El ministro de Educación y Ciencias, Eduardo Petta, informó al Fondo de la Educación para Excelencia Educativa y la Investigación (FEEI), a mediados de diciembre del año pasado, que iba a reutilizar el dinero que se destinaba al programa “Una computadora por niño” en otras actividades de su interés. De esta forma privó este 2020 a miles de escolares más de contar con notebooks para poder dar estudiar y dar clases virtuales en esta pandemia por coronavirus.
El ministro alegó que era “insostenible” seguir con ese plan. Hoy, en plena pandemia y con las clases presenciales suspendidas, cuando se requiere dar clases virtuales, hubieran sido de gran utilidad y hasta milagrosos para al menos 5.000 estudiantes más. Cabe recordar que al momento de la suspensión del programa por Petta, ya existían más de 4.000 niños de Cordillera con esos equipos. No se sabe qué habrá pasado con esos artefactos informáticos.
El programa “Una Computadora por Niño / Modelo 1 a 1”, promovido inicialmente desde la sociedad civil, formó parte y se implementó desde el 2018 en el distrito de Caacupé bajo el programa del MEC “Mejoramiento de las condiciones de aprendizaje mediante la incorporación de TIC en establecimientos educativos y unidades de gestión educativa en Paraguay”.
Se trató del proyecto “Modelo 1 a 1 en el distrito de Caacupé”. El plan incluyó la dotación de 4.335 netbooks para alumnos de la Educación Escolar Básica del distrito, con asistencia y garantía por dos años, capacitación a los docentes de sus 35 escuelas y un acompañamiento en las áreas de tecnología, desarrollo comunitario y educación.
“Estamos entregando más de 4.000 máquinas. Es un hecho sin precedentes para la educación paraguaya. Todavía la cartera de Educación está dejando más de US$ 80 millones para invertir en tecnología. Estamos en un proceso de redefinición del programa Tic’s con los recursos disponibles”, expresó el lunes 30 de julio el ministro de Educación de aquel entonces, Raúl Aguilera, en un acto que se llevó a cabo en la Escuela N° 201 Tte. Aquino de Cordillera, con lo que se dio inicio formal al plan.
Esas computadoras portátiles eran de bajo costo y con dimensiones reducidas, ideal para el uso educativo de los niños y escuelas. Las mismas contenían una plataforma educativa de software libre, denominada Sugar. El programa debía alcanzar a un total de 17.901 beneficiarios (365 docentes y 17.536 estudiantes). La implementación significó una una inversión de G. 13 mil millones (2.3 millones de US$), ejecutados a través de 4 licitaciones públicas, que debió seguir en el 2020.
Sin embargo, el colega diario Abc publicó el 14 de diciembre del 2019 un titular que decía “Una computadora por niño es insostenible, alega el MEC”. En el artículo se informó que la cartera de Educación decidió excluir de estos beneficiarios con Fondos para la Excelencia al Modelo 1 a 1. “En el documento entregado al consejo del FEEI, el MEC alega cuestiones de sostenibilidad como argumento para sus penderlo. En vez de invertir en cada niño, el ministerio prefiere destinar el dinero a más laboratorios informáticos móviles, según el escrito que aún está siendo analizado por el consejo (de administración)”, informó ese matutino.
NINGÚN DATO DISPONIBLE
El proyecto “Una Computadora por Niño” comenzó a implementarse en el 2009 en Caacupé de la mano de la organización Paraguay Educa, con el apoyo de empresas nacionales e internacionales y también de Itaipú Binacional. Debido a su éxito, en el 2018 el plan pasó a ser implementado como “Modelo 1 a 1” desde el MEC, que lo financió con parte de los FEEI.
No obstante, en el link http://www.feei.gov.py/?programas=una-computadora-por-nino, que en teoría es oficial, no existe una solo línea de información al respecto, y ni siquiera explica por qué se suspendió el programa y ni siquiera en qué se redestinaron esos recursos.