Tras largos años de blindaje y luego del último demoledor dictamen de la Contraloría General de la República por el cual pide la intervención de su administración, el intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto, se encuentra acorralado por las irregularidades que hasta ahora arrastra con total impunidad.
Desde aquel sonado caso de la Tía Chela, una pequeña despensita a la que Miguel Prieto le adjudicó casi G. 3.000 millones por la compra de alimentos que no tenía en stock durante la pandemia y por la cual fue imputado por el Ministerio Público al revelarse indicios de un esquema fraudulento de adquisiciones, no pararon denuncias de corrupción contra su administración, en su mayoría conformadas por la Contraloría.
El intendente suma 43 denuncias en su contra ante el Ministerio Público, dos imputaciones por irregularidades en compras covid, pero goza de una impunidad sin precedentes, gracias al blindaje de sus aliados opositores, como la prensa amiga de estos.
Un vendedor de frazadas convertido en empresario de la construcción o una discoteca convertida en una constructora son tan solo algunos de los beneficiados con los millonarios contratos en la capital del Alto Paraná (ver infografía).
La nómina de beneficiados incluye a empresa ligada a una de sus exparejas, Vanessa Florentín, de Vanemi SA, una ferretería que presentó facturas de venta de alimentos a Tía Chela en el intento de respaldar la adquisición de productos alimenticios de un autoservice que no disponía los víveres.
Prieto otorgó contratos por cerca de USD 2 millones a MB Constructora, propiedad de Elvio Mareco, un cercano aliado político y aportante de su campaña. En solo dos años, Mareco, anteriormente un vendedor de frazadas, recibió nueve contratos exclusivos de la comuna, por más de G. 14.571 millones.
SCDE SA, antes conocida como Golden Rouge SA, pasó de ser un club nocturno para convertirse en una constructora favorecida por la Municipalidad de Ciudad del Este con más de G. 14.000 millones (unos USD 1,7 millones) en contratos desde 2022. Inicialmente, Golden Rouge operaba en el rubro de bebidas y entretenimiento, pero en 2021 cambió su denominación y actividades, incluyendo la construcción de carreteras, edificios y otras infraestructuras. Entre sus accionistas figura Lumma Silva Battochi, funcionaria de la municipalidad y esposa de Juan Quiroga Cañete, director de la Secretaría de la Vivienda. Silva Battochi, con un salario mensual de G. 3 millones, aportó G. 320 millones como capital para integrarse a la empresa, una cifra que contrasta notoriamente con sus ingresos como funcionaria.No hay que olvidar dos subcomisiones vinculadas a Quiroga Cañete y Silva Battochi recibieron más de G. 311 millones de la Municipalidad de Ciudad del Este para supuestas ollas populares. Los desembolsos, aprobados el mismo día de su solicitud, se justificaron con facturas cuestionables de FASV Import Expor, sin especificar marcas, lugares de entrega ni distribución de los insumos.
Una clínica móvil sindicada de mau por no contar con las especificaciones técnicas establecidas en contrato, ganancias registradas como pérdidas, multimillonarias transferencias a comisiones vecinales fantasma, entre otros forman parte del rosario de irregularidades de la gestión Prieto.