Federico Plate se describe a sí mismo como un luchador por las causas justas y poder continuar con la lucha, pero desde el Senado; ese es actualmente su objetivo. El mismo se encuentra como candidato dentro de la Concertación por el Partido Demócrata Cristiano, desde donde confía que podrá recibir el apoyo de la gente, en especial de cada obrero del país, comentó a La Nación/Nación Media.
Plate es oriundo de Ypacaraí, pero lleva 44 años viviendo en Ciudad del Este, de los cuales 21 años trabajó en Itaipú, primeramente en puestos de construcción para posteriormente encargarse del área de recursos humanos donde conoció a cabalidad las necesidades del sector obrero y sus familias, además de iniciar su lucha por mejorar las condiciones laborales.
Federico se considera consciente de que la participación en la política es una gran oportunidad para generar cambios positivos e impulsar proyectos que puedan beneficiar al país. Esta creencia fue la que lo llevó a candidatarse luego de una charla con sus amigos y allegados, quienes lo impulsaron en tomar el desafío de buscar ser un senador nacional.
Para el precandidato, la prioridad son las luchas sociales donde se pueda no solo reivindicar al pueblo paraguayo y a sus habitantes más necesitados, sino que también surjan proyectos enfocados en la solución de problemas que en muchos casos llevan años y deterioran la calidad de vida en nuestro país.
“Mi prioridad son los indígenas, los indígenas están muy desamparados, se les está sacando todas las tierras que ellos tienen para habitar”, manifestó Plate al tiempo de recalcar que las causas sociales deben ser atendidas de manera urgente y en especial las que incluyan a los indígenas, al que considera un grupo vulnerable en la actualidad. Por otro lado, comentó que su idea es apoyar a que el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) cuente con un presidente indígena, de manera que tengan una representación real y una que conozca las necesidades con las que viven los nativos.
El candidato también expresó su interés por presentar proyectos para personas de la tercera edad, para que puedan acceder a un sueldo mínimo mensual por parte del Estado, para poder sobrellevar de manera digna esta etapa de la vida, haciendo hincapié en que actualmente se las ve preocupadas por el alto precio de los medicamentos y en muchos casos de la atención médica que necesitan.
“Mi prioridad son los indígenas, los indígenas están muy desamparados, se les está sacando todas las tierras que ellos tienen para habitar”.
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Teko Katu: una oferta saludable de productos orgánicos campesinos
En el mundo ganan consideración y respeto las frutas, hortalizas, harinas y otros productos alimenticios producidos agroecológicamente. Aquí la historia de una red nacional que intenta dar protección y visibilización a quienes se esfuerzan en producir de esta forma, enfrentando siempre duros desafíos climáticos, de plagas y la dificultad de acceder a precios justos.
- Por Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
En enero pasado, Teko Katu inauguró su local en 15 de Agosto 1850 casi Sétima Proyectada de Asunción, punto de venta de esta red de comercialización alternativa de productos campesinos que viene creciendo.
Los productos se destacan por ser “cultivados, cosechados y procesados de manera respetuosa con el medioambiente”, conformando una amplia y variada oferta de alimentos saludables que ahora se pueden conseguir a buenos precios en Asunción, según promocionan.
El sacerdote Simón Martínez dirige el Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch (Cepag), desde donde se promueve la iniciativa. Recuerda que “teko katu”, según los primeros traductores jesuitas, proviene del guaraní “buena vida”, “libre”, “saludable”, “ser pleno”, “en plenitud”.
Era la forma de designar el modo de ser auténtico de los guaraníes que se resistían a la colonización y vivían en sus formas tradicionales en las selvas, el “verdadero modo de ser” de nuestros antepasados que vivían en armonía con la naturaleza, era su identidad y la base del teko porã, el buen vivir, ese modo de ser que se transmutó en la vida campesina”.
Por ello, Martínez asume que con este centro de ventas y la participación en ferias acercan a los consumidores “la seguridad de que nuestras familias tendrán los mejores alimentos en un espacio donde nos sentiremos protegidos y protegidas. Teko Katu nos invita a retornar, a volver a lo natural, a ir nuevamente caminando hacia el buen vivir”, expresó.
–¿Cómo nace Teko Katu?
–Teko Katu nace el 31 de julio de 2020 para responder a la necesidad de comercializar productos de manera conjunta en la capital del país y entre las asociaciones en el marco de la economía social solidaria. Las asociaciones campesinas Apapy (Yasy Cañy), Afekopol (Lima), APDI (Tava’i) en compañía del Cepag se agruparon para poder crear la red que busca un comercio justo, sin intermediarios, amigable con el medioambiente y que fortalezca la capacidad comercial de mujeres, jóvenes y productores campesinos asociados.
