Ante el inminente reinicio del año lectivo escolar, un casi fracasado año por la mala implementación de un sistema educativo que no dio los resultados esperados, la aplicación de protocolos sanitarios sin la correspondiente consulta con los principales actores del sistema educativo, e ignorando las grandes falencias estructurales y de infraestructura que se desaprovechó para arreglar las escuelas y colegios, el viceministro de Educación Robert Cano fue invitado al programa “Fuego cruzado”, transmitido por el canal GEN, para conocer los planes con miras al reinicio de las clases presenciales.

-¿En qué condiciones arranca el MEC este año escolar?

-Este 2021 iniciamos un año lectivo bastante complejo. El año 2020 tuvo cierta predictibilidad, porque teníamos clases a distancias, virtuales, en todo el sistema educativo. Ahora la situación de conocimiento que tenemos durante la pandemia, y en ciertas zonas donde básicamente las condiciones ideales para el retorno presencial, nos desafían a coexistir dos sistemas, el presencial, y el virtual. En ese caso el aprendizaje que tuvimos el año pasado para nosotros es un insumo muy importante.

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-Desde el ministerio existe una gran resistencia en reconocer el fracaso. ¿Por qué insisten en que fue exitoso?

-Es perfectamente comprensible, porque es una cuestión de expectativas. Les comento que no solo el objetivo de la educación paraguaya, sino el objetivo de la educación en el mundo ha sido uno, básicamente común, mantener el contacto de los estudiantes con los docentes en un tiempo de pandemia. El alto riesgo que se tenía ante una propuesta inapropiada por parte de los ministerios de Educación se pudiese dar una especie de separación o disociación de los estudiantes con el sistema educativo. De la noche a la mañana la escuela se trasladó a la casa, cada casa tiene una realidad bastante diversa.

La propuesta de cada país estaba más que nada atendiendo esa realidad en los hogares, nosotros desde ese punto de vista, y no lo decimos nosotros, lo dicen las encuestas de los organismos internacionales, hemos tenido un muy buen resultado, por el lado de mantener el vínculo. Otra cosa es la calidad que podemos comenzar a discutir, incluso si la expectativa de la gente es que en tiempo de pandemia mejoremos sensiblemente la calidad, con respecto al tiempo prepandémico. Pero el objetivo que teníamos, el de mantener el vínculo, se consiguió.

En un último reporte del Banco Mundial hemos tenido un muy buen rendimiento, el Paraguay ocupó el cuarto lugar en la región, sobre 14 países, como país que tuvo el 97%, de contacto entre sus estudiantes y docentes, en un tiempo muy complejo. Por eso, decimos que, en ese aspecto, que fue básicamente, el objetivo fundamental del MEC, hemos tenido un año difícil, pero hemos superado esa brecha.

-Respecto a infraestructura, el responsable de la dirección de finanzas, el señor Duarte dice que no hay fondos para reparar mil instituciones educativas. ¿Fondo para cuántas hay y qué se hizo durante el año pandémico?

-Parece simple, pero es una tarea compleja. Los recursos del sistema educativo destinados a infraestructura están distribuidos en fondos del ministerio, y fondos de gobernaciones y municipalidades. Lo que se hace es un trabajo coordinado, el año pasado el ministerio intervino 1.500 escuelas y colegios, tuvo algún tipo de intervención, ya sea reparación de baños, aulas nuevas, o comedor, y las municipalidades y gobernaciones hicieron unas 1.200 más. Han sido más o menos 2.700 instituciones que se han intervenido el año pasado, entre diciembre del 2019 y diciembre del 2020. Sigue siendo insuficiente, porque estamos hablando cerca de 8.000 instituciones. Por tanto, muchas están en lista de espera.

-Con 6,7% de analfabetismo absoluto y 240 mil jóvenes fuera del sistema educativo, el año pasado se fracasó porque muchos chicos pasaron sin saber leer. ¿Por qué no se acepta esa derrota, y cómo recuperamos?

-El contacto se sostuvo, ese es un éxito y un logro el haber mantenido el contacto con casi el 95% de la comunidad educativa. La tasa de egreso del nivel medio fue superior a la que se tuvo en el 2020 y en el 2019. Ahora sí, y te doy la razón, el lado de la calidad es la deuda. ¿Qué hacemos para paliar las dificultades del 2020? La propuesta pedagógica del 2021 se tiene dependiendo de los distintos grados. Por ejemplo, el primer grado, un tercio del año lectivo deberá reforzar lo que se tuvo que haber desarrollado en el 2020; ese tipo de adaptaciones, para cada grado implica un reconocimiento nuestro de que el 2020 fue un año complicado, pero la propuesta del 2021 se compadece de eso, y la propuesta pedagógica considera un período bastante importante del año para reforzar el aprendizaje que no hemos conseguido en el 2020.

-Mantener el contacto es casi un hecho de relaciones públicas, no educativo. Digamos que les sorprendió la pandemia, pero este año va ser imperdonable que no se logre.

