Una situación bastante dife­rente a la Patrulla Caminera es la que se vive con la Policía Nacional. Mientras esta última festeja con bombos y platillos la ansiada jubilación, la Cami­nera sigue evadiéndola. Y hay por lo bajo una treintena de inspectores con 30 años de servicio en la función pública disconformes con el salario que les corresponde con la jubilación, mucho menor a lo que cobran actualmente, por lo que siguen esquivándola.

El coordinador jurídico Car­los Ferreira confirmó varias veces que la carrera termina con los 30 años de servicio; sin embargo, su director nacional, totalmente ausente en gestión, sigue desangrando el presu­puesto institucional y obstacu­lizando el ascenso económico a las remesas que corresponden.

La Policía Nacional, en cam­bio, realizó un acto de recono­cimiento y gratitud a los sub­oficiales que ya cumplieron los 30 años en la institución, hecho muy lejos de realizarse en la Patrulla Caminera.

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