–¿A cuántos productores se estima que beneficia la red y por qué fue necesario construirla?
–Actualmente beneficia a unos 410 productores distribuidos entre cuatro asociaciones fundadoras y asociaciones vinculadas en estos años, como es el caso de Mujeres Unidas (Santa Rosa Misiones), más proveedores de la agricultura familiar campesina y organizaciones que trabajan con pueblos originarios.
DESAFÍOS
–¿Cómo ve el escenario de la economía social y solidaria en el país?
–La economía social y solidaria tiene más espacio en las grandes ciudades y entre las organizaciones campesinas vinculadas a entidades que trabajan con ellas. Tiene un gran desafío ante el modelo de mercado de grandes productores o el contrabando, que cobra mucha fuerza en nuestro país por el bajo costo de venta que estos promueven. La economía social y solidaria debe promover todo un componente educativo y de estrategia de comercialización basados en los valores de respeto al medioambiente, comercio justo, empoderamiento de los pequeños productores y la vida del campo como futuro del país. Todo esto con el fin de dar un realce y mayor conciencia de la importancia de este modelo de economía.
–¿Entiende que hay ya cierta conciencia en los consumidores urbanos sobre el valor de lo agroecológico?
–Hay una conciencia orgánica y agroecológica en la capital y otras ciudades cabeceras. Por ello nosotros tratamos de captar a estos consumidores concientes y a la par educar a nuevos consumidores por medio de talleres y estrategias comerciales sobre el valor de la agroecología para el cuidado del medioambiente.
–¿Cuáles entiende son las principales necesidades de los productores de alimentos hoy en el país?
–La necesidad de combate a las plagas que proliferan en sus cultivos, ya que migran de las grandes plantaciones de monocultivos, la escasez de agua por las bajas precipitaciones debido a la variación climática, el mercado para la comercialización de los productos y la falta de acompañamiento del Estado en planes de mejora de la producción orgánica de manera sostenible, con insumos y mercados orgánicos con precios justos.
PRECIOS JUSTOS
–¿Es posible pensar en precios justos para la producción campesina?
–Es posible si se tiene en cuenta que la fuerza de trabajo, el tiempo y los mecanismos de producción son más exigentes que la producción convencional. Pero para hablar de esos precios justos se tiene que acompañar de toda una campaña de formación, de visibilizar el proceso, poder mostrar la trazabilidad de los productos y el empeño de los productores para lograr una cosecha orgánica o por lo menos libre de residuos tóxicos. Solo los consumidores concientes e informados pueden pagar los precios justos.
–¿Se prevé la incorporación de artesanías, utensilios, etc., a la oferta del local y de la red?
–Hay algunas artesanías, remeras alusivas a la agroecología, pines y otros elementos que promueven la producción agroecológica.
–¿Qué historia lo conmueve más de los primeros jesuitas en lo que hoy es Paraguay relacionado a las sabidurías ancestrales de los guaraníes?
–La experiencia misma del Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch está cimentada sobre el trabajo con los pueblos guaraníes, nos mueve como centro de investigación y acción social la historia de una sociedad en la que las personas tengan acceso a mejores condiciones de vida, donde puedan trabajar la tierra y encuentren dónde vender sus productos para que sus hijos estudien, coman, vivan dignamente. El teko katu es la vida posible, la vida donde las necesidades básicas están cubiertas y hay más para una economía del don y la reciprocidad, el intercambio de productos y de la propia vida. Ser pleno es la capacidad de vivir bien y compartir el buen vivir con otros que a la vez recomparten para generar un círculo generoso de plenitud.
–¿Entiende que hay técnicas de producción, semillas u otros elementos que requerirían alguna protección especial?
–Sí, nuestros técnicos del Cepag acompañan a los productores desde el marco de la producción orgánica. Este año iniciamos un proceso de ser certificadores orgánicos con otras instituciones que lideran la certificación orgánica en Paraguay, queremos que las productoras y los productores sean cada día más autónomos, solidarios y capacitados en toda la producción orgánica.
ECONOMÍA SOCIAL
“Trabajamos con base en la economía social y solidaria que pretende contribuir a la mejora del medio de vida campesino mediante la promoción de una producción sostenible y solidaria”, afirma el sacerdote Simón Martínez, director del Cepag, organización que promueve la red Teko Katu.
