¿Estás dispuesta a seguir estos 10 pasos, durante un mes, para conseguir un rostro armonioso y correctamente hidratado?

Por: Micaela Cattáneo

La exposición prolongada al sol sin protección alguna produce manchas. La falta de sueño o el descanso interrumpido, provoca ojeras. El alcohol y el cigarrillo, envejecen y resecan la piel antes de tiempo. La mala alimentación alienta la aparición de acné, espinillas y arrugas. Y el estrés, altera las hormonas responsables de todo lo mencionado anteriormente.

Son estas las situaciones a las que nos enfrentamos todos los días; las mismas por las que aparentamos más años de los que en verdad tenemos. Y es que cuando al fin queremos librarnos de los efectos negativos que dejan en la piel, el camino correcto no siempre resulta ser el más fácil (o agradable).

Mantener la tez del rostro en buenas condiciones es, más que nada, resultado de una serie de buenos hábitos, y conseguirlo, no es asunto que pueda tratarse de la noche a la mañana. Lo dice la mismísima María Luisa González, una experta en cosmetología y cosmiatría: “Se necesitan 30 días para hacer una limpieza profunda de la piel y mejorar su aspecto”. ¿Cuál es el secreto? Seguir estos pasos durante un mes, hasta hacerlos parte de la rutina.

1 Pronosticar el tipo de piel

Dejar pasar por alto este proceso puede costarnos muchos errores. El diagnóstico del tipo de piel es tan importante como saber cuántos kilos debo bajar antes de empezar una dieta o como manejar información básica sobre el país que iré a visitar. En otras palabras, determina qué productos y qué conductas llevar a cabo para la limpieza profunda.

Las que más sobresalen son las oleosas (grasas) y mixtas (zona T grasosa y el resto normal). Pero para una evaluación precisa es necesario acudir a una dermatóloga o cosmetóloga. Si bien es posible diagnosticar el tipo de piel pasando una toalla de papel por el rostro -para ver cuánta grasa recoge-, es más seguro recurrir a las palabras de una profesional.

2 Lavar el rostro con agua fría

La regla es así: el calor abre los poros y el frío los cierra, evitando que los factores externos ingresen y provoquen suciedad. Generalmente, las cosmetólogas -en los tratamientos de limpieza- utilizan el calor para hacer más sencilla la extracción de las imperfecciones.

Las altas temperaturas dilatan los poros, por eso es comprensible la manera en que se insta a la hidratación y al uso del bloqueador; ya que hasta el calor intenso de la ciudad, los abre. “Para quienes se bañan con agua tibia: el vapor del agua sube también al rostro. Pero con tal de que el último chorro de agua sea frío, está bien; ya que los poros volverán a cerrarse”, explica la especialista.

3 Utilizar los jabones correctos

Repitan: “El jabón de tocador no se utiliza en el rostro”. El producto que diariamente nos higieniza en la ducha, no sirve para la limpieza profunda de la cara; agrede a la piel porque no contiene su mismo pH -cantidad de hidrógeno- y no arrastra las impurezas. “Si probás con una toallita de papel, luego de la ducha, podés ver cómo sale la suciedad. Parece que el jabón la limpia, pero no”, asegura González.

Por eso, y sobre todo en pieles grasas, es recomendable utilizar un jabón que no genere espuma, que absorba rápido y deje la dermis suave.

4 Hidratar de muchas formas

Luego de la emulsión (o limpieza con el jabón adecuado para el tipo de piel), es el turno de la hidratación. Cremas, sérum facial o tónicos (preferentemente de hierbas): cualquiera de estas tres opciones son válidas para dar vida al rostro por la mañana. A diferencia de los dos últimos, debido al calor las cremas no son absorbidas por la piel con rapidez y tienden a formar una pasta en el cuerpo.

Otra alternativa para una hidratación completa es el gel liposomado, el cual tiene un efecto mayor al de las cremas, pero aún así “no es mejor que el sérum”, aclara la cosmetóloga. Y agrega: “Este tiene principios activos más altos para la hidratación (antioxidante, vitamina C, própolis) y penetra fácilmente en la piel”.

