Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se han notificado 348 casos en 20 países, con 70 casos adicionales de otros 13 países que están pendientes de clasificación a la espera de que se completen las pruebas. Solo seis países informan de más de cinco casos, con más de 160 en Gran Bretaña.

“En la última semana se han producido algunos avances importantes con las investigaciones adicionales y algunos refinamientos de las hipótesis de trabajo”, dijo en una conferencia de prensa Philippa Easterbrook, del programa mundial de la OMS sobre la hepatitis.

“Actualmente, las principales hipótesis son la que implican al adenovirus, y también sigue siendo importante el papel del COVID”, dijo. La OMS fue informada por primera vez el 5 de abril de 10 casos en Escocia detectados en niños menores de 10 años.

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Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos dijeron el viernes que estaban investigando 109 casos, de los que se han notificado cinco muertes. Tres niños de Indonesia han muerto a causa de la enfermedad. Esta hepatitis produce ictericia, diarrea, vómitos y dolores abdominales. Algunos casos han causado insuficiencia hepática y han requerido trasplantes.

La OMS califica el brote de inflamación hepática grave como hepatitis aguda de origen desconocido entre los niños pequeños. Los virus comunes de la hepatitis no han sido registrados en ninguno de los casos, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) y la OMS.

Menores de 10 años

La hepatitis aguda en niños genera interrogantes e inclusos temores de una nueva epidemia, en tanto el origen de esas graves inflamaciones del hígado sigue siendo desconocido. Los afectados tienen de un mes a 16 años, pero la mayoría son menores de 10 años, y muchos son menores de cinco años. Ninguno tenía otra enfermedad. Hubo un fallecimiento.

“Las investigaciones prosiguen en los países donde se dieron casos. Actualmente, la causa actual de la hepatitis es desconocida” según el Centro europeo de prevención y de control de enfermedades (ECDC). De momento, una causa infecciosa parece lo más probable, pero no se ha establecido ningún vínculo común con un alimento contaminado o tóxico que pueda ser identificado.

Por qué es inusual

Una hepatitis es una inflamación del hígado, como reacción a un virus, a tóxicos (drogas, venenos, etcétera) o a enfermedades autoinmunes o genéticas. Su evolución suele ser benigna y sus principales síntomas –fiebres, diarreas, dolores abdominales- se resuelven rápidamente o son débiles. A veces, de forma más inhabitual, pueden provocar una insuficiencia renal.

Pero “la creciente alza del número de niños afectados por una súbita hepatitis es inusual y preocupante” indicó al Science Media Center británico Zania Stamataki, del centro de investigación sobre el hígado y el aparato gastrointestinal de la universidad de Birmingham.

El hecho de que algunas hepatitis afecten a niños de entre 1 y 5 años sorprende aún más a los especialistas, así como la necesidad, a veces, de un trasplante. Y no han sido detectados en ninguno de los casos los habituales virus que originan la hepatitis viral aguda (de A a E), subrayan el ECDC y la OMS.

Sospechoso potencial

Entre las posibles pistas, los adenovirus fueron detectados en al menos 74 niños, de los cuales 18 adenovirus del llamado “tipo 41″. Varios países, entre ellos Irlanda y Países Bajos, han informado de una creciente circulación de estos adenovirus.

Son virus banales y bastantes conocidos, que provocan generalmente síntomas respiratorios (bronquitis, faringitis, etcétera), oculares (conjuntivitis), o problemas digestivos (gastroenteritis). La mayoría de los humanos son infectados por estos virus antes de los cinco años.

Pero su papel en el desarrollo de las misteriosas hepatitis no está claro. Además, el adenovirus 41 no es conocido como una causa de hepatitis entre los niños en buena salud, como observa la OMS. Una nueva cepa de adenovirus podría estar implicada entonces, según algunos científicos británicos.

Interrogaciones sobre el COVID

La posibilidad de una relación con el COVID-19, que sigue circulando, figura también entre las hipótesis. El COVID-19 fue detectado en 20 de los niños. Y otros 19 mostraron una coinfección de COVID y de adenovirus. Pero “si esas hepatitis estuvieran causadas por el COVID, sería muy sorprendente que no fueran mucho más numerosas dada la fuerte circulación del Sars-Cov2″, destaca Graham Cooke, especialista de enfermedades infecciosas del Imperial College de Londres, al Science Media Center.

Tras más de dos años de pandemia y de gestos de protección, el tema de una “deuda” inmunitaria que haría más frágiles a ciertos niños es planteado por algunos científicos, aunque sin certezas. En fin, un eventual papel de las vacunas anti-COVID ha sido descartado: la gran mayoría de los niños afectados no estaban vacunados, según la OMS.

Cinco fallecidos en EEUU

Las autoridades sanitarias estadounidenses anunciaron el pasado 6 de mayo que investigan 109 casos de un tipo de hepatitis grave en niños, cinco de los cuales murieron. Estos casos de inflamación hepática grave también preocupan a Europa que ha detectado numerosos incidentes, mientras los científicos del mundo entero se activan para buscar su origen.

En Estados Unidos se han identificado en 25 estados y territorios del país en niños con un promedio de edad de apenas 2 años, dijo un alto cargo de los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) en rueda de prensa.

Debido a su corta edad, la mayoría de los niños afectados no eran aptos para ser vacunados contra el COVID-19. “La vacunación contra el COVID-19 no es la causa” de esta enfermedad, recalcó Jay Butler, subdirector para enfermedades infecciosas en los CDC, insistiendo en que quiere poner fin a los rumores que circulan en internet.

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Sin embargo, no se descarta como posible causa la infección por COVID-19. La autoridad sanitaria privilegia no obstante la pista de un tipo de adenovirus, un virus bastante frecuente, pero del que hasta ahora no se sabía que causara hepatitis en niños sanos.

Se ha confirmado que más de la mitad de los niños enfermos en Estados Unidos han dado positivo por el llamado adenovirus “tipo 41″, hasta ahora más conocido por provocar gastroenteritis. Este adenovirus también fue detectado en numerosos niños afectados fuera de Estados Unidos.

Una de las hipótesis es que la reacción ante este adenovirus puede verse perturbada por otro factor, como la infección al COVID-19 o factores medioambientales, como el contacto con animales o una toxina. “Los investigadores de aquí y de todo el mundo trabajan duramente para determinar la causa”, dijo Butler.

Trasplante de hígado

Se aconseja a los padres vigilar eventuales síntomas en sus niños (vómitos, orina oscura, heces claras, ictericia...) y contactar a un médico en caso de sospecha. Hace dos semanas, los CDC emitieron una alerta de salud para que los médicos den a conocer a las autoridades todo caso sospechoso de hepatitis de origen desconocido.

Los 109 casos detectados en Estados Unidos han ocurrido durante los últimos siete meses, afirmó Butler. Y el 14% de los niños afectados tuvo que someterse a un trasplante de hígado. Aunque el 90% de los niños tuvieron que ser hospitalizados, la mayoría se curó.

“Sabemos que esta noticia puede ser preocupante, especialmente para los padres de niños pequeños. Es importante recordar que estos casos de hepatitis grave son inusuales”, dijo el vocero de los CDC. Butler también precisó que el número de visitas pediátricas a urgencias por hepatitis no era de momento anormalmente elevado en Estados Unidos, a diferencia de lo que ocurre en el Reino Unido.

Fuente: AFP.

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