En los últimos días, la ciudadanía se ha abocado a la tarea de buscar al jefe de Estado, Mario Abdo Benítez, quien se ha llamado al silencio durante la crisis sanitaria y social más aguda de los últimos años. A fin de comprender mejor el silencio de un mandatario, el consultor político, director de Polls Consulting Group Paraguay y Manhanelli Associados, Brasil, Caio Manhanelli, señaló que, de toda esta situación, lo único que se puede deducir es que no tiene un plan ni apoyo y que está perdiendo credibilidad.

En ese sentido, señaló que la gente se pregunta “¿dónde está Marito?”, “¿por qué se escondió?”, “¿por qué no nos da la cara?”. A lo que él como analista señaló que antes que, como un común y corriente paraguayo indignado (con razón), echarle un adjetivo despectivo respondiendo estas preguntas, prefiere trasladar esas preguntas buscando respuestas objetivas de manera sistemática y analítica.

Señaló que “no hay plan”. Manhanelli lo deduce cuando se observa que Abdo invita a todos sus ministros a salir, pero hace una “danza de sillas”, “como juego de niños, cambiando carpetas sin nuevos nombres fuertes y sin metas políticas claras”, explicó.

Asimismo, indicó que otro punto es que “no hay apoyo”. El analista brasileño señala que esto es lo que percibió en la ocasión en que invitó a todos los presidentes de seccionales del país a Mburuvicha Róga. “Antes de hablar (en un mensaje grabado), Marito tuvo que saber que debería hablar para que haya alguien en acuerdo para intentar saber qué más quieren las bases de su partido”, indicó.

Como tercer punto, Manhanelli señaló que se percibe claramente que “no hay credibilidad”. “Después del encuentro y de los anuncios de medidas tomadas por el Ejecutivo nacional, las manifestaciones no pararon, la gente siguió indignada y por días una porción de la ciudad fue tomada por indignados, que empezaron inclusive a llegar de otras partes del país”, comentó.

En conclusión, el analista Manhanelli señaló que, si no hay plan, no hay nada que comunicar; si no hay apoyo, es porque no hay liderazgo, y si no hay credibilidad, es porque no hay transparencia ni rendición de cuentas de lo que se está haciendo o de lo que se va a hacer.

“Excusarse detrás de fallas de terceros incógnitos no responde a la necesidad de comunicarse bien con la sociedad, por los medios oficiales y no oficiosos, día a día, hablando con la prensa, así se comunica en medio de una crisis. Pero si no viene a comunicarse, es porque quizás no haya quien le confirme lo que dice, porque va a generar descontento entre los que le sostienen. Y si no puede hablar porque sus kapes van a ser expuestos, no hay cómo responder dónde está la plata que el Banco Mundial prestó al país y por qué no logran más préstamos. Sin plan no se comunica, sin liderazgo no hay apoyo, sin transparencia no hay credibilidad”, concluyó.