La vida de Ana Brun, protagonista de Las Herederas, el largometraje paraguayo que hizo historia en la Berlinale 2018 tras recibir dos Osos de Plata, ya nunca será la misma.

Texto: Patricia Benítez Rodríguez
Producción y estilismo: Juan Ángel Monzón
Fotografía: Nath Planás

Cuando en la conferencia de prensa posterior al estreno mundial de la película una periodista brasileña le preguntó acerca de como se había preparado para su personaje, Ana Brun sintió que se le atragantaron las palabras. "Lo que quiero decir es que mi personaje es un poco mi vida", dijo apenas, con la voz entrecortada. No solo estaba abrumada por toda la atención que empezaba a recibir, se encontraba profundamente conmovida por la historia que, al igual que los periodistas y críticos presentes en la sala, acababa de ver. Y es que hasta unas horas previas a ese instante en el que efectivamente dejaba atrás el nombre Patricia Abente —como la han llamado siempre sus familiares, amigos y allegados en Paraguay— para encarnar a la actriz Ana Brun, ella no había visto la película que en 2017 la comenzó a alejar de su rutina habitual.

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Previa a las jornadas de grabación desarrolladas en Asunción, ella ni siquiera había tenido ocasión de conocer a Marcelo Martinessi, un cineasta del que, sin embargo, había oído hablar. El nexo entre ambos artistas empezó a tomar forma a partir de la sugerencia del también cineasta Carlos González Brun, primo de Ana. "Un día me llama y me dice: 'te cuento que leí el guion de Marcelo y este papel es para vos'. Y yo le dije: '¡Pero Carlitos, si yo no hago más nada!".

Estuve a punto de no ir al casting, me asustó un poco. Dije: ¿qué estoy empezando de vuelta a mis más de 60 años, ¿haciendo qué?, ¿haciendo de loca?

Pese a esta reticencia inicial, respondió a la corazonada de su primo. Accedió a reunirse con Martinessi, a leer el guion, a realizar una prueba y, finalmente, a protagonizar la ópera prima del director que hasta entonces había logrado reconocimiento internacional con los cortometrajes: Karai Norte (2009), Calle Última (2011), El Baldío (2014) y La voz perdida (2016). Aunque confiesa, no estaba del todo segura. "Estuve a punto de no ir al casting, me asustó un poco. Dije: ¿qué estoy empezando de vuelta a mis más de 60 años, ¿haciendo qué?, ¿haciendo de loca?"

Al acceder tomó la decisión de cambiarse de nombre, o a decir verdad, de omitir aquellos con los que era conocida hasta entonces. Martinessi celebró la idea, "me encanta Ana Brun", le dijo, y ella terminó queriendo ese nombre, el mismo que junto a los de las actrices Margarita Irún y Ana Ivanova, aparece en los créditos principales de Las Herederas. También terminó queriéndolo mucho a él, "un tipo formidable, cariñoso y muy buena persona", con quien estableció una conexión inmediata.

Escrita y dirigida por Marcelo Martinessi, Las Herederas ha logrado lo que nunca antes una película nacional. Fue, en primera instancia, el primer largometraje nacional seleccionado para competir en la Berlinale, el prestigioso festival de cine de Berlín. La noticia, que se daba a conocer a mediados de enero de este, ya año representaba un triunfo. Pero la nominación era solo la antesala de todo lo que vendría después.

Estar a la par de las otras 18 películas en competencia suponía una inmensa e inesperada alegría con la que Ana simplemente no contaba. "Acepté la película con la idea de una experiencia más y cuando Marcelo me dijo que estuvo entre las nominadas, para mí eso ya era un premio. Jamás iba a pensar que de nominada pasaría a premiada. Yo creo que Marcelo también se quedó sorprendido; él estaba muy contento con el trabajo, pero creo que también se sorprendió de lo mucho que se consiguió", confiesa.

Ana se refiere a los tres galardones obtenidos. El primero fue el Teddy Award, que reconoce a las películas con temática LGTBQ y se entrega tradicionalmente en la noche previa a la ceremonia principal de la Berlinale. El segundo fue el Oso de Plata que recibió en la categoría de Mejor Actriz. Y el tercero, el Oso de Plata (Premio Alfred Bauer) otorgado a "la película que abre nuevas perspectivas en el arte cinematográfico", el mismo que en ediciones destacó otras producciones latinoamericanas como la argentina La Ciénaga en 2001; la colombiana María, llena eres de gracia en 2004; o la guatemalteca Ixcanul en 2015.

Una nueva estrella
"Las Herederas narra la historia de dos mujeres de buena posición social que habían heredado suficiente dinero para vivir cómodamente. Pero a sus 60 años se enfrentan a una nueva situación cuando el dinero ya no les alcanza. Esta nueva realidad altera el equilibrio imaginario en el que vivían, pero sobre todo empuja a una de ellas a iniciar un proceso de transformación interna, alterando un mundo que hasta entonces había permanecido inmóvil".

