• AFP

El presidente brasi­leño Luiz Inácio Lula da Silva recibió a sus pares de Argentina, Paraguay y Uruguay en la sede futurista del Museu do Amanhã, a espal­das de la bahía de Guanabara.

La cita del Mercosur coincide con una escalada de la tensión entre Venezuela y Guyana por la disputada región del Esequibo, rica en petróleo, y que llevó al ejército brasileño a reforzar su presencia mili­tar en la frontera con ambos países vecinos. Los jefes de Estado discutieron el futuro de un bloque regional que ha avanzado lentamente en su objetivo de integración comer­cial desde que se creó en 1991, durante el auge de gobiernos de corte económico liberal y aperturistas.

La novedad fue la presencia, por primera vez como miem­bro pleno, de Bolivia, después de una espera de ocho años por la aprobación de los par­lamentos de los demás países.

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La adhesión de Bolivia “crea un espacio todavía más sig­nificativo de integración regional y de posibilidades de desarrollo compartido”, dijo el vicepresidente brasileño Geraldo Alckmin durante una reunión ministerial del bloque el miércoles. Lula pro­mulgó la adhesión de Bolivia al Mercosur en una ceremo­nia junto a su par Luis Arce, una semana después de que el Senado brasileño aprobara ese paso, el último para el ingreso definitivo del país al bloque regional. La entrada de Bolivia, un país gasífero y poseedor de grandes reser­vas de litio, expande las fronteras geográficas y eco­nómicas del Mercosur, que actualmente comprende el 62 % de la población sura­mericana y el 67 % de su PIB. Lula traspasó la presidencia del bloque para el próximo semestre al presidente para­guayo Santiago Peña, quien junto al líder uruguayo, Luis Lacalle Pou, promulga una mayor apertura del grupo.

PRIMER ACUERDO CON ASIA

Lula esperaba cerrar en la cumbre de Río el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, que lleva más de dos décadas de negociaciones y que crearía la mayor zona de libre comercio del planeta.

Pero las insatisfacciones expresadas en los últimos días por Francia y Argen­tina, y las acusaciones cruza­das entre bastidores enterra­ron las expectativas, y Brasil finalmente se resignó a espe­rar un entendimiento “en un futuro próximo”. Al cierre de la cumbre, la UE y el Mercosur publicaron un comuni­cado conjunto, informó a la AFP una fuente de la canci­llería brasileña.

Más exitosas fueron las con­versaciones con Singapur, que selló un acuerdo de libre comercio y fue firmado con la presencia del canciller sin­gapurense Vivian Balakrish­nan. El tratado comercial es el primero del bloque sura­mericano en 12 años y el pri­mero con un país asiático.

CAMBIOS CON MILEI

La cumbre fue la última para el mandatario saliente de Argentina, Alberto Fernán­dez, tres días antes de entre­gar el poder al ultraliberal Javier Milei, una transición que avizora cambios en el Mercosur. Milei es muy crí­tico del bloque suramericano, y surgen dudas de la dinámica entre él y el izquierdista Lula, después de que el ultraliberal lo tachara de “comunista” y “corrupto” durante la cam­paña. “Tanto la llegada de Milei como el fracaso del acuerdo con la UE plantea dudas acerca del futuro del bloque”, dijo a la AFP Bruno Binetti, investigador de la London School of Economics.

Según el experto, esa coyun­tura “va a reforzar las voces que quieren renegociar el Tra­tado del Mercosur para permi­tir negociaciones unilatera­les con terceros países”, como Uruguay, que adelanta charlas comerciales con China.

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EL MENSAJE DE LULA A PEÑA

El presidente brasileño publicó un mensaje en sus redes sociales, relacionado al operativo Dakovo, llevado a cabo esta semana y que desmanteló a una organización criminal transnacional de traficantes de armas. “Quisiera felicitar al presidente paraguayo, Santiago Peña, por el comportamiento de su policía, que junto con la Policía Federal brasileña y los estadounidenses destruye­ron la mayor red de contrabando de armas que conozco en nues­tra América del Sur”.

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