Datos oficiales de la Policía Nacional señalan que en Paraguay se dieron 2.136 hechos punibles de asaltos por parte de delincuentes motorizados, lo que deja un promedio de 5,9 casos por día. Esta situación enciende las alarmas, más atendiendo que la Unidad Táctica Motorizada ha venido bajando su rendimiento operativo con apenas 334 aprehensiones en el 2022, y teniendo activo solamente el 54% de las motopatrullas.
- Por Darío Arámbulo
- dario.arambulo@nacionmedia.com
Los motochorros causan zozobra en las calles y se convierten en una de las principales causas de la inseguridad y de la sensación de inseguridad. Durante el año 2022 en Paraguay se registraron 2.136 casos de robo agravado y robo común de objetos perpetrados bajo esta modalidad delictiva, de acuerdo a un informe estadístico realizado por el Departamento de Estadística, con base en datos de la Dirección General de Prevención y Seguridad de la Policía Nacional.
Para entender esta realidad es importante señalar cómo se configura. La Policía de Investigaciones de Chile (PDI), en un informe elaborado el año pasado, menciona que el motochorro es un fenómeno delictual que se presenta cuando uno o más sujetos en motocicleta abordan a una persona para despojarle de sus pertenencias, ya sea mediante la sorpresa, la intimidación o la violencia.
Algunas organizaciones civiles de combate a la delincuencia estiman que el fenómeno en la región se inició alrededor del 2005, principalmente en Colombia y México, y desde el 2008 que se empiezan a dar casos similares en la Argentina, para luego expandirse por la mayoría de los países latinoamericanos. El término motochorro es un neologismo surgido de las palabras moto (motocicleta) y chorro (argentinismo para llamar a un ladrón).
REALIDAD PARAGUAYA
El fenómeno del motochorro en Paraguay se ha venido expandiendo en los últimos años y los números estadísticos reflejan datos alarmantes que requieren una rápida respuesta en materia de política pública de seguridad ciudadana. Durante el año pasado la Policía Nacional registró un total de 2.136 casos de robo agravado y robo común perpetrados por asaltantes motorizados.
Es decir, en nuestro país se cometieron en promedio al menos 6 casos por día, basados siempre en hechos que fueron denunciados ante las autoridades. Esto significa que en la vía pública cada 4 horas una persona es víctima de algún motochorro.
Otro elemento importante en el análisis estadístico de los hechos registrados es que el segundo semestre, aunque por poco, es el período en que mayores casos se han denunciado, con el 57% del total. Esto tiene que ver también porque agosto (223), diciembre (220) y setiembre (209) fueron los meses en los que más eventos delictivos de motoasaltantes hubo.
ZONAS MÁS AFECTADAS
La densidad poblacional de los departamentos va directamente relacionado con la tasa de hechos punibles registrados, y de esta forma vemos como Central se convirtió en el área con más robos perpetrados por motochorros durante el 2022. Las estadísticas señalan que en esta zona hubo 1.249 denuncias contra delincuentes motorizados.
Esta situación refleja que el decimoprimer departamento es uno de los más atacados por este fenómeno delictivo, pues en su territorio ocurrió el 58% del total de casos registrados durante el 2022.
Después de Central viene Alto Paraná, siendo el segundo departamento más afectado por la delincuencia motorizada con 227 de los casos, hablamos del 10,6%, y en tercer lugar el distrito capital de Asunción donde hubo 173 robos perpetrados por motociclistas, lo que representa el 8% del global.
ESTRATEGIA DE RESPUESTA
La Agrupación de la Unidad de Operación Táctica Motorizada – Grupo Lince nació en abril del 2017 como parte de una política de combate al fenómeno de los motochorros, formando de esta manera una fuerza policial con capacidad de respuesta inmediata, además de la prevención de este flagelo. Sin embargo, en los últimos años han disminuido los resultados, por lo que hablan de la necesidad de repontenciar Lince con adiestramiento e inversión.
“La agrupación Lince fue diseñada para luchar contra los delitos de mayor connotación social y en esa época eran asaltos cometidos por motochorros que se hacían en la zona del microcentro de Asunción. La capital estaba, y sigue estando, abarrotada de vehículos, la persecución de los hechos era muy lenta y no se podía dar respuesta efectiva ante estos hechos, entonces se trabajó para traer el modelo de Panamá a través de cooperación internacional”, recordó el comisario general comandante (R) Luis Carlos Rojas.
Haciendo historia, Lince empezó a operar en mayo del 2017 en Asunción, y ese mismo año se extendió al departamento de Cordillera. Año tras año fue expandiéndose, llegando a los departamento de Central, Itapúa, Alto Paraná, Caaguazú, Paraguarí, Presidente Hayes, Coronel Oviedo, Guairá, Concepción y en diciembre pasado habilitó su sede regional en Canindeyú, específicamente en Salto del Guairá.
“Se diseñó el trabajo para realizar patrullas constantes, mínimo en pareja o en tres motos, siempre de acuerdo a datos de georreferencias de los hechos punibles ocurridos en Asunción. Ese análisis se realizaba todas las mañanas para luego lanzar las patrullas a las zonas riesgosas”, comentó el comisario general Rojas sobre cómo empezó a operar el Grupo Lince.
Actualmente 655 policías forman parte de la Agrupación Lince, 612 hombres y 43 mujeres, además de 5 funcionarios administrativos. En cuanto a su fuerza operativa, también es importante señalar que el Grupo Lince tiene registrado 300 motocicletas, sin embargo, 162 son las que se encuentran en funcionamiento, hablamos del 54% de su parque móvil.
En cuanto a resultados, observamos que en los últimos tres años ha mermado en cuanto a resultados se refiere, pues de pasar a registrar 1.534 aprehensiones en el 2019, en el 2022 cerró con 334 aprehendidos, cuando que la cantidad de hechos punibles perpetrados por motochorros es de 2.136 en el último año.
REINGENIERÍA DE LINCE
“Los tácticos motorizados tenían un plus económico, además se les premiaba por resultados cuando actuaban en buena forma y rechazaban coimas. La Agrupación Lince luego de seis meses de actuaciones eran sometidos a retroalimentaciones de formación táctica y moral, pero que se dejó de lado. Ahora mismo la Agrupación Lince necesita de una reingeniería estructural y una retroalimentación, tanto en dotarlo de nuevos conocimientos, nuevas estrategias, además de inversión pública en cuanto a seguridad”, resaltó el ex comandante de la Policía Nacional.
Luis Carlos Rojas también hace énfasis en la necesidad imperiosa de fortalecer el nivel de formación de los postulantes y los activos de la Unidad de Operación Táctica Motorizada, con la finalidad de repuntar los resultados en beneficio de la sociedad.
“Uno de los errores que se cometieron en Lince fue empezar a poner como instructores a personas que estaban ya operando en Asunción, no se continúo con la inversión de tener instructores del extranjero (específicamente de Panamá), que era lo que necesitamos, al menos por un período de cinco a diez años, como estaba planificado, y a partir de ahí recién lograr tener los instructores idóneos para esta especialidad”, resaltó el comisario general.
Incluso, el ex comandante comentó que estaba planificado que los potenciales instructores paraguayos debían de trasladarse a Panamá para su formación integral, con énfasis en la parte moral y adiestramiento táctico, para luego impartir sus conocimientos a otros subalternos.
Por último, remarcó que ahora se debe realizar una evaluación psicotécnica a todo el personal policial, y aquellos que muestren rasgos no acordes a las funciones requeridas deben ser apartados, y una vez reforzado el cuadro de personal volver a operar con base en la georreferenciación, basados en un mapeo del comportamiento delictual.