La iniciativa del dirigente capitalino tiene como tras­fondo proyectar su candi­datura a la Presidencia de la República para el 2028, mientras que sus correligio­narios exigen que entregue su banca bajo el argumento de que el espacio que ocupa en el Congreso Nacional per­tenece a la agrupación tra­dicional.

En su solicitud de desafilia­ción el congresista dijo que “quienes ostentan los espa­cios de decisión, tanto en el PLRA como en el Congreso, responden en gran medida al cartismo, haciendo el des­honroso papel de satélites funcionales al oficialismo en el gobierno”.

Agregó que desde el inicio del nuevo periodo parlamenta­rio sus colegas de los prin­cipales sectores internos de la nucleación tradicional, el efrainismo y el llanismo “han operado y alineadamente con el cartismo, olvidando por completo su rol de opo­sitores y, lo que es peor, ava­lando o liderando todo tipo de atropellos contra la insti­tucionalidad de la República y la Constitución Nacional, siendo indignos de ser llama­dos liberales”.

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La intención de Nakayama también se centra en con­formar una nueva nuclea­ción, fuera del Partido Libe­ral Radical Auténtico y de esa manera ocasionar la división, planteamiento que según sus correligionarios no cuenta con arrastre.

“La historia nos enseña que a veces es necesario dividir fuer­zas para recuperar la vitalidad y depurar las filas. Mi separa­ción del PLRA no implica la renuncia a mis principios libe­rales ni mucho menos al histó­rico Partido Liberal en cuya reconstrucción y fundación seguiré trabajando”, remarcó.

Nakayama fue duramente cuestionado por otros diri­gentes azules tras “abando­nar el barco y no quedarse a pelear” por el resurgimiento del PLRA, institución polí­tica que enfrenta una pro­funda crisis política y finan­ciera ocasionada durante la gestión de su expresidente Efraín Alegre.

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