- Nicole Mischel
- Corresponsal de Nación Media en Israel
Celebrar el Día de la independencia del Paraguay en Israel es un acontecimiento con mucho simbolismo para la comunidad paraguaya en tierras hebreas.
Este año ha sido quizá uno de los más especiales. En plena campaña bélica, en tiempos de guerra para Israel, con una coyuntura compleja en el sistema internacional, el único país del mundo que le regaló a Israel un acto de incondicionalidad fue justamente Paraguay; fue con la decisión del presidente Santiago Peña de trasladar la Embajada paraguaya de Tel Aviv a Jerusalén.
El jueves 29 lo expresaba así el mismísimo ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Sa’ar, en la recepción que ofreció el embajador paraguayo Alejandro Rubin en Jerusalén. Para el ministro Sa’ar, Paraguay es un verdadero amigo de Israel.
Este viernes (30 de mayo), en pleno parque de la ciudad de Herzliya, ante la comunidad paraguaya en Israel, se sentía la alegría de estas excelentes relaciones entre ambos países.
Los paraguayos en Israel saben que es un hecho de mucha bendición, porque, aunque vivan en Israel, sienten a través de la representación diplomática que Paraguay está a su lado. Y no es para menos, al tener un embajador que va más allá de representar al país, el jefe diplomático es como el gran padre de familia que hace todo para que sus hijos tengan la seguridad de protección y el amor.
Así es el Alejandro Rubin, quien compartió con cada uno de los presentes que acudieron a esta celebración, donde su esposa Tali ayudó a organizar y servir un asado paraguayo con auténtica (y sabrosa) carne de primera calidad, que fue el deleite de una comunidad que tiene sus recuerdos en la añorada Asunción.
Me sorprendió ver paraguayos con arraigo antiguo ya en Medio Oriente, personas con más de treinta y cuarenta años en Israel, que guardan sus tradiciones y cantan “La Galopera”, hasta niños israelíes, hijos de paraguayos, que hablan perfecto español, con un toque de acento israelí, que suelen viajar en sus vacaciones la travesía de Israel a Paraguay, para compartir en casa de sus abuelos en Asunción y comprar en el famoso Shopping del Sol.
Es aquí donde uno se da cuenta de cuan importante es mantener el vínculo emocional con tu país de origen, y los positivos resultados que eso conlleva. Porque las fuertes relaciones comerciales, fructíferas y prósperas, vienen motivadas de una cercana relación diplomática.
Hubo un momento muy especial en medio de la celebración y el asado. Fue justamente cuando le hice una foto a las dos cónsules, dos mujeres, una paraguaya y otra israelí, que representan liderazgo, emprendimiento y empoderamiento femenino.
Ellas son Mónica Sartorio Roche, cónsul general, y Ruth Amit Fogel, cónsul honoraria, quien por cierto será próximamente premiada en el Senado paraguayo. Y me doy cuenta de que no tan solo en Israel compartimos con Paraguay la fecha de la independencia, el 14 de mayo, sino el carácter femenino de progreso.
Fue una tarde muy especial, con polcas y guaranias para ambientar, una carne de primera, el calor de una comunidad muy unida donde se le hizo tributo a dos naciones hermanas, pequeñas en tamaño, pero grandes en oportunidades.