Durante décadas, tanto en Estados Unidos como en la Unión Soviética los niños fueron entrenados para enfrentar la posibilidad de un ataque nuclear. Un año después de la invasión rusa a Ucrania, ¿vuelve este peligro para las nuevas generaciones? Pocos días después del ataque, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó la movilización de las fuerzas nucleares.

Washington lo calificó de “peligroso” e “irresponsable” y advirtió a Moscú de “consecuencias catastróficas”. En octubre pasado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló que por primera vez desde la crisis de los misiles de Cuba de 1962 el mundo corre el riesgo de un apocalipsis nuclear.

Pero Rusia mantuvo sus amenazas, lo cual hizo temer que Putin estuviera dispuesto a emprender acciones nucleares y desencadenar así el apocalipsis. “No hemos visto un anuncio público de los rusos sobre un estado de alerta nuclear elevado desde la década de 1960″, explica Avril Haines, directora de inteligencia nacional de Estados Unidos.

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Segundos para medianoche

Los funcionarios rusos intentaron aclarar su posición, diciendo que el país solo usaría armas nucleares si se enfrentara a una “amenaza existencial”. En septiembre, cuando Putin declaró la anexión de cuatro regiones de Ucrania, cabía preguntarse: ¿atacarlas equivaldría a una “amenaza existencial” para Rusia?

Aunque no hubo señales de movilización nuclear rusa, en enero El Boletín de los Científicos Atómicos adelantó su “Reloj del Apocalipsis”, que simbólicamente mide el fin del mundo. Quedó a solo 90 segundos para la medianoche, lo que demuestra que en su opinión la destrucción de la humanidad está más cerca que nunca.

“Las amenazas apenas veladas de Rusia de usar armas nucleares le recuerdan al mundo que la escalada del conflicto, por accidente, intención o error de cálculo, es un riesgo terrible”, advirtió el Boletín.

Control de armas

La amenaza no se debe solo a la invasión rusa de Ucrania. Los acuerdos para el control de armas entre Estados Unidos y la Unión Soviética (URSS), que aliviaron las tensiones de la Guerra Fría, están muertos o rotos. El crucial Tratado de Misiles Antibalísticos de 1972 colapsó en 2002. En 2019, Estados Unidos se retiró del tratado INF, que limitaba los misiles con capacidad nuclear de mediano alcance, diciendo que Rusia violaba sus compromisos.

Y el año pasado, Washington acusó a Moscú de incumplir el nuevo Tratado START de 2011 que limita las ojivas nucleares. Pero, irónicamente, dice Pavel Podvig, del Instituto de Investigación sobre Desarme de la ONU, las amenazas de Rusia pueden haber hecho que el mundo sea un poco más seguro, al recordar a las nuevas generaciones ese peligro.

Por un lado, dijo, Rusia pudo haber calculado que era capaz de comenzar y terminar rápidamente la guerra contra Ucrania porque dispone de armas nucleares. Pero chocó con el apoyo a Ucrania de la OTAN y su potente arsenal nuclear. El conflicto puede incluso haber ayudado a demostrar que este tipo de armas son “obsoletas”, opina Podvig, ya que, como Rusia ha podido constatar, “no dan seguridad”.

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Retroceso global

Además, apunta Podvig, los líderes mundiales, incluidos aliados de Rusia, como India y China, reaccionaron negativamente a los avisos de Moscú, dando la sensación de que la amenaza nuclear es un tabú. En septiembre, el primer ministro indio, Narendra Modi, expresó su preocupación.

En noviembre, el G-20 declaró al final de su cumbre en Bali, Indonesia, donde participó Rusia, que el uso o amenaza de uso de armas nucleares es “inadmisible”. Y todavía es más reveladora la declaración conjunta de Biden y el líder chino, Xi Jinping, en el marco de esa cumbre, explica Podvig.

En ella coinciden, dice el investigador, en “que nunca se debe librar una guerra nuclear y que nunca se puede ganar, y subrayan su oposición al uso o amenaza de uso de armas nucleares en Ucrania”. Washington también ha bajado el tono del discurso, absteniéndose de mencionar “consecuencias catastróficas”.

Fuente: AFP.

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