La misma está integrada por cuatro nucleamientos regionales: Asociación de Productores Agropecuarios Pojoaju de Yasy Cañy (Apapy), Asociación de Productores para el Desarrollo Integral (APDI), Asociación de Organizaciones Sociales de San Ignacio (Aossi) y la Asociación de Feriantes Kokue Poty de Lima (Afekopol).
Estas comercializan productos campesinos agropecuarios como hortalizas, verduras, frutas de estación, legumbres, granos, carnes (cerdo, gallina), queso y huevos. También algunos procesados como harinas o derivados de mandioca, maíz, maní y coco.
A esto se suman los productos elaborados artesanalmente o en pequeña escala industrial de mano de los mismos campesinos y campesinas: miel y yerba de la APDI. Aceite de sésamo –uno de los pocos que se producen en el país–, mermeladas, dulces de frutas y de leche, miel negra y miel de abeja en Apapy. Mermeladas, miel negra y de abeja en el Afekopol. Mermeladas, conservas, pickles y productos de limpieza en la Aossi, puntualizaron.
Los que deseen adquirir los productos y no puedan acercarse hasta el local pueden optar por el servicio de entregas a domicilio escribiendo al Whatsapp (0983) 581-585.
CRECIENTE TENDENCIA
Datos del Comité Técnico de Promoción de la Producción Orgánica del Ministerio de Agricultura dan cuenta de que en el país viene creciendo la modalidad llegando a las casi 200.000 hectáreas.
Esta tendencia se incrementó en la última década gracias a la apertura de nuevos mercados para la producción sin agroquímicos, cuestión que podrá observarse en el X Congreso Latinoamericano de Agroecología, que se realizará del 23 al 25 de octubre de 2024 en la sede de la Facultad de Ciencias Agrarias en el campus de San Lorenzo de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). El congreso incluirá actividades como talleres, presentaciones de experiencias y “diálogos entre académicos y saberes campesinos, contribuyendo así a un intercambio de conocimientos enriquecedor y diverso”, anticipó la casa de estudios.
“En ese sentido, se alienta a enviar trabajos para su revisión en los diferentes formatos que se prevén. La convocatoria para el envío de resúmenes ya está abierta, con fecha límite hasta el 20 de junio de 2024. Las personas interesadas en obtener más información sobre el proceso de inscripción y los detalles del evento pueden contactar a la secretaría del congreso a través del correo electrónico secretariaxclae@ agr.una.py”, se informó.
El evento abordará el diseño de agroecosistemas resilientes, sistemas alimentarios locales, nutrición y salud, género, infancias y juventudes, diálogos de saberes y políticas públicas. Se espera que participen académicos, estudiantes, técnicos, productores y comunidades originarias de nuestro país y la región.
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El inesperado cambio que realizaron al tradicional mirador de Tobatí
En las últimas horas se viralizaron imágenes que reflejan los cambios que se realizaron en el tradicional mirador de la ciudad de Tobatí, conocido como “Tres Caras”, ubicado prácticamente a la entrada de la ciudad. A los pies de las piedras se encuentran tallados tres rostros indígenas que fueron pintados, pero que horas después, volvieron a su color natural.
Internautas opinaron acerca de este suceso, alegando que el cambio fue “una pintura de momento”. Por ejemplo, el usuario Domingo Ibarrola en Facebook opinó: “Los originarios siempre están pintarrajeados con cualquier cosa y plumas, cuanto más colores tienen, mejor”.
Otro comentario expuesto por el usuario Manuel Penayo expone: “En la foto donde están con caras pintadas están felices, sonrientes y al sacar el maquillaje con cara larga otra vez”. Sin embargo, la internauta Rebeca Lozano afirmó: “Qué suerte que era reversible”. También se habla de un proyecto de restauración para las tres caras que debe confirmarse por el municipio local, y que tendría un costo cercano a los G. 10 millones.
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En el mirador fueron ilustrados los rostros de quienes habrían sido los primeros pobladores de esta zona y de donde proviene quizás el nombre del lugar, porque tenían la particularidad de que sus rostros eran más blancos, toba (cara) y tí (sufijo de morotí, blanco, ambas palabras derivadas del guaraní).
Tobatí es considerada “capital de la artesanía y de la cerámica”, ciudad donde nació Pedro Juan Caballero, héroe de la independencia. En toda esta zona se pueden apreciar las serranías postreras de la Cordillera de los Altos. La localidad ofrece la posibilidad de realizar excursiones y eco aventura como senderismo combinado con espeleoturismo.
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Impulsan proyecto que beneficiará a indígenas
A través del programa impulsado por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), unas 730 familias de la comunidad indígena Fortuna del distrito de Curuguaty, departamento de Canindeyú, accederán a un nuevo sistema de abastecimiento de agua potable.
