El presidente de la Repú­blica, Mario Abdo Bení­tez, se trasladó ayer a la zona de la Triple Frontera, en inmediaciones del Puente Internacional de la Amistad, que une la ciudad brasileña de Foz de Yguazú con Ciudad del Este, en territorio paraguayo. Lo hizo en compañía de otros colaboradores cercanos para seguir de cerca el desarrollo del primer día de implementación de la cuarentena inteligente en la zona, donde se aplicó un estricto cerco de control fronte­rizo de circulación de personas.

En el uso de sus atribuciones de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el presidente Abdo se constituyó en la zona primaria de Ciudad del Este de modo de realizar revista al personal militar apostado en la zona para el ingreso contro­lado por la frontera debido al COVID-19. Además, para cons­tatar la crisis hídrica que atra­viesa uno de los ríos más cauda­losos del mundo, el Paraná, del que dependen dos hidroeléctricas: Itaipú y Yacyretá.

En el Puente de la Amistad, el paso de personas y de mercaderías es controlado bajo estrictos protocolos para ingresar al país. FOTO: GENTILEZA

El Presidente y su comitiva rea­lizaron un reconocimiento a pie en el área del río; además, lleva­ron a cabo un patrullaje a bordo de un bote del Ejército. Se des­plazaron en el trayecto que aún resulta navegable en el cauce del río fronterizo. Cabe recor­dar que varias son las denun­cias que señalan a esos puntos como paso ilegal de personas y mercaderías que burlarían los controles contra el Covid-19.

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“El control en la frontera es muy importante para evitar la pro­pagación del #Covid19. Hoy verificamos los controles en el Puente de la Amistad, donde lle­vamos todo nuestro apoyo a las fuerzas militares y policiales. A nuestros compatriotas se les garantizará el ingreso de forma ordenada para la cuarentena”, dijo el jefe de Estado en la oca­sión, según difundió la Presi­dencia de la República en horas de la mañana. Mientras tanto, su homólogo del Brasil, Jair Bol­sonaro, parece importarle poco la alarmante propagación del Covid-19 en su propio territorio. Con más de 91.500 casos confir­mados, pero según científicos entre 15 y 20 veces más, Brasil se prepara para afrontar una situación similar a la de Estados Unidos o Italia, en un momento en que la enfermedad ya supera las 6.300 muertes. Cuando un periodista le preguntó qué le parecía todo esto, respondió: “¿Y qué?”.

El Presidente estuvo acompa­ñado del titular de la Unidad Interinstitucional de Preven­ción, Combate y Represión al Contrabando, ministro Emilio Fuster; así como del embajador Federico González, ministro asesor de asuntos internacio­nales de la Presidencia de la República y del gobernador del Alto Paraná, Roberto Gon­zález Vaesken. Cabe recordar que el mandatario anunció esta determinación de fortalecer la presencia militar en la frontera considerando el alto nivel de infectados en el Brasil.

APOYO A EFECTIVOS

“El presidente vino a Ciudad del Este a verificar las tareas de las fuerzas militares y de las fuerzas policiales, y para darles todo el apoyo en el trabajo que vienen haciendo para dar cum­plimiento al cierre de la fron­tera al ingreso de personas, de tal forma que no haya cruce ni por el río ni por el puente. Es a fin de que el virus no ingrese a territorio nacional”, sostuvo el ministro Federico Gonzá­lez, según el portal oficial. El ministro asesor de asuntos internacionales detalló que la presencia del gobernante fue a los efectos de observar el tra­bajo de las Fuerzas Armadas en la zona y de darles todo su apoyo en esta tarea de control fronte­rizo, reportaron.

­SEPA MÁS

Bolsonaro y Abdo ya hablaron de la frontera

El 18 de marzo pasado, el presidente Jair Bolsonaro contó que se comunicó con el presidente Mario Abdo Benítez para hablar sobre la frontera seca entre Pedro Juan Caballero y Ponta Porá. Afirmó que no existe manera de evitar el tráfico en esta zona y que cerrar fronteras no evitará la expansión del coronavirus en la región. En ese entonces ya fue cuestionado por su inconscien­cia.

“Son 17.000 kilómetros de frontera seca. Conversé con el presidente de Paraguay, Marito. Él habló conmigo sobre Ponta Porá y Pedro Juan Caballero. Es una frontera seca, no se sabe si estás en Paraguay y Brasil. No hay cómo evitar el tráfico de personas. Hay brasileños casados con paraguayas. Es una fami­lia, son dos ciudades gemelas”, dijo Bolsonaro.

Al decir eso, tenía solo dos muertes y 350 contagios. El presidente brasileño no comunicó el cierre de ninguna frontera con Paraguay. “Hay cierta histeria. Como si cerrar las fronteras resolviera el pro­blema. La gente no sabe de las consecuencias del futuro”, afirmó en un acto político realizado con sus adherentes.

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