El diputado Carlos Rejala, de la bancada de Hagamos, lamentó el anuncio de la llegada de las 4.000 vacunas contra el covid-19 que serán destinadas principalmente a los profesio­nales de primera línea, que son el personal de blanco, y afirmó que lo que el Gobierno debería hacer es recurrir al sector privado. Afirmó que este hecho es un desacierto más del Gobierno y considera que esto debe abrirse al sector privado para que sean ellos los que organicen la logística y distribución. Afirmó que el sector, pese a que puede sacar cierto margen de rédito eco­nómico, es el que puede llevar de buena manera los biológi­cos porque aquí en el fondo se busca evitar la pérdida de vidas, no pérdida de dinero.

Lamentó que sea un despro­pósito para la ciudadanía y un total desacierto en comu­nicación que nuevamente el actual gobierno vuelve a cometer.

El legislador, quien estuvo como invitado ayer en el programa “Fuego cruzado”, emitido por GEN, dijo que Salud sigue siendo mane­jado por personas salpicadas por hechos de corrupción. Al respecto, recordó el nego­ciado que se dio a conocer al principio de la pandemia en la compra de insumos para hacer frente al virus. Dijo que apenas fueron apartados de sus cargos aquellos que esta­ban en la quinta línea de la cadena. Pero el primer ani­llo sigue aún intacto, son las mismas fichas. “Estamos casi a un año de la pandemia, prác­ticamente ciegos con lo que es la parte de vacunación, yo puedo asegurar que la lógica simbólica tiene nombre y ape­llido, que es Julio Mazzoleni”, sentenció.

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Sostuvo que en tema de Salud Pública se “está tocando de oído y reactivo”, y que jamás el Ministerio de Salud accionó para algo. Si bien las acciones sanitarias al princi­pio se presentaron en forma correcta con la cuarentena y el aislamiento social, lamen­tablemente la cartera sanita­ria quedó en brazos cruzados a partir de ese hecho.

El diputado Rejala señaló que ante los cuestionamien­tos por la tardanza en la com­pra de insumos y ahora las vacunas, desde el Gobierno se argumentaba que era muy difícil hacer las compras a nivel mundial, pero con los hechos de corrupción se les cerró las puertas porque que­rían meter mano a los fon­dos, esto les obligó a pisar el freno. “Cuando la ciudadanía comenzó a ser un auditor y controlador, entonces ellos se encontraron entre la espada y la pared, y no sabían cómo hacer para manejar tanto dinero directamente sin tanto control. Ellos querían saquear al Estado, pero se die­ron cuenta que la ciudadanía estaba atenta”, comentó.

El diputado por Hagamos reconoció que actualmente la oposición está aprove­chando para “llevar agua a su molino”, es por eso que existen cambios constantes en la postura de los miembros de la oposición. Sostuvo que la oposición en ambas cáma­ras del Congreso se siente presa de “una propicia ines­tabilidad de la ciudadanía, no quiere ser reaccionaria, no quiere proponer, quiere esperar a ver qué sucede, por el miedo que tienen todos los políticos al linchamiento”. Es por eso que se ve “una opo­sición dormida, que da pie a entender muchas cosas”.

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