Luego de que se diera a conocer a la luz pública el acuerdo que intentó negociar el gobierno venezolano de Juan Guaidó con la administración de Mario Abdo Benítez para que Paraguay pague la deuda que tiene con Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) de forma irregular y, en el que estuvo involucrado el actual jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, Juan Ernesto Villamayor, volvieron a saltar los casos de corrupción donde se ha visto envuelto el ministro. La mano derecha de Mario Abdo incluso fue imputado.
Uno de estos casos más recientes y escandalosos tiene que ver con la compra de comisarías móviles que fueron sobrefacturadas durante su paso por la titularidad del Ministerio del Interior. Los antecedentes devienen de abril del 2019 cuando se compraron muebles a costos exorbitantes para equipar las tres comisarías adquiridas a G. 493 millones cada una, totalizando una compra de G. 1.479 millones.
Dicho inmobiliario como se mencionó fue adjudicado por la cartera que en aquel entonces estaba encabezada por Villamayor, con precios extremadamente altos, de hasta dieciséis veces por encima del monto que se manejaba en el mercado. De esta manera se adquirieron, por ejemplo, seis mesas para oficina a G. 7 millones cada una, cuando este ítem costaba solamente G. 435.000. Cabe destacar que las comisarías fueron financiadas con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo.
A pesar de que el caso fue muy sonado en su momento y que incluso la Coordinadora de Abogados presentó en su momento una denuncia, el caso investigado por varias instituciones, como la propia Dirección Nacional de Contrataciones Públicas, ha quedado impune hasta la fecha.
En este sentido, también cabe recordar que la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac), a cargo del ex fiscal René Fernández, y la Auditoría General del Poder Ejecutivo realizaron una auditoría especial al proceso. Este medio se comunicó con el ministro auditor Luis Cardozo Olmedo, quien aseguró que se realizó un informe al respecto, el cual no pudo ser enviado a La Nación debido a que faltaba la aprobación de la Dirección de Transparencia.
El titular de esta institución tampoco quiso dar declaraciones sobre el mencionado informe, argumentando que no tenía el documento en mano y por ello prefería omitir sus opiniones al respecto.
Cabe resaltar que este no es el único caso de sobrefacturación en el que se vio envuelto Villamayor, ya que fue uno de los representantes legales que defendió a los empresarios españoles de la firma Proibérica, que compraron helicópteros para la Policía Nacional en el 2010, en el marco del caso donde fue procesado por la sobrefacturación de las máquinas Rafael Filizzola, ministro del Interior de Fernando Lugo.
SOMBRÍOS ANTECEDENTES
La participación de Juan Ernesto Villamayor como defensor de personas acusadas en el marco de casos irregulares no es algo que resulte desconocida, ya que en el caso de la firma española Ivesur, que demandó a la Municipalidad de Asunción por la rescisión de contrato para la Inspección Técnica Vehicular (ITV), Villamayor fungió como representante legal de la empresa que obligó a pagar a la comuna G. 2.656 millones por los propios honorarios del abogado.
Además, el actual jefe de Gabinete se vio envuelto en el caso del vaciamiento del Banco Nacional de Trabajadores, cuando fue acusado de recibir coimas de G. 1.000 millones a través de contabilidad en negro. Finalmente, a comienzos de este siglo (2002), Villamayor fue imputado por lesión de confianza debido a un desembolso anormal de US$ 600.000 a un escribano particular, Jorge Fernández Zaván, por la ampliación de capital de Copaco SA. Igualmente, fue imputado en el 2003 por un aparente desvío de G. 1.724 millones, que estaban incluidos en un crédito del Banco Mundial de US$ 12 millones para un plan de reforma del Estado paraguayo.