Hace muchos años que la actriz argentina mantiene un vínculo especial con Paraguay. Esta vez pone su marca en el cine nacional a través de la película Leal, donde interpreta a una mujer fuerte y con sed de venganza.

Por: Jazmín Gómez Fleitas

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Fotos: Javier Valdez

Producción: Juan Ángel Monzón

Quizás todavía muchos recuerden que Andrea Frigerio (56) condujo durante todo un año el programa Viva la diferencia en nuestro país. Fue entre 1999 y el 2000. Desde entonces ha regresado en varias oportunidades más, pero últimamente lo ha hecho por una razón llamada Leal, donde interpreta a Ángeles. “Cada vez que vengo a Asunción la veo mejor. Es impresionante lo que está creciendo. Y cada visita aquí significa reencontrarme con gente muy querida y sentirme muy querida. ¡La gente todavía se acuerda del programa! Y pasó tanto tiempo”, destaca con emoción.
Su reciente visita, a propósito del preestreno de la película, fue muy especial porque en Leal, su hija Josefina (Fini) Bocchino debutó como actriz y vivió la experiencia de su primer avant premiere. “Es doble la emoción porque para Fini es el primer estreno —después rodó dos películas más pero aún no estrenaron— y Leal es su primera experiencia de rodaje también. Hay todo un movimiento personal que me tiene en modo celebración. Además, vino mi marido también a acompañarnos”, señala.
En la película, Fini interpreta el papel de María José, hija de Ángeles. “Se preparó muchísimo. Y no se lo dieron porque era mi hija, hizo el casting y funcionó, además tenía que parecerse a mí porque iba hacer de mi hija en la película, así que fue ideal”, agrega Frigerio.
Ellas nunca antes habían trabajado juntas, así que Andrea aprovechó la ocasión para dejar algunas cosas en claro antes de arrancar. “En el avión, viniendo para rodar, le dije a Fini: ‘Quiero decirte que a partir de ahora en adelante no somos madre e hija, somos compañeras de trabajo. Por lo cual no esperes que yo te marque nada, ni te diga parate derecha, ponete el pelo así, porque no lo voy a hacer. Si me preguntás algo como compañera, te lo voy a contestar, pero no esperes mucho más de mí’. Entonces, después de poner los puntos y que quedara claro ese tema, fue un placer. Porque fue como trabajar como una compañera querida”, explica entre risas.
A Andrea le gusta ser muy selectiva con sus personajes. Principalmente escoge aquellos que no tengan mucho que ver con ella, en la realidad. “Ángeles es una mujer argentina, casada con un poderoso estanciero paraguayo, tiene dos hijos y al principio vive una vida frívola, como de mujer de rico. Se nota que es una mujer que nunca ha tenido que pasar por penurias, ni ha tenido que vivir situaciones oscuras, sin embargo, durante la trama de la película se despierta en ella una característica que ni ella sabía que la tenía: su sed de venganza. Y ahí es donde muestra su cuerda más oscura. A raíz de un hecho puntual, ella toma una decisión muy drástica, que la involucra a ella y a su hija, principalmente. El instrumento que le permite completar la venganza es su hija, y no tiene ningún problema en usarla para completarla”, nos adelanta hasta dónde puede.
Y es que después de una vasta experiencia en los medios, como modelo, conductora de televisión y una exitosa carrera como actriz de tevé, cine y teatro, Andrea destaca que lo más importante —en la profesión y la vida— son las oportunidades que uno no acepta. “Me gustan los personajes que tienen riqueza y determinación. Si me llaman para hacer de una señora de alta sociedad sin ningún problema —medio tilinga, le decimos en Argentina— no lo acepto. Entendí que en la vida artística, y en la vida misma también, es importante saber decir que no. Hay que ser agudo porque capaz lo puedas corregir en tu carrera, pero uno mismo va marcando su destino”, señala.
Televisión, cine, teatro y libro
Como toda actriz, Andrea tiene técnicas para armar sus personajes, como por ejemplo: fijarse en cómo se para el personaje, si tiene algún tic, una forma particular de hablar, cómo es su pelo, cómo es su voz. Además, lee entrevistas realizadas a actrices reconocidas mundialmente porque le gustan mucho los relatos sobre las construcciones de sus personajes, le ayudan a pensar en cómo hacer los suyos.

