El clásico animado vuelve a la vida, y esta vez con personajes y lugares reales. La primera historia de Disney en donde su protagonista no es una princesa, sigue fiel al original animado, y cobra mayor profundidad en la narración para contarnos acerca de una heroína activa y darnos una lección sobre la belleza interior.
Por: Jazmín Gómez Fleitas
Imágenes y entrevista: Gentileza de Filmagic
La película animada estrenada en el 91, abrió la segunda época dorada de la animación en Disney junto con La sirenita y El rey león. Se convirtió en la primera película animada en recibir una nominación al Oscar a Mejor película -y también a Mejor guión original y Mejor canción-, lo que hizo que la Academia agregase poco después la categoría de animación en la premiación.
Luego de ello, la película se convirtió en una producción musical de teatro que estuvo en Broadway durante 13 años, que fue traducida a ocho idiomas y presentada en más de 20 países. Así que es lógico pensar que siendo impecable y habiendo tenido tanto éxito, ¿qué nos traería una nueva versión de la misma?
El director y guionista Bill Condon responde esa inquietud: "Considero que la película de 1991 es perfecta. Yo ya tenía más de 30 años cuando la vi, pero incluso a esa edad pensé que era genial. Cuando se estrenó fue innovadora, muy poderosa a nivel dramático, y esa increíble banda de sonido de Alan Menken y Howard Ashman… Fue una genial sorpresa ver que estaba nominada en los Oscar. Dio un gran paso adelante en animación al ser de las primeras en incorporar animación generada por computadora (CG). Por todo eso, al principio no quería sumarme al proyecto".
El temor inicial de este galardonado director y guionista experto en musicales -como Chicago y Dreamgirls, ambas ganadoras del Oscar a Mejor película, pero también de otras variadas como Crepúsculo I y II o Mr. Holmes – se debía justamente a no querer crear una nueva historia, sino lograr llevar la historia a la realidad. "Quería crear algo que rindiera homenaje al original y sea una modernización al mismo tiempo".
Y agrega: "Quería asegurarme de que, en lugar de dejar de lado lo que a la gente le encanta de la historia, nuestro nuevo relato realmente respondiera las preguntas sobre esa trama. Preguntas que los fans tal vez no se habían dado cuenta de que tenían sobre Bella y sobre La Bestia específicamente, sobre cómo llegaron a ser esos personajes, o quiénes son hoy. El cautivador filme de 1991 es animación clásica, pero si quieres ir a un nivel más profundo en la historia, las canciones y las emociones, eso es lo que ofrece esta película de acción real: una mayor profundidad de emociones".
Detrás de la magia en la pantalla
La música
El mayor desafío para el director fue tomar una película de animación y llevarla a la tradición de los musicales en vivo. "Los musicales siempre me han interesado. Cuando yo era chico ya escuchaba decir a la gente que el teatro estaba muriendo, lo mismo se puede decir de los musicales; no durante siglos pero sí durante los últimos 50 años. Aquí hay algo acerca de la historia y de su música que es mágico, y creo que esa es la razón por la que todavía atrae a la gente y hace que sea una experiencia muy especial. Quiero que el público abrace la idea de que los números musicales en la película no distraen, no interrumpen, sino que profundizan y ayudan a crear significado. Si te emociona algo, te emocionas más cuando escuchas algunas de las notas de Alan Menken o Howard Ashman. Deberías sentirte como si hubieras llegado a algún lugar diferente de donde empezaste, de lo contrario, parece que la historia se detiene".
Alan Menken es un compositor que ganó ocho premios Oscar, dos por cada una de las películas de Disney en las que trabajó como compositor: La bella y la bestia, La sirenita, Pocahontas y Aladino. Howard Ashman por su parte, ya fallecido, fue uno de los letristas más admirados, y quien trabajó junto a Menken en la mayoría de las películas mencionadas anteriormente. Para esta versión, Alan volvió a subirse a bordo y a él se sumó Tim Rice (letrista conocido por El rey león) para la creación de tres canciones: For Evermore, Days in the Sun y Our Song Lives On.
Además de estas canciones que cuentan nuevas partes de la trama, se utilizaron algunas de las letras originales de Howard Ashman de las canciones Gaston y Beauty and the Beast, que no habían sido utilizadas en la película animada.
Los personajes
Para agregar más profundidad y dimensión a los personajes conocidos de la historia, el director Bill trabajó con los coguionistas Evan Spiliotopoulos (El cazador y la reina de hielo) y con el escritor Stephen Chbosky (Las ventajas de ser invisible). La película muestra la vida del Príncipe antes de convertirse en la Bestia, y lo que le valió la maldición. También amplía la vida de Bella antes de llegar al castillo.
"Bella interpretada por Emma Watson, es alguien que está más interesada en los libros, en ver el mundo y averiguar quién es, en vez de encontrar un hombre y casarse. Ella logra esas cosas al final de la película pero no porque sea su objetivo principal. Y el tema general, que fue relevante cuando la historia fue escrita en el siglo XVIII, y sigue siendo relevante hoy, es que no debemos distraernos con la belleza de la superficie y lo que deslumbra, y que la verdadera belleza viene de adentro", señala Bill.
En cuanto al personaje de La Bestia, interpretado por el actor Dan Stevens (Downton Abbey y El quinto poder) se necesitó de mayor trabajo técnico. "Probamos varios métodos y pasamos un año tratando de encontrar la mejor manera de que sea y se viera alguien real. No es un método que se usa a menudo pero fue lo ideal para esto. Dan usaba un traje de cuerpo entero con zancos que le daba altura a la Bestia, de manera que Emma pudiera interpretar. Luego Dan ingresaba a una plataforma de captura de movimiento facial, que luego se cubría su actuación con piel y características de La Bestia. Dan lo consideró todo como un reto técnico y se animó a realizarlo así", detalle el director.
El lugar
Se decidió que la historia esté ambientada a principios del siglo XVIII en el sur de Francia, aproximadamente donde el cuento de hadas original fue escrito. El pueblo donde Bella y su padre viven se nombró Villeneuve, en honor al autor de la historia original de La bella y la bestia: Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneueve.
La fotografía principal tuvo lugar en Shepperton Studios, en las afueras de Londres, en varios exteriores del Reino Unido. Y aunque la historia contiene animación e imágenes generadas por computadora, también filmaron en entornos tan realistas como fueran posible. Más de 1000 personas trabajaron día y noche para decorar los platós que se nutrían de una cantidad increíble de detalles artísticos. Para el castillo, por ejemplo, se usó una combinación de estilos arquitectónicos, pero la mayor parte fue realizada en rococó francés. "En la película animada el castillo no cambia en el transcurso de la historia; pero aquí, como trabajamos en formato real, queríamos mostrar cómor reacciona el castillo ante los efectos del hechizo con el tiempo", explica la diseñadora de producción, Sarah Greenwood.
"En una película musical la cámara es el coreógrafo, y tiene que bailar al ritmo. Queríamos que tuviera una sensación atemporal, de modo que los movimientos de cámara parecieran que están siempre con nosotros a lo largo de la misma", finaliza el director.
Con todos estos entretelones, ya solo resta perderse en la magia de esta maravillosa producción. Que comience la función.