Se cumplieron 6 años de la histórica visita del papa Francisco a Paraguay, un hecho que marcó la vida de todos los paraguayos debido a que se trataba de la segunda vez que un vicario de Cristo pisaba suelo guaraní, con el valor agregado de que era un clero de origen lati­noamericano y que tenía un profundo amor y respeto al Paraguay y su gente.

A fin de recordar los momentos más emotivos de los tres días que duró la visita, el programa “Desde la fe”, emitido ayer por el canal GEN, invitó al ex presidente Horacio Car­tes, quien fue anfitrión principal y, desde enton­ces, tuvo el honor de man­tener encuentros y reunio­nes cercanos con el líder católico en siete ocasio­nes. Cartes, visiblemente emocionado, compartió sus recuerdos que ate­sora en su corazón, como el encuentro con la niña María Fernanda y la feli­citación a su persona por su lucha contra la corrup­ción durante su gobierno (2013-2018).

Cartes atesora con mucho afecto cada recuerdo, objetos y regalos que recibió del Santo Padre, de los siete encuentros personales que tuvo con él.FOTO:CARLOS JURI

-¿Cómo fue el proceso de invitación al Santo Padre, y el momento cuando reci­bió usted la confirmación desde el Vaticano?

-Procuro armar un poco el mosaico, el nuncio actual Antonio Ariotti, que es muy amigo del Santo Padre –o por lo menos el Papa me comentó que tenemos un gran nun­cio y le tiene un gran afecto–, me comentó que habría una gira por acá. Entonces le dije, excelencia, no puede faltar Paraguay. Ahora que recuerdo de cómo se dio la confirmación, el padre Aldo Trento, muy caro a mis afec­tos, y de tanta gente, por todo su servicio con enfermos y necesitados, se fue al Vati­cano y él tuvo la primicia de que el Papa vendría a Para­guay, él desde Roma avisó, y creo que rompió un montón de protocolos, pero el primer anuncio lo hizo el padre Aldo Trento.

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-Se confirma la visita del Papa, comienza la organi­zación, se tenía que hacer muchas cosas en muy poco tiempo.

-Vino acompañado del coor­dinador general de las visi­tas papales del Vaticano, el señor Alberto Gasbarri, que nos enalteció a todos por­que es una mochila pesada la visita del Santo Padre. A veces me pregunto, cuándo va a haber un papa de habla hispana que conozca tanto a los paraguayos, y ni qué decir el concepto tan alto que tiene de la mujer; cuando habla uno con él, te da tan­tas razones poderosas, tiene una cultura, encima decidió visitarnos.

Él hace muchas bromas, le preguntás cómo es que conoce tanto al paraguayo, y dice: “Allá (Buenos Aires), si tenés problemas con la carpintería, llamás al para­guayo; si tenés problemas con herradura, llamás al paraguayo, y si tenés hambre y querés una buena empa­nada, llamás a la paraguaya”, o sea tuvo mucho trato, y realmente nos define hasta mejor que nosotros mismos.

Recuerdo que estuve en Panamá en una reunión bilateral con la ex pre­sidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, y ella me comentó que tuvo una entrevista con el Santo Padre e iban coincidiendo sobre la mujer, y ya estaban en las nubes, pero él (papa Francisco) le dice que hay algo que reconocer, que la mujer paraguaya es la más valiosa. Entonces, no era solamente a nosotros, hasta en otras entrevistas nos tiene tan presente y me parece que fueron muchas cosas juntas, y es Dios, por­que nos tiene tanto cariño.

Le envié una carta al Santo Padre, contento, porque siguiendo un poco sobre su salud sé que está evolucio­nando muy bien, y mante­nemos las veces que haga falta contacto, y tenemos que estar seguros en Para­guay de que su presencia dejó lleno de marcas muy profundas y bendiciones.

Este fin de semana se cumplieron 6 años de la histórica visita del papa Francisco al Paraguay, un hecho que marcó profundamente la vida de los paraguayos.FOTO:ARCHIVO

-Fueron tres días inten­sos, nunca vimos a un pueblo paraguayo tan unido, más de 70 mil ser­vidores se inscribieron para colaborar. Incluso muchos decían, “será que Paraguay está preparado para organizar una visita como esta”, y sin embargo demostramos que sí.

