Una muestra de la influencia de Hugo Velázquez en la Justicia es el pase del diputado Tomás Rivas a las filas del oficialismo, quien salió blanqueado en la Justicia por el caso de sus “caseros de oro”. Hace menos de un mes, el diputado obtuvo la extinción de su causa en el desvergonzado caso de sus “caseros de oro” y ahora saca a la luz los rentables vínculos políticos con el “Toro”.

Es innegable la influen­cia que tiene el vice­presidente Hugo Velázquez en la Justicia, así como también los pactos que viene cerrando de modo de ganar adherentes con miras a las elecciones del 2023. No obstante, estos “aliados” políticos cargan con antece­dentes por haber sido inmu­nes a las investigaciones o por haber sido blanqueados por la Justicia mediante turbios acuerdos.

Tomás Rivas negoció su pase al oficialismo con blanqueo de sus caseros.

Varios impresentables se reubican en sus carpas aprovechando la coyuntura para el blindaje de sus pelle­jos por grandes negociados y perjuicios contra el Estado paraguayo.

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Los aliados del “Toro” Velázquez han causado gran perjuicio al país, y claro ejemplo de esto es su apode­rado, el ex procurador Ser­gio Coscia, quien avaló una multimillonaria demanda contra el Estado paraguayo, y el recientemente unido a las carpas del oficialismo, el diputado Tomás Rivas, conocido por el caso “case­ros de oro”.

Mediante una publicación de Facebook, el diputado Miguel Cuevas hizo pública la adhesión de Tomás Rivas al equipo del “Toro” Velázquez. “Afianzando y fortaleciendo el equipo político en el departa­mento de Paraguarí con miras a las próximas elecciones par­tidarias”.

Este nuevo integrante del ofi­cialismo fue recientemente blanqueado por el Tribunal de Sentencia, que extinguió su causa por los “caseros de oro”, y ahora oficializa sus vínculos con Velázquez, tras zafar de la Justicia.

Este pase es una clara mues­tra del precio que tuvo su blan­queo ante la Justicia, y a pesar de esta muestra de impuni­dad, el caso de los “caseros de oro” no pasará al olvido para los contribuyentes, que con sus impuestos estuvieron pagando el salario del personal privado de Tomás Rivas.

El 15 de diciembre del 2021, hace menos de un mes, el Tribunal de Sentencia, inte­grado por Héctor Capurro, Juan Carlos Zárate y Cándido Fleitas, resolvió la extinción penal y el sobreseimiento de Rivas, bajo la excusa de que el perjuicio patrimonial con el Estado había quedado sal­dado.

Entre el 2016 y 2017, los caseros de Rivas, Reinaldo Chaparro, Lucio Romero Caballero y Nery Franco González, percibieron sala­rios como funcionarios de la Cámara de Diputados, mien­tras estos en realidad presta­ban servicios en la estancia del diputado.

La remuneración que per­cibían los caseros rondaban los G. 3 millones, y la plani­lla de supuestas asistencias a la Cámara eran homologadas por el diputado Rivas.

El legislador fue procesado como cómplice de cobro inde­bido de honorarios y por estafa en grado de autor; sin embargo, fue blanqueado dado que rein­tegró G. 121.208.300. Sus caseros, a pesar de haber sido hallados culpables, fueron con­denados a dos años de prisión con suspensión de ejecución de pena. De esta forma, para la Justicia ya queda en el olvido el caso.

Cabe destacar que esta bienve­nida al equipo de Velázquez la dio el diputado Cuevas, quien debe enfrentar juicio oral, dado que está acusado de enri­quecimiento ilícito y declara­ción falsa.

De acuerdo a la acusación de la Fiscalía, entre el 2009 y 2019 el diputado se enri­queció de forma ilícita por G. 5.594.429.490. Durante el pro­ceso de investigación el dipu­tado se valió de numerosas chicanas de modo de evitar el juicio y dilatar el proceso.

En la fotografía también apa­rece el senador Ramón Reta­mozo, quien fue imputado por enriquecimiento ilícito y declaración falsa y quien en el 2020 tuvo que renunciar a la titularidad de la Adminis­tración Nacional de Navega­ción y Puertos (ANNP) luego de ser acusado por una serie de hechos de corrupción ocu­rridos durante su adminis­tración.

La prematura campaña del “Toro” comienza a amontonar impresentables en una angu­rrienta intención del conti­nuismo en el poder.

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