La ciudadanía en general manifestó su malestar e indignación en sus cuentas de redes sociales debido a la “atención especializada” del hijo de la senadora Esperanza Martínez, quien cometió una infracción y fue detenido en Argentina al ir de pesca con amigos. En 24 horas estuvo de nuevo en Paraguay gracias a la intervención de la Cancillería y otros referentes del Gobierno, según las denuncias. Hay quienes hablan ya tratar el desafuero de la senadora.

“Hay tanta gente que está acampada en la frontera, queriendo entrar y no consiguen y el hijo de papi con una llamada al toque le dejan entrar. Que los probretones a llorar, vergüenza”, escribió Elio Bogado, en la página web de nuestro diario.

“Están tan acostumbrados a los privilegios que piensan que en otro país también lo tienen. Criticable lo de Cancillería, que intervino para que en menos de 24 horas vuelva al país, tienen temas más importantes que intervenir para salvar a un infractor de una culpa o pena y que encima es hijo de quien no para de tratar de desestabilizar al Gobierno con mentiras y falsedades”, retrucó también Ricardo Francisco Torres en nuestra plataforma a disposición de la gente.

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“No se puede y no se debe proteger o defender en forma oficial a esta clase de infractores, seguro que si era yo, ya estaba en devoto en una celda común esperando contagiarme. Ahora quiero ver que este señor haga la cuarentena”, añadió este lector.

¿DESAFORARLA?

Juan Miguel Yegros Blasco fue más allá y sostuvo que la senadora del Frente Guasu debería ser desaforada si hubo tráfico de influencias de su parte. “Si se llega a comprobar que utilizó sus influencias de parlamentaria debería ser desaforada en la próxima sesión”, reportó, ofuscado, como tantos otros que acompañaron su planteamiento.

El sarcasmo y la ironía, como siempre, ocurren en estos casos, también están presentes. “Pobre anga, estaba paseando con unos amigos, chúlina bb”, dijo Clotilde Saguier, quien se ocupó a dedicar también su opinión por esta situación que afecta a Ricardo Javier Portillo Martínez.

“Si era un Juan Pueblo nadie le hubiese rescatado, y después dicen que no hay ciudadanos de primera y segunda categoría; estos (xxx) lo que deben dejar el poder”, escribió Luz Álvarez. Roxana Valenzuela, otra lectora de nuestro diario, sostuvo que se trata de un caso que da “vergüenza nacional!!!; mínimo imputación y saber dónde esta alojado para poder controlar”. Otros se acoplaron también al pensamiento de Valenzuela.

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