El ministro del Interior, Euclides Acevedo, manifestó ayer su preocupación ante una eventual “crisis”, por lo que considera que debe existir un acuerdo político en esta pandemia por el covid-19 con la finalidad de evitar convulsiones sociales mediante un “autoengaño”. El secretario de Estado participó de una entrevista en el programa “La nueva República”, a cargo del periodista Benjamín Livieres.
Al respecto, el ministro Acevedo señaló que no se está en contra de las convulsiones sociales, siempre y cuando en verdad sirvan para realizar un cambio. “Yo no estoy en contra de las convulsiones sociales cuando son provocadas para producir un cambio, pero la convulsión social para la ingobernabilidad y suponer con eso negocios turbios de sobrevivencia, eso no me conduce a mí a nada”, comentó.
El titular de la cartera del Interior brindó sus apreciaciones sobre la situación actual en el país y señaló que no hay una visión de la dirigencia política en cuanto a la magnitud de la crisis. “Me deja perplejo cuando se dice que había sido teníamos pobres. Dejate de joder, pobres tenemos hace mucho tiempo. Había sido nos dimos cuenta que no teníamos suficientes hospitales preparados. ¿Y acaso no lo sabías? Acá hay una especie de autoengaño y eso es tremendamente peligroso. Yo temo de que si no hay una especie de acuerdo rápido, vamos a tener una crisis política”, advirtió.
Agregó también que entre los principales movimientos internos del Partido Colorado, el cartismo y Añetete, “hay una suerte de intento de acuerdo para gobernar”, frente a una oposición quebrada y la izquierda que no plantea una propuesta de orientación y de remodelación del sistema político. “Es una especie de oposición combativa y esa oposición sin contenido no le conducirá hacia el poder”, aseguró.
ADMINISTRAR
Por otra parte, refirió que la clase política debe tener la capacidad de administrar las “irritabilidades ciudadanas” ante el conflicto, debido a que no se cuenta con un diagnóstico certero sobre el fin de la enfermedad. “El diagnóstico es complejo y yo lo caracterizaría como una incertidumbre que provoca estas irritabilidades que se notan en la ciudadanía, algunas son espontáneas y otras provocadas, pero no importa quién las provoque, ya que la clase política tiene que tener la capacidad de administrarla”, aseveró.
Agregó que tenemos una enfermedad, “cuyo desarrollo no lo podemos calendarizar”, pues nadie puede decir cuándo terminará. “Ocasiona una incertidumbre psicológica y encima de eso tenemos una incertidumbre política que viene como consecuencia de la ausencia de una visión económica estratégica y todo el mundo habla de la reactivación económica, pero no cómo lo vamos a reactivar”, comentó.
En otro orden de cosas, también indicó que la clase política “no está de pie” sino más bien “sentada y con una visión opacada”. También sostuvo que no hay un abordaje intelectual dentro de este ámbito.