El viceministro de Seguridad Interna, Pablo Ríos, señaló que hay muchas cosas por mejorar en la Policía, especialmente en el departamento de Amambay, en la lucha contra el crimen organizado, pero que también se requiere de un compromiso político y social.
“Nos debe llevar a un compromiso político y social, especialmente de ir instalando los marcos institucionales. La Policía no tiene patrullera y para cargar combustible tienen que pedirle a un narco, eso se debe dejar de lado porque o si no, no vamos a vencer al crimen organizado”, dijo ayer lunes el viceministro, en comunicación con Universo 970 AM.
Sostuvo que en el Ministerio del Interior tienen bien definida una política de seguridad ciudadana y están trabajando de forma coordinada con la Policía Nacional, dando autonomía estratégica a la institución e instalando una conducción clara en el marco de la lucha contra la inseguridad.
Ríos indicó que el problema es complejo y se debe abordar hasta la falta de oportunidad a los jóvenes para tratar de evitar que ingresen al crimen organizado, pero que se requiere de políticas sociales claras a fin de implementar las estrategias, especialmente en el departamento de Amambay.
“Si no llevamos una política social clara dirigida a los jóvenes, que están siendo consumidos por las drogas, y si no abordamos el problema de los jóvenes que no tienen oportunidades, es difícil dar respuesta. Hay que escucharle a la ciudadanía y el problema requiere de un abordaje más amplio en lo político y en lo social”, agregó.
CONSEJO DE SEGURIDAD
El viceministro Ríos indicó por otro lado que el Consejo de Seguridad creado para abordar el problema en la frontera será clave para iniciar un proceso de freno a las actividades del crimen organizado. Explicó que se reunió con el jefe departamental del Amambay, Ronald Acevedo, para poner a disposición del mismo lo que se requiera para hacer frente a la lucha contra las mafias fronterizas. Subrayó que la cuestión es compleja, a partir de que muchos jóvenes que ya están metidos en el consumo de drogas son presas fáciles de las organizaciones criminales que les ofrecen dinero fácil para atraerlos, y después los convierten en delincuentes al servicio de los malvivientes.
“Me fui a presentar un informe de gestión al gobernador de Amambay. Fui a poner la cara por la institución y creé el Consejo de Seguridad Ciudadana “, refirió el viceministro de Seguridad Interna.