El martes 4 de julio se realizará en Puerto Iguazú, Argentina, la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, la última en la que participará Mario Abdo Benítez. Al encuentro también fue invitado el presidente electo, Santiago Peña, quien estará acompañado por el futuro canciller Rubén Ramírez Lezcano, quien ya desde hoy será parte de la reunión del Consejo Mercado Común, con cancilleres del Mercosur, encuentro previo a la cumbre de presidentes, junto al actual canciller, Julio Arriola.
Tanto Peña como Ramírez regresaron el domingo al país luego de haberse tomado unos días de descanso con sus familias en Buenos Aires (Argentina). Luego de la cumbre, ambos volverán a viajar a los Emiratos Árabes Unidos y a la República de China (Taiwán) para establecer acuerdos que beneficien al país, antes de la asunción del próximo gobierno, el 15 de agosto.
La cumbre, con las imponentes Cataratas de Iguazú de fondo, dará cita al mandatario argentino Alberto Fernández, y sus pares de Uruguay, Luis Lacalle Pou; Paraguay, Mario Abdo, y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien recibirá la presidencia pro tempore del bloque, según un informe de AFP.
Pero fuera de las decisiones de los jefes de Estado estará uno de los asuntos más importantes de la agenda del Mercosur, que comprende el 62 % de la población suramericana y el 67 % de su PIB. Del encuentro no saldrá una respuesta detallada a las nuevas exigencias ambientales europeas, que desde que se filtraron en marzo han creado una nube de desconfianza mutua y ponen en duda cualquier finalización del acuerdo Mercosur-UE alcanzado en 2019.
“Estamos muy cerca de presentar nuestras evaluaciones a los socios del Mercosur”, dijo Mauricio Carvalho, secretario de Asuntos Económicos y Financieros de la Cancillería brasileña. Se da por sentado que no alcanzará el tiempo para lograr una conclusión en Puerto Iguazú.