-Mencioné al señor Gasba­rri, por parte del Vaticano; él dijo en ese momento que tenía más de 25 años de trabajar en esto, y que fue la organización más per­fecta que encontró en esta visita que hizo a Paraguay. Se destacó Paraguay, hay que decirlo.

Recuerdo que los entrena­mientos de seguridad se hacían en el Regimiento de Escolta Presidencial, vaya mi gratitud otra vez para ellos; de todos los flan­cos donde se podría tener problemas de seguridad del Santo Padre se trabajó en una coordinación for­midable y fue fácil por­que todo el mundo puso lo suyo. La verdad que las ganas que le puso cada uno cuando le tocaba el turno, desde su lugar, hemos reci­bido una colaboración y un apoyo majestuoso de todo el mundo. Paraguay supo aprovechar el fenómeno de tener al Santo Padre acá y nos pusimos las pilas.

-Incluso en el Vaticano se comentó que de los tres países que visitó, en Para­guay fue donde más se sin­tió el trabajo cooperativo entre la Iglesia y el Estado.

-Eso no lo sabía, pero me pone muy contento. Yo recibí el mensaje y acá por tercera vez menciono al señor Gas­barri, elogiando y agrade­ciendo. No me pondré a nom­brar porque vamos a quedar en falta con tanta gente, por­que lo que sentimos fue una colaboración infinita de la gente. Nuestro pueble es maravilloso.

-De esos tres días, ¿cuá­les fueron esos momentos que quedan grabados en el corazón y la mente, y qué recuerda con cariño?

-Te cuento una intimidad; estábamos en la explanada del Palacio de Gobierno, ahí delante de todas las autori­dades presentes, me dijo: “Al presidente Cartes lo felicito por su lucha contra la corrupción”, y eso fue lo que me marcó. Fue cuando ya estaba para partir; le digo: Santo Padre, con mucha ver­güenza le digo que hay una niña que estuvo tres días detrás suyo y no pudo dar con usted; “y dónde está ella”, pregunta. Y ya nos pasamos. Vamos junto a ella. Y fuimos caminando junto a “Mafe”, María Fernanda. Después fue impresionante con los niños, cuando él se aproximaba... Tiene una energía, una magia... Y luego, cuando se iba, me dijo, “te lo iba a decir allá, Presidente, pero te lo digo ahora, en su persona hay acción divina, que con los problemas gran­des que tiene, hay tiempo de acordarse de una niña”. En ese momento no solo sentí piel de gallina, sino sentí en los huesos una emoción, y realmente esa parte hasta hoy en día yo rememoro por­que fue muy fuerte.

Después, toda enseñanza, él me hacía preguntas, es muy afable. Le pregunta­mos una vez en una de las audiencias: Santo Padre, ¿extraña la Argentina?, y pone unas caras, él es fuera de serie. “Sinceramente, Presidente, no. Y quiere que le diga algo más, ya me está gustando esto”, más o menos diciendo me gusta el poder. “Como decimos allá, no te la creas”. Y esa frase, “No te la creas”, se da en todo momento y en todas partes, pasaba a veces, con algunos ministros, ministras, de secretaría inclusive que lle­garon al cargo y se la creían. Entonces, tiene tanta pro­fundidad todo lo que él dice, a veces ni entendés bien en el momento y tiene un cono­cimiento y sentimiento de lo que es el ser humano, es real­mente maravilloso.

-Usted ha sido uno de los presidentes que han tenido más encuentros con el Papa, han sido 6 o 7 encuentros.

-Siete. Una vez en Fátima, en el centenario de la Virgen de Fátima.

-¿Cómo define el liderazgo de Francisco, usted que tuvo oportunidad de con­versar tantas veces con él?

-Tiene solución para todo. Me pregunto, y creo que no vuelva a tener una opor­tunidad, no digo de cono­cer, ni de compartir tan­tas veces, pero de que en un país haya tenido a una per­sona tan al molde de Para­guay, y gracias a Dios, su amor y cariño se sienten.

