Que no te tome por sorpresa. Aquí, algunas indicaciones para prevenir los riesgos de que se intensifique en los días con baja temperatura o en aquellos con cambios drásticos en el termómetro.
Por: Jazmín Gómez Fleitas
Estornudos constantes y en serie; en mitad del amuerzo, a la mañana o cualquier hora del día. Picor en los ojos o la necesidad de sonarse la nariz. Estas son las situaciones más comunes con las que una persona alérgica lidia regularmente. Y el invierno se vuelve una temporada especialmente díficil para cuidarse del frío, la humedad o los espacios cerrados.
En una época en que los resfríos o las gripes aumentan, uno se pregunta ¿por qué es que esto sucede? El Dr. Raúl Latorre García señala: "En invierno, los cambios de clima hacen que las personas se engripen más fácilmente y estos cuadros virales hacen de disparadores de crisis alérgicas. Además, los ambientes en esta temporada quedan generalmente aislados; mientras, se necesita que estén soleados y aireados para disminuir la presencia de ácaros y esporas de hongos".
Encerrarse en la casa en días fríos y enterrarse bajo frazadas es la consigna, pero si ese aislamiento continúa por días, sin abrir ventanas, no va traer nada bueno para quienes sean alérgicos. Muchas veces, debido a estar todo el día fuera de la casa trabajando, nos olvidamos de ventilar un poco la casa o el departamento. Si sos alérgico, la regla de vida es hacerlo a diario para renovar el aire de las estancias y que entre la luz del sol para disminuir los ácaros.
"Las alergias son causadas por la inhalación, ingestión o contactos con sustancias que originan reacciones exageradas por mediadores químicos en el organismo de personas genéticamente predispuestos. Los que generan alergias en el ambiente del hogar son: el ácaro del polvo doméstico, el epitelio del gato, el epitelio del perro, hongos y cucarachas unidos a plantas del interior y el humo del cigarrillo", explica el Dr. Latorre.
Hay diferentes tipos de alergias, como menciona el otorrinolaringólogo. Si se las divide por el mediador, el tipo I es el más común en nuestro país y ocasiona rinitis, asma y conjuntivitis. Si divide por el punto de vista clínico, son tres clases causales: la inhalatoria, los alimentos y las sustancias quimicas.
"Los síntomas típicos de una persona alérgica son: obstrucciones nasales, estornudos, prurito (picor) nasal, secreción nasal acuosa o mucosa tranpsarente, prurito ocular o chillido de pecho. Si los síntomas acarrean transtornos en el paciente que disminuyen su calidad de vida, no hay que dudar en ir a consultar al médico", advierte el especialista.
Ante esos síntomas y las temporadas frescas, aconseja tener cuidado con los choques de termperaturas y el enfriamiento, por la posibilidad de cuadros reactivos respiratorios. En ese sentido sería: tener cuidado de no pasar frío, para lo cual sería práctico tener un abrigo a mano o evitar las corrientes directas de frío, aunque sea aire acondicionado.
"Las alergias pueden ser tratadas y controladas, pero como son de predisposición genética, es probable que se tenga que lidiar con ello durante toda la vida. Sin embargo, gran parte de los niños, a medida que crece, disminuyen sus síntomas de alergia respiratoria", puntualiza el Dr. Latorre.
Es muy importante señalar que la automedicación no es recomendada. El doctor explica que ha visto usar antibióticos corticoides o antigripales a personas que no lo necesitaban o que estaban contraindicadas por su condición clínica. Además, algunos de ellos causan dependencia, habiendo otras alternativas más sanas y naturales que no lo producen.
Consejos para prevenir alergias
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Hidratarse muy bien.
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Evitar tocarse el rostro para reducir el riesgo de contagiarse con virus invernales.
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Lavar las sábanas y la ropa de cama semanalmente para eliminar los ácaros del polvo. Realizar lo mismo con las cortinas.
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Retirar las alfombras de las habitaciones, para reducir la presencia de ácaros.
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En lo posible, evitar ambientes alfombrados de pared a pared en estancias de la casa. Es preferible usar alfombras que puedan lavarse y sacudirse regularmente, para no acumular ácaros.
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Bañar regularmente a las mascotas y los lugares donde duermen.
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Lavarse las manos después de jugar con las mascotas y/o llegar al hogar.
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Cubir la cama y almohadas para no juntar polvo sobre ellas.
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Incluso, si se cuentan con elementos decorativos u objetos que acumulan polvo, evitar que esto suceda con regularidad.
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Airear la casa a diario y dejar que ingrese la luz del sol.
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Mantener el hogar libre de humedad (que también promueve la presencia de ácaros).
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Cambiar los filtros de los aires acondicionados.
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Mantenerse abrigado en días fríos.
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Llevar paraguas, es fundamental permanecer seco.
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Respirar por la nariz en vez de la boca; la nariz filtra el aire frío, lo calienta y humidifica.