El programa “Rehabilitación de caminos y puentes” está a cargo de la Dirección de Caminos Vecinales (DCV) del MOPC mediante financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Este proyecto contempla la perforación de un poso de 150 metros de profundidad y la instalación de un tanque que tiene la capacidad de acumular 70.000 litros de agua potable, además, esta obra contempla la instalación de equipamiento electromecánico, sistema de cañerías de red básica y secundaria para la distribución, y una casa administrativa, informó el MOPC.
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Solo la verdad ayudará a construir un país como el que nos merecemos
El cardenal de la Iglesia paraguaya, Adalberto Martínez, que está en Roma, en la misa que presidió en la Basílica de San Giovanni a Porta Latina reclamó la responsabilidad de los que tienen las decisiones en la administración pública de nuestro país, ante lo que consideró la débil institucionalidad democrática. Señaló que falta el sentido del bien común, la ética política en los que dirigen nuestro país.
Luego de enumerar los pecados pidió que el Altísimo derrame sus bendiciones para la conversión, la transformación de las conciencias y que vivan los valores cristianos de la verdad, la honestidad, solidaridad, fraternidad y justicia.
Las palabras del más alto representante católico en nuestro país tienen gran importancia para la nación paraguaya cuya mayoría es de esa confesión cristiana. Y merecen una reflexión, con las precisiones que requieren sus apreciaciones de orden político.
Como toda sociedad humana, la nuestra es altamente perfectible y requiere un esfuerzo constante para ir mejorando. Haciendo un análisis sereno de la realidad se pueden ver qué aspectos son más críticos y merecen mayor atención.
La primera puntualización que merece la homilía del cardenal es que nuestro país no está viviendo una débil institucionalidad. Sabemos que cuando habla de ella se refiere a lo ocurrido en la Cámara de Senadores, donde la mayoría de los legisladores expulsó a una senadora mediante el voto mayoritario. Lo mismo que ocurrió con otros senadores que fueron echados en su momento por los votos de sus pares. Con la diferencia de que en esta ocasión algunos órganos de prensa insistieron en el tema para demonizar lo decidido por la mayoría, cosa que nunca habían hecho cuando los otros senadores fueron alejados en su momento.
Mucha gente desprevenida, y mal informada, creyó el discurso falaz de algunos medios, sin realizar un razonamiento lógico, sino aceptando como única verdad la interpretación interesada de un sector. Que la mayoría de los senadores haya decidido la expulsión de la exlegisladora es una determinación legal, en el sentido de que se ajustó a las normas que rigen ese cuerpo legislativo. No fue echada por la fuerza ni intervino la policía para alejarla de su curul, en cuyo caso sí se podría haber hablado del peligro a la institucionalidad. Que haya sido injusta, apresurada o acertada la determinación es otro tema, que no hace a la legalidad del hecho.
Por ello no es adecuado hablar de débil institucionalidad por este acontecimiento, porque la institución funcionó según sus normas, aunque no guste a muchos. No corresponde dejarse llevar por interpretaciones equivocadas.
Con respecto a que falta el sentido del bien común, la ética política en los que gobiernan son afirmaciones injustas, pues entre los responsables actuales del país prima el propósito de hacer el bien a todos, para lo que están trabajando para que haya más inversiones, más trabajo, más viviendas y mejores condiciones de vida. Sin hacer diferencias ni faltar a las leyes, a la moral, ni a la justicia. Habrá casos aislados de hechos que lamentar, pero no es la regla, sino la excepción. Sería como decir que la Iglesia está llena de abusadores sexuales, porque existen algunos casos aislados de abusos, pero que no son lo habitual.
En honor a la verdad, no se puede decir que todo es perfecto y que no hay casos que corregir en la administración actual. Pero lo anormal no es la regla, sino la excepción que se debe rectificar.
Las afirmaciones que no responden a la realidad no se deben aceptar como verdaderas. No representan la verdad, sino la interpretación interesada de algunos que no buscan la certeza ni la autenticidad de los hechos, sino imponer su interés político. Por eso más que nunca es apropiado señalar que solo la verdad nos hará libres, recurriendo a la famosa frase bíblica. Y que solo de ese modo se podrá conseguir lo que pidió el prelado, de que se viva con los valores cristianos.
Si no se acepta la realidad de los hechos sino solo las falacias de ciertas afirmaciones, es muy difícil que se pueda vivir en honestidad y menos ejercer la solidaridad, con la fraternidad y la justicia. Porque uno de los principales hechos deshonestos es justamente faltar a la verdad.