio de paradigmas y las consecuentes revueltas. En este caso, inicia una rivalidad antológica correctamente retratada con el final del famoso callejón, el asalto y el collar de perlas.

Las poco más de dos horas pasan en un pestañeo. Es espectador puede pasar por una amplia gama de sensaciones negativas por el encandilamiento de lo que se proyecta; un escenario real y palpable.

En ciertas partes, la película hace algunos guiños a las tramas de la saga de videojuegos Batman: Arkham,como haciendo el fan service que muchos piden desde que existe la saga.

En el epílogo, vemos a Arthur encerrado en un manicomio (que es posiblemente el de Arkham). Riéndose para sí mismo, su psiquiatra le pide que le cuente el chiste; él responde que ella no lo entendería.

Posteriormente, vemos a Arthur siendo perseguido por los pasillos por los ordenanzas, dejando un rastro de huellas ensangrentadas detrás de él. Abriendo las puertas a una secuela o a una nueva saga porque a esa altura el pequeño Bruce ya tenía un trauma (irónicamente no causado por Arthur). Nos queda esperar qué hace ese niño y qué ofrece el nuevo Batman; Robert Pattinson.

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