• Por Felipe Goroso

Poco se sabe de la última conspira­ción que recorrió los pasillos del poder, la misma tuvo como objetivo desgastar aún más el ya de por sí debi­litado gobierno de Mario Abdo Benítez. Es la sombra detrás del poder en el Pala­cio de López y ni qué decir en Mburuvicha Róga, de donde entra y sale como en su propia casa. Una de las llaves para semejante poder es a través del propio presidente de la República. Confía en ella. La otra llave es un ex funcio­nario que aún tiene muchí­simo poder en el Ejecutivo, tiene con el mismo una larga relación de amistad política y de complicidad. Profundo conocedor de los vericuetos judiciales, le tendió la mano en diversas ocasiones, tanto para hacer negocios como, una vez descubiertos los mis­mos, para hacer de abogado.

Lidera un partido cuya máxima muestra de alter­nancia es que en un período sea ella la presidenta, en el siguiente su marido y en el próximo de vuelta ella. Un sinfín de democracia, fami­liar, pero democracia al fin. No es cuestión de ser quisquillosos. Un partido que ha sabido ser una especie de franquicia del movimiento Añetete, primero, y ahora de Fuerza Republicana, de profesión oficialista podría decirse.

Ha sabido conquistar espa­cios absolutamente estraté­gicos dentro del gabinete, cualquier malpensado podría creer que se trata de un cogobierno. El Par­tido Colorado tuvo más de un millón doscientos mil votos en la chapa de presi­dencia y setecientos sesenta y seis mil votos en su lista para el Senado; este par­tido obtuvo ochenta y seis mil votos y con solo dos ban­cas en la Cámara de Sena­dores pudo ubicar a leales en al menos cinco minis­terios, varios viceministe­rios, direcciones y aseso­rías. Nada mal, si se pone en la balanza la correlación de votos y fuerza. Genera dudas cómo hasta ahora en la cam­paña del vicepresidente de la República no usan estos factores como elementos para convencer al electorado colorado en su camino a las internas de diciembre. Y no es solo la cantidad de espa­cio, es también la delicadeza de los cargos asignados y la información que se maneja en los mismos.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Es toda esta estructura, algunos con más y otros con menor protagonismo, la que se puso en funcionamiento en las últimas semanas para hacer el trabajo sucio en la interna colorada. Pero es absolutamente entendi­ble, en diciembre y por lo que dicen las encuestas, que podría darse el fin de la fran­quicia con el actual gobierno. Nada que cuestionar, hay mucho en juego. Pero a pesar de contar con todo este espa­cio, no lo ha logrado y la gran derrotada de la última cons­piración tiene nombre, ape­llido y fueros: Desirée Masi, senadora nacional.

Ha sabido conquistar espacios absolutamente estratégicos dentro del gabinete, cualquier malpensado podría creer que se trata de un cogobierno.

Y no es solo la cantidad de espacio, es también la delicadeza de los cargos asignados y la información que se maneja en los mismos.

Déjanos tus comentarios en Voiz