El Ministerio de Tec­nologías de la Infor­mación y Comuni­cación (Mitic) cerró el año 2024 con una gran agenda de avances en materia de digita­lización, desarrollo de plata­formas, conectividad, entre otros aspectos, pero el tra­bajo debe continuar. Desde la institución destacaron que Paraguay ha logrado posicio­narse en ciertos aspectos a nivel regional; no obstante, los desafíos persisten.

“En general, veo que estamos en una etapa de poder dar un salto mucho más grande y poder estar entre los países con una adopción tecnoló­gica mucho mayor, pero, por supuesto, debemos seguir trabajando en la formación, en la capacitación, en la adop­ción de las herramientas y un cambio cultural”, expresó el ministro Gustavo Villate en comunicación con La Nación/Nación Media.

El titular del Mitic mani­festó que, pese a los pasos que se avanzaron, hubo aspectos en los que les hubiese gustado lograr un mayor salto, sin embargo, no pudieron concretarse por diversos aspectos, como la urgencia de desa­rrollar plataformas como Hambre Cero (alimenta­ción escolar) o Che Róga Porã (viviendas), progra­mas que son emblemas del Gobierno y sobre los cua­les el desarrollo tecnológico estuvo pensando desde su concepción.

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“Yo tenía el compromiso de poder lograr el 100 % de los trámites que tiene el Estado de cara al ciuda­dano en línea, cosa que no pudimos lograr, pero espe­ramos poder completarlo en el próximo trimestre de 2025. No estamos satisfe­chos, pero la meta fue muy desafiante porque yo soy así”, sentenció Villate.

El ministro mencionó que, de acuerdo a lo conversado con sus pares de la región y el resto del mundo, pudo notar que Paraguay dio gran­des avances en compara­ción con otras naciones, por ejemplo, en cuanto a la por­tación de documentos digi­tales, herramienta con que muchos países no cuentan o no en un nivel de desarrollo como se ha logrado aquí; no obstante, “hay puntos donde seguimos un poco más flo­jos”, reconoció.

El 2024 se caracterizó por un trabajo coordinado junto con otras institucio­nes, como el caso de Ham­bre Cero, para la cual parti­ciparon instituciones como el Ministerio de Educa­ción y Ciencias (MEC), el Ministerio de Desarrollo Social (MDS), entre otras, que hicieron posible inte­grar en un sistema, desde el modelo de gestión hasta la fiscalización de la imple­mentación del programa de alimentación escolar.

“Cuando se generan las especificaciones para hacer el llamado, se hacen a par­tir de unas plantillas auto­matizadas, que básicamente estira las necesidades de cada gobernación y los diferentes municipios en función a la cantidad de registros de estu­diantes que se tiene en cada institución, el rango de edad y el requerimiento nutricional que va a necesitar, se define la dieta y, a partir de ahí, la can­tidad de insumos para deter­minar la demanda”, explicó.

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