- POR EL DR. FERNANDO KUO-I CHEN
- Presidente de la Asociación Médica Taiwanesa en Paraguay (AMTEP)
Es imposible que los países superen por sí solos todos los desafíos de atención a la salud que deban afrontar. En este mundo globalizado, solo a través de la cooperación internacional podremos construir un sistema de salud que satisfaga de manera consistente las necesidades de atención médica de los ciudadanos de todo el mundo y llevar a buen término el objetivo final de la Organización Mundial de la Salud (OMS): Salud para todos.
La respuesta de Taiwán al covid-19 ha sido una de las historias más exitosas del mundo, gracias a su sólido sistema de salud, rigurosas estrategias de prueba, la transparencia de la información, la coordinación entre lo público y lo privado, la capacidad de investigar, desarrollar, producir y suministrar rápidamente terapias y herramientas asociadas. Esta pandemia ha demostrado una vez más que Taiwán no puede permanecer fuera de la red mundial de salud, ya que juega un papel indispensable en vigilancia global y los sistemas de alerta temprana que detectan la amenaza de enfermedades infecciosas emergentes.
La pandemia ha hecho que los países del mundo comprendan la naturaleza cerrada y poco transparente de China, y también descubran el daño que esto ha hecho a la comunidad internacional, y es imprescindible que la comunidad internacional actúe al respecto. El llamamiento de dejar a Taiwán participar en las actividades relacionadas con la OMS y la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) ha tenido un apoyo cada vez más diversificado. A finales de abril de este año, aparece en redes sociales una campaña denominada “#LetTaiwanHelp”, esta fue una iniciativa del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Federal de los EEUU, la cual ha tenido una amplia atención de la comunidad internacional y una respuesta positiva de distintos ámbitos de la sociedad, con una bienvenida calurosa de más de 50 países y más de 250 líderes de congresos, parlamentarios, organizaciones parlamentarias transnacionales, altos funcionarios de estado y otros amigos internacionales. En Twitter, Facebook y otras plataformas, nuestros amigos de todo el mundo, han afirmado unánimemente la eficacia de Taiwán en la lucha contra el covid-19, han resaltado la importancia y la necesidad de incluir a Taiwán en el sistema mundial de salud pública, e insistieron en que Taiwán debe participar en la AMS como observador para compartir la experiencia exitosa de Taiwán contra la pandemia y que Taiwán está dispuesto a ofrecer lo mejor de sí.
El gobierno de Taiwán también ha ayudado activamente a Paraguay en la lucha contra esta enfermedad, de muchas maneras, se puede citar: donación de material médico y de prevención pandémica, realización de videoconferencias sobre prevención de la pandemia entre el Hospital General Cathay de Taiwán y el Ministerio de Salud y Bienestar del Paraguay y la ayuda a Paraguay en la compra de vacunas. Recientemente, los laboratorios y desarrolladores de vacunas de Taiwán se mostraron a favor de hacer ensayos clínicos de las vacunas en seres humanos con la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción.
Es lamentable que la obstrucción política llevara a que el año pasado a Taiwán se le negara la invitación a la asamblea como observador. La OMS no solo incumplió su Constitución, sino que también ignoró los llamamientos generalizados a la inclusión de Taiwán provenientes de muchas naciones y grupos médicos alrededor del mundo. Pese a ello, Taiwán mantiene su compromiso de ayudar a mejorar las redes regionales y mundiales de prevención de enfermedades y de asistir a otros países para superar sus desafíos en materia de atención médica.
En este contexto, Taiwán merece participar este año en la 74ª Asamblea de la OMS de una manera profesional y pragmática, como parte de los esfuerzos globales para llevar a cabo el objetivo de la OMS de lograr una red global sin fisuras en la prevención y combate de enfermedades; y haciendo eco del lema de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 de las Naciones Unidas, nadie debe quedarse atrás.
Creo firmemente, que la OMS y las partes relacionadas deben reconocer las contribuciones que Taiwán viene realizando desde hace tiempo en las áreas de salud pública, prevención de enfermedades y el derecho humano a la salud, así como la importancia y la legitimidad de la participación de Taiwán como observador en la Asamblea de este año. Taiwán es un país que siente mucha satisfacción al poder ayudar, y hay evidencia de sus contribuciones por todo el mundo.