Por Alejandra Viola, alejandra.viola@nacionmedia.com.

A sus envidiables 82 años, María Erenia Rotela viuda de Mercado es conocida como una mujer de hierro, luchadora, preocupada y ocupada de sus hijos, a quienes sigue educando con cariño, en una vida que le tocó cumplir varios roles a la vez, tanto como ama de casa e incluso, hasta hace algunos años, comerciante. Doña Erenia tuvo 14 hijos con don Luciano Mercado, quien falleció hace 5 años; son 9 varones y 5 mujeres, y la descendencia se amplía en 40 nietos y 14 bisnietos.

Oriunda de la ciudad de Minga Guazú, en el departamento de Alto Paraná, recibió al equipo de La Nación-Nación Media en su hogar: “Estoy lista para la entrevista”, expresó sonriente y sentada en su sofá de color morado, con un vestido azul de tono oscuro y muy bien arreglada para nuestra cámara.

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Su primera experiencia como madre sucedió cuando tenía 21 años, y el delicado llanto de su primer hijo iluminó su casa, con la tradicional presencia de parteras. “Cada año estaba embarazada, mi bebé cumplía un año, año y medio y yo ya quedaba embarazada. Antes no existían métodos anticonceptivos, teníamos parteras y doctoras, pero no era como ahora, yo tuve a mis 14 hijos normal”, describió, con esa añoranza que guardan los recuerdos más hermosos de la vida.

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Doña Erenia fue mamá por primera vez a sus escasos 21 años. Foto: Jorge Romero.

De mamá trabajadora a hijos profesionales

Orgullosa, doña Erenia cuenta que junto a don Luciano criaron solos a sus hijos, pues anteriormente no era común que las familias tengan empleadas domésticas. “Yo sola les crié, nadie me ayudó, yo hacía todas las labores de la casa y cuando mis hijos iban creciendo, ya aprendían a hacer ellos mismos las cosas de la casa y sus cosas de la escuela”, manifestó.

Desde muy joven, ña Erenia, como la llaman en el barrio, llevaba los productos de la chacra para vender al centro de la ciudad y así sostener los gastos de la familia. Inculcó a sus hijos y nietos la formación académica permanente para que puedan servir con capacidad y honestidad a su familia, la comunidad y el país.

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“Mi marido era agricultor y yo siempre estuve a su lado en la cocina y él plantaba naranja, mandioca y mandarina, yo subía a mi cabeza y me iba a vender al Brasil, vendía todo para después comprar mercaderías y empezar de vuelta al día siguiente”, relató.

Enamorada de todos sus hijos, destacó que los 14 tienen profesión, entre médico, periodista, psicólogo, docente y hasta una hija monja que reside en Roma. “Yo siempre les apoyé a ellos en lo que decidían hacer en la vida, nunca les dejé de alentar y hacía todo lo posible para que salgan adelante y no les falte nada; vendíamos chancho, gallina”, expresó.

Desde joven llevaba los productos de la chacra para vender al centro de la ciudad y así sostener los gastos de la familia. Foto: Jorge Romero.

La vida de a dos

El secreto para tantos años de matrimonio es definitivamente el diálogo constante, según doña Erenia. Cuenta que esa siempre fue la clave para permanecer junto con su esposo tantos años. “Siempre cada uno tenía su forma de pensar, pero al final hablábamos y siempre hubo diálogo, los dos juntos”, aseveró. “El buen diálogo es importante, si cada uno va por su lado, no salen bien las cosas”.

“Hay que tener hijos, uno necesita de los hijos, ahora que ya soy mayor, son mis hijos los que más me cuidan”, manifestó. La pregunta ineludible fue quién de los 14 es el “preferido”, a lo que con firmeza y absoluta contundencia contestó: “No tengo favoritos, todos son cariñosos y a todos les quiero por igual”.

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