Así se presenta la sinopsis del largometraje protagonizado por Chela (Brun) y Chiquita (Irún), una pareja de mujeres mayores cuyas vidas secretas no estamos acostumbrados a ver en la ficción, y menos todavía en la vida real. Una historia en la que Ana, tal como respondió a aquella periodista en Berlín, se sintió profundamente reflejada.

"A mí se me truncó todo en la vida, nada pude terminar. Estudiaba Lenguas y no pude terminar, estudié Derecho y tampoco pude hacerlo. Es decir, todo en mi vida fueron tropiezos y vueltas a empezar. Y bueno, por eso me identifico con este personaje, en ese sentido. Todo me costó muchísimo", resume.

El arte sin embargo, siempre fue una constante en su vida. Fue su madre —a quien dedicó el Oso de Plata—, quien de chica la introdujo al teatro y a la literatura. Su primera experiencia como actriz ocurrió de forma inesperada, cuando ella ni siquiera tenía conciencia de ello. "Habré tenido cuatro años cuando actué en el Teatro Municipal en la ópera Madame Butterfly. Yo vagamente me acuerdo, incluso tenía una foto que ahora no sé ni dónde está; estaba vestida con un kimono. Recuerdo que mamá me dijo: 'Andá y a aquella señora que canta decile: mamá. Y después salís, te bajás y tu papá va a estar del otro lado, esperándote", rememora.

Posteriormente experimentó las tablas de la mano del actor Héctor de los Ríos, quien la invitó a integrar el elenco de la obra El diario de Ana Frank, junto a la reconocida actriz Edda de los Ríos, hija del actor. Asimismo colaboró con el grupo Gente de Teatro y con Arlequín Teatro, "pero no fui muy constante" —reconoce—, "no fui constante porque mi vida no era constante. Tenía tantas cosas nuevas que me sucedían, que a veces no podía tomar ningún compromiso".

Su primera —y única— experiencia audiovisual previa a Las Herederas fue en el documental Guerra do Brasil (1987) del cineasta brasileño Sylvio Back. En esta cinta, Ana asume el rol de Madame Lynch y recita fragmentos de Elisa, obra del periodista y dramaturgo Alcibiades González Delvalle.

Empezar de nuevo
Pocos meses atrás, Ana María Patricia Abente Brun llevaba una vida de lo más convencional en Asunción. Como agente de propiedad intelectual, trabajaba durante toda la semana en el estudio jurídico que integra junto con sus hijos, y de forma esporádica subía a las tablas. Tras la presentación de la película su vida no ha sido la misma. Aunque no ha abandonado las leyes ni la oficina (aún), nada es igual desde Berlín.

"Yo conocía ya Berlín, pero siempre me imaginaba que los alemanes eran fríos, un poco distantes. Sin embargo me encontré con gente tan cálida. Me paraban en la calle, ¡a mí! Y yo no conocía a nadie. Nunca pensé que había generado un sentimiento así, tan importante. Y me gustó, primero porque encontré gente que por lo visto es sensible, y también me gustó reconocer que me había equivocado con respecto a los alemanes", dice sobre la experiencia que aunque reconoce que la sigue abrumando, también disfruta. "Me encanta. Primero porque es una cosa que no había soñado, y segundo, cuando uno sueña una cosa linda no se quiere despertar".

Yo sé que hay mucha gente que no está de acuerdo, he leído a más de una. Y bueno, no podés tener un 100% de aceptación en nada; que haya gente que critique me parece saludable incluso. Pero yo me río, no los conozco nomás, porque si los conociera les diría: antes de criticar hay que ver.

Las Herederas será estrenada en Paraguay el próximo jueves 5 de abril. Ante la expectativa generada, Brun se muestra confiada: "Yo sé que hay mucha gente que no está de acuerdo, he leído a más de una. Y bueno, no podés tener un 100% de aceptación en nada; que haya gente que critique me parece saludable incluso. Pero yo me río, no los conozco nomás, porque si los conociera les diría: antes de criticar hay que ver".

Con la crítica internacional rendida a sus pies y frente al éxito actual y al que de seguro seguirá sumando la película —cuya exhibición ya fue vendida a varios países e iniciará pronto una gira internacional—, Ana solo sonríe con sus grandes ojos celestes. Esta vez sin una sola lágrima. "La verdad es que no tengo planes, además, ¿cuántos papeles para mayores de 60 años hay para hacer, ¿no hay muchos verdad? Yo siempre le digo a Marcelo: 'Me hubieras ofrecido esto hace 30 años, cuando era una hermosa joven, ahora ya soy una vieja, ¿qué papeles puedo hacer de vieja?", bromea, segura de que la reinvención es una de sus cualidades.

Ana compensa su corta e interrumpida trayectoria actoral con talento y osadía. Tal y como Chela, ella encarna el coraje de una mujer que ha vivido, sufrido y vuelto a empezar. "Me gusta que me pongan obstáculos. No sé si porque me crié entre ellos, simplemente digo: 'voy a buscar la forma de pasarlos".

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