-Las inequidades que se dan a nivel estructural también se reflejan en las escuelas. Este es un país que tiene el 25% de los hogares con conexión de banda ancha, fibra, óptica o cable, y solo el 25% de los hogares tiene una computadora o notebook. El 75% no tiene esos recursos que son importantes para las clases en línea. Eso no es solamente realidad de Paraguay, y disculpe que traslade el análisis a otros países también. Hicimos un estudio comparativo que hicieron los otros países. Lo ideal sería unas clases en línea, en tiempo real, como hacen los colegios de élite de este país, que pueden porque de ambos lados existen las condiciones, esa cifra de contacto online llega al 30% en la región por lo menos. Cada ministerio se adapta a la realidad de sus hogares, y si hay algo que existe en la mayoría de los hogares, 98% de los hogares, es el teléfono.

-La mayor crítica es el exitismo de Petta y siempre vamos sobre el viceministerio porque el ministro no asume ese papel. Siempre se proyecta el éxito, pero esta brecha prepandemia se agravó con la pandemia.

-Cuando se habla de nivelación de varias semanas o meses, al inicio del año, se está reconociendo que se debe repasar suficientemente lo que el año pasado no se pudo. Nuestra apuesta en grande es la presencialidad, principalmente en zonas rurales y pido ese espacio y esa consideración, porque donde más golpeó la pandemia en educación fue en las zonas rurales.

Ahí la señal de internet existe pero es fluctuante, la economía fue duramente golpeada en esa zona y los padres, quizás por cuestiones vinculadas a su formación, no podían acompañar a sus hijos como muchos otros padres pudieron hacerlo. Entonces, esos tres factores queremos de alguna forma suspender este año, invitando a los padres a que envíen a sus hijos a clases presenciales, porque en las zonas rurales hay poca circulación comunitaria de covid-19 y las escuelas son espacios amplios, aireados y hay muy poca matrícula.

-¿Al hablar de nivelación hablamos de recuperar un terreno perdido, frustrado y no realizado? ¿Cómo se recupera el tiempo perdido?

-Este año vamos a tener a dos sistemas: el que los padres van a usar en la modalidad virtual, con utilidades mejoradas y la propuesta del ministerio va a estar mucho mejor sustentada este año, y la modalidad presencial va a tener también sus complicaciones vinculadas a la parte de bioseguridad y a la convivencia del estudiante.

Este año va a ser muy complejo, mucho más complejo, por la coexistencia. Una de las complicaciones más grandes, por cuestiones vinculadas a la salud pública, es que los docentes catedráticos que generalmente dictan clases en distintos colegios, podrán quedarse solamente en un colegio.

Esa es una condición muy fuerte para el sistema, que nos obliga a utilizar distintas estrategias para poder compensar. También solo algunas asignaturas van a ir a modo presencial. A partir del séptimo grado, las que llamamos instrumentales van a ser presenciales y el resto va a continuar en la modalidad virtual, de modo a que durante el tercer ciclo (7°, 8° y 9°) y el 1°, 2° y 3° de la Media no se junten en el mismo espacio y tiempo. El desafío se está resolviendo, pero tenemos más preguntas que respuestas.

-¿Las materias teóricas serán las presenciales?

-Sí, las que llaman “las leídas”.

-¿Se evalúa la posibilidad de posponer la vuelta a clases presenciales?

-Siempre existe esa posibilidad. Hay cuatro preguntas cuya respuesta final la tiene el Ministerio de Salud: ¿Cómo se va a retornar?, ¿quiénes van a retornar?, ¿cuándo y dónde?

-¿Se utilizará la estructura de Copaco y la Ande, en términos de desarrollo tecnológico hacia el interior?

-El proveedor oficial del ministerio es Copaco.

-¿Como avanzar teniendo en cuenta que Copaco está con problemas en sus troncales?

-Vamos a tener que coexistir con algunos inconvenientes en infraestructura y conectividad en las escuelas. Hemos recibido el ministerio con poco más de 200 escuelas con conexiones a internet y en este período se han conectado 1.700 y no estamos llegando ni a las 2.000 escuelas con conexiones a internet. Esa es una realidad que duele porque en el siglo XXI tener una escuela sin conectividad es prácticamente aislarla de un mundo de posibilidades.

-Al iniciar la gestión de Petta ya comenzaron los reclamos sindicales y estudiantiles, ¿cómo evalúan el tema político?

-El MEC es, por lejos, el ministerio más complejo de todos porque coexisten intereses de distintas índoles y cada quien busca su conveniencia. Intereses políticos, existen. Intereses económicos, existen; al ser la cartera con mayor presupuesto. También hay intereses religiosos, así como gremiales y personales.

El ministro Eduardo (Petta) goza de la absoluta confianza del Presidente y a nosotros, los técnicos, él nos da mucha libertad de acción. Él maneja los vínculos para las otras instancias y nosotros como técnicos nos sentimos apoyados. Yo no tengo afiliación política y mi viceministerio es uno de los más grandes del ministerio y entre broma y en serio le pregunto al ministro, ¿por qué sigo yo acá?

Él sostiene a sus tres viceministros y ninguno tiene afiliación política. Eso es inconcebible muchas veces en otro escenario, pero se mantiene ese principio de buscar aislar la influencia política de la educación, y esas presiones son fuertes y han definido mucho del desorden educativo.

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