“La reapertura de la frontera entre Paraguay y Brasil se hará en forma conjunta cuando llegue el momento”, dijo ayer el canciller nacional Antonio Rivas Palacios, en momentos en que las ciudades de frontera con dicho país están a la expectativa de lo que el Gobierno pueda resolver. “Aquí hay que poner en primer lugar la salud”, subrayó.
De acuerdo a las declaraciones del jefe de la diplomacia paraguaya, “no hay ninguna presión” por parte del gobierno federal brasileño, ejercido por Jair Bolsonaro, para reabrir nuestras fronteras. “Al contrario, hay un entendimiento en el sentido de que el presidente Jair Bolsonaro conversó con el presidente Mario Abdo y acordaron que la apertura de la frontera será hecha en forma conjunta, más que nada teniendo en cuenta el control del contagio y el control de la expansión del virus”, repitió Rivas Palacios.
Según el canciller, la presión para reabrir la frontera paraguayo-brasileña proviene del “sector económico y laboral” y “se refleja en el ámbito comunicacional”, difundió ADN digital, basado también en un informe de la Cancillería.
“Es normal; hay que comprender también al sector económico, pero aquí hay que poner en primer lugar la salud. Tenemos que asegurar la salud de la población en general y luego vendrá la parte económica. Por eso, justamente, estamos a punto de entrar, conforme a la consideración técnica del Ministerio de Salud, a la fase 3 de la cuarentena”, argumentó finalmente Rivas Palacios.
Brasil atraviesa una crisis sanitaria sin precedentes en medio de una ola de protestas, a la que se suman una aguda situación económica y una pulseada política cuya resolución es todavía incierta. Por el coronavirus, Brasil tiene 809.398 casos confirmados y 41.162 fallecidos. Algunos analistas creen que el PIB del país podría registrar una caída del 8%.
En lo que hace a los rumores de que Bolsonaro estaría preparando un autogolpe, fuentes militares negaron ayer tal posibilidad, pero pidieron “al otro lado” para “no estirar la piola”.