La directora de teatro Paola Irún, toma como punto de partida la esencia de la obra Kuña Rekove de la dramaturga Edda de los Ríos para realizar una obra inédita que le rinde homenaje; una que reúne siete testimonios actuales de mujeres y los lleva a escena desde su teatro experimental En Borrador.

Por: Jazmín Gómez
Fotos: Gentileza y Chelo Encina (archivo)

Kuña Rekove (pave'ỹ) es el título de la obra-itinerante-homenaje de Paola Irún a Kuña Rekove (2000) de Edda de los Ríos; la dramaturga, actriz, directora, investigadora teatral, docente, política y comunicadora que es recordada por su prolífica labor artística y de gestoría cultural. Este año se cumplen 75 de su nacimento y 10 de su partida, por lo que esta versión libre de En Borrador Teatro en Construcción, es una forma de honrar su legado al teatro paraguayo.

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Paola vio la obra por primera vez cuando se estrenó hace 17 años, y en el proceso de creación para la nueva obra, la volvió a ver un montón de veces más en video.

“Yo vengo trabajando en este proyecto hace más de un año, y en proceso de creación específica desde febrero. Esta nueva obra que se llama Kuña Rekove (pave’ỹ) ya no abarca las entrevistas a mujeres campesinas del estudio sociológico Pintadas por sí mismas de Marilyn Godoy, Olga Caballero y Manuelita Escobar que Edda utilizó en ponencias y que luego, llevaría a escena en Kuña Rekove”, explica Paola.

Esta versión libre utiliza los testimonios reales de siete mujeres: Tina Alvarenga, Belencha Rodríguez, Lucía Sandoval, Kelly Aguero, Yren Rotela, Ñeca Otazú y Cristina Olazar. Además, utilizaron información recopilada en una encuesta anónima que realizaron a 171 mujeres de entre 15 y 70 años de distintos sectores. Y por último, algo que Paola resalta como una característica de la dramaturgia de En Borrador, es la mezcla de las experiencias personales de las actrices con los personajes que están encarnando. "Así que en la obra se encuentra también entrelazado el testimonio distanciado (como una característica teatral brechtiana, de Bertold Brecht), del elenco y el mío propio".

La esencia
A Paola le calaron hondo las historias que se contaban en Kuña Rekove cuando la vio por primera vez, porque "eran voces de mujeres que hasta ese momento no se veían en una puesta teatral. Edda misma empezó a utilizar las entrevistas a mujeres campesinas recopiladas en Pintadas por sí mismas y se dio cuenta que esas experiencias reales tenían las características dramáticas para ser puestas en escena dentro de una obra de teatro. Eran voces que necesitaban ser escuchadas. Esas voces femeninas, sin pelos en la lengua, y de sinceridad abrumadora son las que me movieron en ese momento y hasta ahora".

Por eso, al respecto del desarrollo de esta obra homenaje, Paola señala que fue bastante tortuosa debido a algunos momentos en los que no sabían cómo seguir o poner en escena el material que discutían:

"Creo que, por un lado, tuvo que ver con que yo personalmente siempre fui reacia a tocar el tema género directamente en mis obras. Me parece sumamente delicado, porque la voz de las mujeres cobró una fuerza importante y desde un comienzo supe que no quería hacer un panfleto feminista ni ubicarlas en el eterno lugar de víctimas, porque la concientización hacia los derechos de las mujeres ya no debe pasar por la victimización. Esos puntos y el sumo cuidado con el que los tratamos, hizo el proceso difícil. Por otro lado, los testimonios que abarcamos son extremadamente fuertes y desgarradores. Sentimos cada momento de la vida de estas mujeres que llevamos al escenario, sintiendo más allá de nuestro rol de artistas, en nuestro rol de mujeres. Nos fuimos identificando con cada una y eso nos cargó con una responsabilidad enorme de hacer justicia a estos testimonios de vida, de honrar el regalo que estas siete mujeres nos dieron al poner en nuestras manos sus historias. Es un honor muy grande que hayan confiado en nosotras".

El legado
Para Paola una de las características más importantes de Edda de los Ríos es el hecho de que haya sido una investigadora teatral, alguien que analizaba el proceso teatral paraguayo y escribía al respecto, que no sólo se ciñó a la actuación. "Ella debería ser un modelo a seguir para las nuevas generaciones, los profesionales jóvenes y los estudiantes de teatro. El rol del artista va más allá de la mera interpretación. ¿Cuántos dramaturgos contemporáneos existen hoy escribiendo teatro paraguayo? Muy pocos y es algo preocupante".

Incluso en lo personal, Edda fue para Paola una mentora. "La conocí en persona cuando hacía mi tesis de Licenciatura en Comunicación y ahí empezó nuestra amistad. Compartí escenario con ella una sóla vez cuando trabajó en el Arlequín, en una obra de Gloria Muñoz bajo la dirección de Ardissone. Me ayudó a decidir ir a Nueva York porque cuando me salió la beca Fulbright le comenté que me daba miedo ir ahí, que mejor me iba a una de más bajo perfil. Me dijo 'de los pelos te voy a llevar a Nueva York'. Y fue la decisión más acertada de mi vida. Estando allá, ella me regaló un monólogo de Kuña Rekove, me dijo que traduzca y lo use. Era el de Petrona y lo hice. Lo escenifiqué un montón de veces en inglés. Era uno de los que usaba para audicionar, trayéndome un montón de satisfacciones y logros. Le tengo mucho cariño a Edda y admiración por lo que representa. Si no me hubiera ido a Nueva York, no hubiera creado En Borrador y, sin ello, no hubiera encontrado mi voz como artista hoy".

Si aún faltan razones para ver la obra, Paola nos las da: "Los testimonios son reales y son expuestos sin tapujos, a veces, sin sutilezas. La intención no es dar lecciones, es simplemente la de dar a luz las historias como son. Y estas historias de vida te golpean en la cara, a veces te cachetean, otras te atropellan y podrían hacer replantear muchas cosas. ¿Qué hacer con todo eso? Eso ya depende de cada uno, dónde a uno le toque y le mueva".

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