La cantante afgana Sediqa Madadgar es una estrella en Instagram y YouTube, pero la llegaba al poder de los talibanes pone en peligro sus sueños, así como el de numerosos ‘influencers’ del país, creadores de contenido con miles de seguidores en redes sociales.

Esta artista de 22 años que pasó por el concurso televisivo de talentos “Afghan Star”, se hizo famosa por su increíble voz. Musulmana practicante, con la cabeza cubierta con un velo, se pasaba el día subiendo videos para sus 21.200 suscriptores en YouTube y los 182.000 de Instagram.

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En uno de sus últimos videos se la podía ver muerta de risa cortando una sandía. En otro, entonaba una canción folclórica en un café acompañada de un guitarrista. Durante una reciente visita a Kandahar, la cuna de los talibanes, se grabó comiendo pizza con sus amigas.

Pero el 14 de agosto cambió radicalmente de tono y, por primera vez, habló de política en su cuenta. “No me gusta mostrar mis penas por internet, pero estoy harta de todo esto”, escribió. “Mi corazón se rompe al ver mi tierra, mi patria destruida lentamente”. Al día siguiente, los combatientes talibanes tomaban Kabul, y desde entonces no volvió a escribir.

“No estaremos seguras”

Millones de afganos, sobre todo en el caso de las mujeres y de las minorías religiosas, temen que sus publicaciones en redes sociales les puedan comprometer. Muchos recuerdan la visión ultraortodoxa de la ley islámica que los talibanes impusieron durante su anterior gobierno, de 1996 a 2001.

Se prohibió a las mujeres salir de sus casas sin un acompañante masculino de la familia, trabajar, recibir una educación. La pena por delitos como el adulterio eran los latigazos y la lapidación hasta la muerte. Con sus 290.000 seguidores en Instagram y 400.000 en TikTok, Ayeda Shadab es un icono de la moda para muchas jóvenes afganas.

Cada día subía videos desfilando con las últimas novedades de su prestigiosa tienda de Kabul. En uno de los últimos, se la ve posando con un vestido de gala asimétrico y transparente, con el fondo de la canción de la británica Dua Lipa, “Levitating”. Y mostraba su miedo ante las consecuencias de la llegada al poder de los talibanes para mujeres como ella, que trabajan en el sector de la moda.

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“Si los talibanes toman Kabul, las personas como yo no estaremos seguras”, declaró a la cadena alemana ZDF durante una reciente entrevista. “A las mujeres que, como yo, no llevamos velo y trabajamos, no nos aceptan”, agregó. Horrorizada por la llegada de los talibanes, aseguró que estaba lista para huir y, recientemente, anunció que estaba en Turquía. Otros famosos e ‘influencers’ siguieron sus pasos.

Aryana Sayeed, una de las cantantes afganas más famosas, subió a Instagram el miércoles una foto de ella a bordo de un avión del ejército estadounidense con destino a Doha. “Estoy bien, estoy a salvo después de unas noches que no podré olvidar jamás”, escribió. “Mi corazón, mis oraciones y mis pensamientos estarán siempre con vosotros”.

Objetivo de represalias

Pero otros no tuvieron tanta suerte. Zaki Anwari, un futbolista juvenil del equipo nacional de Afganistán era un habitual de las redes. El viernes se supo que murió tras caerse del costado de un avión estadounidense al que se había agarrado para huir de Kabul.

A raíz de numerosas recomendaciones de militantes, periodistas y asociaciones, Facebook anunció nuevas herramientas para que los usuarios afganos puedan bloquear rápidamente sus cuentas. Facebook afirmó que considera a los talibanes como una “organización terrorista” desde hace años, por lo que bloquea sus cuentas tanto en esta plataforma como en Instagram.

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La organización estadounidense de defensa de Derechos Humanos Human Rights First publicó una serie de consejos en darí y pastún (idiomas oficiales en Afganistán) sobre cómo suprimir la presencia de un usuario en internet. Para Raman Chima, responsable de Asia en el grupo de defensa de internet Access Now, las redes sociales deberían centrarse en evaluar los posibles mensajes que inciten a la violencia.

Explicó a la AFP que los autores de publicaciones “pueden ser objetivo de represalias, ser considerados como infieles o contrarios al islam, no solo a ojos de los talibanes sino también ante los otros grupos extremistas religiosos del país”.

Fuente: AFP.

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