Con el transcurrir de los días tiende a confirmarse lo que se mencionaba con respecto al carguero venezolano-iraní, que estuvo en el aeropuerto Guaraní por varios días a mediados del mes de mayo pasado, con una tripulación, al menos en parte, integrada presuntamente por elementos pertenecientes a la Fuerza Quds, la brigada de élite del Cuerpo de la Guardia Republicana Islámica de Irán (ICRG, por sus siglas en inglés).
La presencia de estas personas habría sido pasada por alto por los organismos de seguridad del Gobierno, que tenían a su aparato comunicacional compuesto también por medios oficialistas, intentando instalar que los integrantes del vuelo estaban vinculados al circunstancial cargamento, desviando de esa manera el foco principal de la cuestión, las actividades de todos ellos, algo que ahora va quedando al descubierto.
“El tema en discusión en torno al avión de Emtrasur sospechoso no es tanto su carga, ya sea que se trate de cigarrillos, autopartes o cualquier otra cosa, sino si es o no una pantalla del terrorismo internacional”, explicó a medios argentinos el italiano experto en terrorismo Emanuele Ottolenghi, quien forma parte de la Organización de Defensa de las Democracias en Washington.
TERREMOTO POLÍTICO
El carguero de procedencia iraní, pero con matrícula venezolana, transportaba a varios integrantes de esta fuerza considerada como terrorista en Occidente y en organismos internacionales, y está generando un “terremoto político en Paraguay”, según considera el experto.
Como parte de la misteriosa tripulación compuesta por venezolanos e iraníes, el hombre más importante, registrado como el capitán del avión, es Gholamreza Ghasemi, vinculado con empresas del régimen islámico y por supuesto con estrecha conexión con la Guardia Revolucionaria.
Explica Ottolenghi que “en el avión también viajaba un militar venezolano de alto rango, Vicente Antonio Raga Tenia. Quienes intentan encubrir esta situación, quieren que el avión se vaya con su tripulación sin que haya ninguna investigación”, añade.