Criminales de alto perfil conviviendo en el día a día con malandrines y personas con causas más “livianas” de pena ha sido el cóctel explosivo señalado como causa del incremento de delincuentes de “peso”. Es este hecho ante la cual ahora, desde el Ministerio de Justicia, se inicia el proceso de clasificar a internos de acuerdo a su peligrosidad, de manera de ubicar a unos y otros en compartimientos separados.
El ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, señaló al respecto que el perfilado de reos se ha iniciado y que el avance en la clasificación tendrá un efecto positivo en la organización penitenciaria, además de asegurar que personas con faltas menos gravosas se expongan a influencias de reos que representan peligro significativo para la sociedad.
Una muestra del peligro de influencias dentro de las cárceles es el reciente caso desvelado de la fábrica de picantes montada en el penal de Emboscada y llevada a cabo por internos que estaban en programas de reinserción social. Allí detectaron que el emprendimiento recibió como “capital semilla” una importante inyección de dinero proveniente del narcotráfico, y cuyo objetivo de fondo era el lavado de activos.
“Se comprobó que ese emprendimiento fue montado a finales de la administración anterior, y se hizo los trámites para apurar su implementación antes de que asuma el nuevo gobierno”, dijo Nicora en entrevista a medios televisivos, y replicado por el portal Hoy.com.py
Añadió que existen evidencias de que el operativo que dio origen es de recursos ilícitos. El ministro significó que la fábrica de picantes en cuestión continúa sus actividades, pero ya bajo control de las operaciones que se realizan en torno al negocio.