En la televisión te entregan los libros a último momento, no te da mucho tiempo para investigar al personaje, salvo en algunas ocasiones que sí, pero en general no. Entonces ahí es donde yo dudo de tomar trabajos. Sin embargo, hice un ciclo de unitarios que fue más de cine que de televisión”, comenta.

Se refiere a Rizhoma Hotel, que emite Telefé. Se trata de un unitario compuesto de capítulos aislados que cuentan distintas historias unidas por un mismo hilo conductor: la suite de un hotel. “A mí me toca hacer de la mujer de un presidente que busca la reelección; su matrimonio está terminado y él la quiere convencer de que siga adelante y la acompañe, pero ella ya no quiere saber nada. No era ese su objetivo de vida pero le tocó un esposo que fue creciendo políticamente”, explica.
Además, tiene dos películas más a estrenar y en competencia en festivales: Mi obra maestra, para el circuito oficial comercial del Festival de Venecia (30 de agosto al 9 de setiembre); y Rojo, que fue seleccionada para competir por la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián (21 al 29 de setiembre).

A Mi obra maestra no sé si la voy a poder acompañar porque voy a estar haciendo teatro, pero con Rojo voy a hacer mucha fuerza para poder acompañarla. Al de Venecia fui hace dos años para El ciudadano ilustre (está en Netflix) y fue genial porque te cruzás con todos y sos una más ahí. Mi lado más cholulo se vuelve loco —ríe— con Jude Law, Natalie Portman, etc.”

El teatro, la razón por la que no podrá ir a Venecia este año, es otra de sus pasiones. Dentro de muy poco estrenará en Buenos Aires la obra Cuerpos Perfectos. “Si nos va bien, de seguro vamos a venir con la obra acá. Trata sobre toda la locura que tenemos las mujeres de no envejecer, de parecer lo que no somos, de transar con todo lo nuevo que aparece y hacernos todo. Hago dos personajes, una señora de 80 y una mujer en un matrimonio machista. Se paran diferente, hablan diferente, tienen una actitud diferente, y eso es lo que me encanta. Probar ser otras personas”, cuenta.
Y muy ligado a ello, también adelanta que planea lanzar un libro titulado Belleza emocional: “Tengo 56 años, dos hijos, soy abuela, tengo tres nietos y muchas mujeres se acercan a preguntarme y a pedirme consejos de belleza. Y yo no tengo problema en detenerme en la calle y contarles porque me encanta conversar, pero de repente estoy con mi familia, y viene alguien a hablarme y yo converso, cuento todo, y veo de reojo que mi marido está así como “vaaamos”, así que dije, bueno, lo escribo”.
Andrea explica que el libro refleja su visión de la belleza: “un trabajo que una lo hace a lo largo de la vida. No viene de afuera, viene de adentro, y eso, cuando una persona está bien emocionalmente, estable, equilibrada emocionalmente, es bella. El trabajo es de cada uno, no te lo puede dar nadie, ni yo con este libro, yo solo invito a que hagas un recorrido”.
RECUADRO
La conexión que permanece
Casi 20 años atrás, Andrea hizo un programa aquí. Ahora estrena una película, pero hay algo más que la une al país. Se trata de Flori, la mujer que la ayudó a criar a su hija Fini durante 10 años en la Argentina, y que luego regresó a Paraguay.

Flori vivió 10 años en casa y la amo, y Fini también. Ella dejó de trabajar en casa, se casó, volvió a Paraguay y ahora tiene tres hijos. Siempre nos mantuvimos en contacto. Y cuando vinimos para grabar la película, ella iba volver a ver a Fini después de todos estos años. A mí ya me había visto, porque siempre que vengo nos encontramos, pero a Fini no. Y entonces el año pasado fuimos a Capiatá. Estábamos hablando por el celular porque nos iba dando las indicaciones de donde doblar y todo eso, cuando sale de la casa para encontrarse por el camino con nosotras. De repente venía corriendo y nos vimos. Se emocionó tanto que decía: ‘mi hija de la Argentina, mi hija de la Argentina’. Todos lloramos, los vecinos salían a mirar, nos abrazamos. Fue hermoso porque ella es como una segunda mamá para Fini, la segunda mamá de Fini está acá en Paraguay”, relata acerca de ese emotivo encuentro, que se volvió a dar durante el preestreno de Leal, al que Flori asistió con su familia.

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