Juan Carlos Pinzón, exministro de Defensa de Colombia, en su momento candidato presidencial y quien se define a sí mismo como un profesor con vena política, estuvo por nuestro país brindando conferencias y entrevistas, todas ellas relacionadas a la actualidad geopolítica mundial y regional pero también la realidad del momento que vive nuestro país.

En entrevista con Nación Media refirió que “América Latina tiene todo para ser poten­cia en el planeta, tenemos todo, pero no somos capaces de crear consensos”. Tam­bién expresó una enorme preocupación por la ola de populismo y el crimen orga­nizado que con facilidad han ido creciendo en varios paí­ses de la región.

-En su carácter de exminis­tro de Defensa, ¿qué ense­ñanza ha dejado la lucha con­tra las FARC y de qué manera esa experiencia se puede apli­car de manera regional y local contra el crimen organizado?

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-Grupos como estos nunca ofrecen una salida real a situaciones como la pobreza. Es lo que ha pasado en mi país, los combatimos, los lle­vamos a la menor expresión, pero eso, desafortunada­mente, ha vuelto a crecer. Los grupos armados y la crimina­lidad se han vuelto a expan­dir, eso es lo que sucede ahora en mi país. Por eso Colombia no está creciendo, el futuro de la gente está en entredicho y por eso es tan importante la seguridad, que no es un fin, es un medio para el pro­greso social, para que la gente se siente tranquila y sepa que puede tener oportunidades. Por tanto, es el medio para que llegue la salud, la infraes­tructura y los empleos a tra­vés de las inversiones.

-¿Cómo ve el rol actual de las Fuerzas Armadas en América Latina ante nue­vos tipos de amenazas que van más allá del conflicto armado tradicional?

-En el mundo ideal todos esperamos no utilizar a las Fuerzas Armadas, todos esperamos que las fuer­zas de seguridad solo brin­den asistencia eventual que ayuden a la convivencia de los ciudadanos y que estas fuerzas resuelvan ese tipo de conflictos. Pero lasti­mosamente estamos en un momento donde el crimen organizado se ha fortalecido y con bolsillos inagotables, por tanto, tienen la capacidad de corromper a la Justicia, a las instituciones armadas, a la política y a veces hasta a los medios de comunicación. Tienen recursos para tomar el control de ciertas regiones poniendo en entredicho la misma soberanía y la capaci­dad de un Estado para defen­der a su propia gente. Por eso es necesario generar unas fuerzas armadas sólidas. Las Fuerzas Armadas tie­nen una función más social de manera interna, pero al mismo tiempo es necesaria una fuerza que sea capaz de imponerse sobre estos grupos organizados, siempre en el marco del respeto a los dere­chos humanos, del derecho internacional humanitario.

-¿Qué tipo de ayuda o coo­peración internacional es el que Paraguay necesita para continuar esa lucha contra estos grupos, que cada día tienen más recur­sos, se expanden y van aumentando su influencia?

-Yo creo que es necesario que en todo el mundo, los Gobier­nos se unifiquen en la lucha contra este flagelo, porque el crimen organizado no conoce fronteras ni respeta límites de Gobiernos. Eso evitaría que el crimen organizado tomara ventajas al ser limi­tados por los Gobiernos de la región del Cono Sur. Para­guay necesita fortalecer más su capacidad de inteligencia para ser más efectivo y nece­sita tecnología para hacer más efectiva esta lucha.

-¿Qué le parece la presen­cia de países extrarregio­nales y que comienzan a tener mayor influencia en ciertos gobiernos de Amé­rica Latina?

-El caso de Irán es notable porque aprovecha las “zonas grises” que existen en Amé­rica Latina, así como la pre­sencia del crimen organizado, al que utiliza para financiar sus actividades terroristas. Nuestra región es la que pro­duce el flujo de caja para sus organizaciones terroristas.

En el caso de Rusia, este se presenta con la manipula­ción de las redes sociales, de medios de comunicación, a través de los cuales busca imponer una narrativa para ir en contra de los intereses que de alguna manera repre­sentan EE. UU. o Europa, y en el caso de China, ellos bus­can sacar provecho de manera comercial. Ellos nos venden de todo y nosotros no le vende­mos casi nada. Pero también aprovechan que hay regíme­nes que se van distanciando de EE. UU., son los menos inci­sivos, pero de todas maneras participan en el conflicto glo­bal que estamos viviendo.

-¿Cuál sería el rol de Para­guay como socio estraté­gico de Estados Unidos?

-Paraguay tiene una posición geográfica estratégica, y ade­más de todos sus recursos, este país puede aprovecharlo para hacer buenos e impor­tantes negocios con Estados Unidos. Existen muchos pun­tos en común para beneficio de ambos, pero en especial para el Paraguay, en tema edu­cativo, de justicia y de lucha contra el crimen organizado.

-¿Qué tan amenazada cree usted que está la demo­cracia en esta parte del mundo, ya sea por el popu­lismo o por la desinforma­ción a partir de posturas polarizadas?

-La democracia se está dete­riorando en el continente y esto es algo que está pasando frente a nuestros ojos. Por ejemplo, hay países que manipulan a la democracia para que se posicionen en el poder los autócratas. El caso de Venezuela y Nicaragua no dejan dudas. Lo han inten­tado en Ecuador, en Perú y mismo en Bolivia, ese país no ha podido levantar la cabeza en todos estos años.

En mi propio país, Colom­bia, que es un país que había avanzado bastante en mate­ria democrática, hoy hasta la propia libertad de prensa está en entredicho. Hay com­portamientos inapropiados, incluso agresividad del pre­sidente Gustavo Petro frente a las instituciones, se está convirtiendo en un tema inaceptable. Hay que cuidar a la democracia, porque el día que la perdamos, perderemos nuestra libertad y la posibili­dad de elegir gobernantes o tener alternancias en el poder.

-La postura del presidente Petro con relación al con­flicto en el Medio Oriente, ¿le parece que es sincera o es solo para posicionarse en un caso muy mediático?

-Es una irresponsabilidad la postura que toma Petro, por­que el deber del jefe de Estado de Colombia es trabajar para bien de su gente y no para pen­sar en agendas que corres­ponden a otros intereses y además son externas. Cada quien tiene su posición ideo­lógica o política, pero esa posi­ción le está haciendo daño a Colombia, un país que toda la vida confrontó al terrorismo y ahora hasta parece ser un país que acepta hechos de terro­rismo. Eso es malo y hasta aleja inversiones. Afecta oportunidades de negocios en Colombia, y lo peor es que no logramos crecer en los últi­mos tres años más que el 2 % y eso está comenzando a exas­perar al país.

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