5 Usar bloqueador solar

No debe salir de la cartera, porque no solamente el sol daña a la piel, sino todas aquellas luces de focos y fluorescentes a las que estamos expuestas en la oficina. “Las computadoras, también”, agrega la profesional. Sí, los rayos UV del astro rey lideran el ránking de los productores de manchas en la piel, pero los artefactos que emiten luz no se quedan atrás.

Por eso, a los oficinistas se les recomienda utilizar bloqueador dos veces al día, ya que a puertas cerradas tiene un efecto de cuatro a cinco horas. En calle, el cuidado es distinto: tres veces como mínimo (cada tres a cuatro horas) sobre todo si el sudor se hace presente (porque abre los poros).

Lo bueno de los bloqueadores es que, hoy en día, están compuestos de antioxidantes. Esto quiere decir que la piel no sólo se protege del sol, sino también de todos los factores externos (como la polución) que afectan a los radicales libres del organismo (responsables del envejecimiento).

Todos los bloqueadores solares contienen grasa, porque es lo único que puede combatir al sol”, asegura González. Y recomienda los que vienen como spray, por su mayor absorción.

6 Exfoliar el rostro una sola vez

Lo que hace la exfoliación es retirar las células muertas de la piel, abriendo paso a una mejor oxigenación, por ende a una mejor penetración de los nutrientes y activos de los productos hidratantes que utilizamos.

En las pieles grasas, sí se recomienda la exfoliación dos veces por semana; en las secas, una sola vez y, en las sensibles, cada 10 días (ven por qué es importante diagnosticar el tipo de piel). De ninguna manera hay que hacerlo todos los días, ya que se puede dañar la capa superficial de la piel -la que nos protege del sol- y con ello hacernos más propensos a las quemaduras e irritaciones.

El exfoliante dependerá también del tipo de piel. Pero generalmente los más efectivos -para piel oleosa o mixta- son los que están compuestos de piedras más gruesas.

7 Aplicar mascarillas para el acné

El acné se produce por problemas hormonales o mala alimentación. Es recurrente en pieles grasas y, aunque la hidratación ayuda a limpiar el rostro, no remueve esos pequeños pero tormentosos e inoportunos “granitos”.

Para tratar al acné es necesario visitar al dermatólogo y a la cosmetóloga, de modo a saber cuál es su origen y el tratamiento a seguir. Ahora bien, no está mal aplicar una mascarilla de barro, ya que ayudará a que las pápulas y pústulas se sequen. “Además de que es antibacterial”, agrega González.

8 Limpiar el rostro, sí o sí, todas las noches

Es el momento más importante de la limpieza facial, el paso obligatorio para mantener la piel en buenas condiciones. Y consta de dos pasos: primero, remover toda la suciedad del día con una toalla húmeda hidratante y segundo, aplicar nuevamente una crema hidratante o, preferentemente, un tónico para cerrar los poros.

9 Realizar una limpieza facial con una profesional

Tanto el protocolo como el desarrollo de limpieza que llevan adelante las cosmetólogas son más profundos, porque incluyen en el tratamiento métodos no invasivos que favorecen a la hidratación de la piel. “Para ablandar los poros y extraer las imperfecciones utilizo un vaporizador con ozono; para la exfoliación, la punta diamante, que trabaja en las distintas capas de la piel; y para la descongestión, mascarillas refrescantes con aloe vera, que disminuyan el enrojecimiento que produce la extracción”, comenta.

10 Evitar los vicios

El alcohol no sólo daña las neuronas, sino también debilita a las células del organismo. El cigarrillo envejece y hace que la piel se vuelva seca, con el correr de los años. “Todo lo que consumimos genera un impacto en la piel. Por eso, cuando me preguntan si la aplicación de frutas en el rostro es buena, contesto que sí pero no tanto como si la consumiésemos”, asegura la cosmiatra.

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