Como figura creo que es lo más importante que conocí, lo más impactante, real­mente a veces pienso y me pregunto si es cierto todo lo que pasó, sencillamente fue maravilloso. Porque uno no es merecedor de todas estas coincidencias, y que nos haya tratado, y nos trata hasta hoy con la deferencia. Hace poco tiempo hubo una inestabili­dad política acá y él desde el Vaticano hablando sobre la preocupación y los rumores que le llegan a Roma; y llamó a buscar la paz y el diálogo. Que un Santo Padre tenga esta deferencia y esté así de preocupado por nuestras intimidades. Solo hay que darle gracias a Dios y, por supuesto, a él.

-A su criterio, ¿cuál es el compromiso que debemos asumir los paraguayos como fruto de esa visita del Papa a nuestro país?

-Me viene mucho a la mente, en la penúltima reunión, le dije que estaba en un fuego cruzado con este tema de provida y el resto. Y él me preguntó: “Presidente, ¿usted entiende bien sobre esto?”. Y le dije, “no me da vergüenza para nada y, sinceramente, no”, ahí me explicó la pérdida de fuerza de la izquierda y que era una protección, una sombrilla que le daban a todo lo que no es normal. Con todo respeto, le digo, Santo Padre, papá, mamá es igual a hijo. Y me dijo que esa es nuestra única bandera, todo el resto es de ellos, y lo hacen para captar gente. Me pidió luchar por la familia, con toda nues­tra energía. Por eso me sale fácil, hablando con mis hijos, con Juan Pablo, con María Sol, con Sofía, me encanta porque me piden lo mismo que me pidió el Santo Padre, que cuidemos a la familia. Esa es una lucha que quiero enarbolar con mucha ener­gía. Una nación, son muchas familias, y si no cuidamos principios y valores familia­res, no estamos cuidando la nación.

-¿Qué significó para Hora­cio Cartes la visita del papa Francisco al Para­guay?

-Muy marcante; creo que hay un antes y un des­pués, porque mencionaste al inicio cómo la gente se puso las pilas, donde íba­mos era una fiesta de fe, de amor. Y dejó el compro­miso del bien a todos. Yo lo sigo teniendo, me sigue latiendo a cada momento sus palabras, su cariño, su amor al Paraguay. Reitero, no nos enojemos los hom­bres, pero aquí la admira­ción a la mujer paraguaya, por “N” razones, que las explica muy bien él. Enton­ces, ya lo dijimos, es una bendición, una protección, un cuidar... y creo que nos trajo un refrescar con tanto amor, con tanto cariño. El papa Francisco nos pidió que cuidemos los principios y valores, dejó una historia que quienes pasamos por eso solamente tenemos palabras de gratitud.

-Usted comentó en algún momento que el papa Francisco había pedido tocar a la gente, que lo inspiró para construir el barrio San Francisco.

-Son las muestras que hay que dar, que tenemos que salir de los discursos cuando hablamos de la gente y para la gente. Pero son los gestos que hay que hacer, y si no lo hacemos por ellos, ¿para quién? A mí me hubiera gus­tado que continúen muchos barrios San Francisco, por­que ahí hay colegios, ofi­cios, está la hermosa igle­sia, comisaría, centro de salud, el Banco Nacional de Fomento, entonces, está bas­tante completito.

No puedo dejar de agrade­cer al Ejército, al RC4 que nos cedió ese espacio. Ayer miraba el espacio que nos dieron, un lugar maravilloso que tenía mucha solidaridad y acompañamiento de las fuerzas militares también y se trabajó con mucha armo­nía. No tengo dudas, que con mucho patriotismo, pero fal­taron, las obras que hagamos nunca van a ser suficientes, el tema de salud, me doy cuenta de que es un tema de barril sin fondo, más ahora con el tema de la pandemia, pero hay que seguir.

“Que un Santo Padre tenga esta deferencia y esté así de preocupado por nuestras intimidades, solo hay que darle gracias a Dios y, por supuesto, a él”.

“Me sigue latiendo a cada momento sus palabras, su cariño, su amor al Paraguay”.

“Es una bendición, una protección, un cuidar, y creo que nos trajo un refrescar con tanto amor, con tanto cariño”.

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