La ex canciller ecuatoriana sostuvo que es necesario interconectar los 4 pilares de trabajo de la organización con una nueva agenda positiva.
- Por Juan Marcelo Pereira
La ex canciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa expresó su deseo de presidir la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), ante las próximas elecciones que se desarrollarán el 20 de marzo del presente año. Afirmó que desea construir una OEA moderna, conectada con las grandes problemáticas de hoy, pero que se inspire y se base en su carta fundacional. Por otra parte, mencionó que se necesita una secretaria o secretario que sea un asesor imparcial de los Estados, que pueda ofrecer la información, que tenga sistema de alerta temprana y un tendido que pueda operar de forma inmediata ante las problemáticas regionales. Espinosa deberá enfrentar al uruguayo Luis Almagro, quien busca su reelección, y al peruano Hugo de Zela.
– ¿Usted es la primera candidata a la Secretaría General de la OEA desde su creación?
– La presentación de mi candidatura la hicieron dos importantes países del Caribe, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda. Creo que es el momento para las mujeres después de 71 años de vida de la OEA, nunca en su historia tuvo una secretaria mujer, pero creo importante también un liderazgo que permita renovar la organización, construir una OEA moderna, conectada con las grandes problemáticas de hoy, pero que se inspire y se base en su carta fundacional. Cuando se creó la OEA, se habló de 4 pilares de trabajo que son la democracia, la seguridad multidimensional, así como los derechos humanos y el desarrollo integral. Básicamente, lo que yo estoy proponiendo es interconectar esos cuatro pilares y construir una agenda positiva que refleje las prioridades actuales de los 34 países miembros de la organización.
– ¿Cuáles son los objetivos que desea impulsar ante la OEA?
– Mi propuesta se enfoca en 3 grandes pilares. El primero es una renovación y modernización administrativa de la gerencia de la organización. Yo creo que se requiere incluso modernizar los sistemas de hardware y software que tiene la organización y que están desactualizados; hay varias iniciativas en marcha, creo que se merece la modernización, pero también sistemas más modernos de planificación, de medición del impacto en la gestión y claros mecanismos de rendición de cuentas a los Estados, hablo de transparencia que haga de la gestión de la Secretaría General algo que esté de manera permanentemente con las ventanas y las puertas abiertas al servicio de los Estados miembros. Esto pasa también por sistemas de participación de la sociedad civil, de los grupos principales como los pueblos indígenas, las mujeres, jóvenes; es decir, que también sea una plataforma de diálogo, intercambio con la sociedad civil.
– ¿Cómo observa el rol del secretario general de la OEA?
– El segundo punto es el cuerpo programático, la agenda, una renovación de la misma en función de los 4 pilares que mencioné, pero hay temas que hace 71 años no eran importantes, pero que ahora sí lo son como el tema del cambio climático. Eso, por ejemplo, para países como el Paraguay es determinante, su vulnerabilidad particular como país sin litoral, el tema de los impactos que tiene en la economía, en la seguridad de las personas, las grandes sequías, las inundaciones e identificar cuál es la capacidad de respuesta, la solidaridad hemisférica para enfrentar el cambio climático, pero en términos concretos, básicamente una propuesta que mire a la transferencia de tecnologías bajas en carbono, al acceso al financiamiento y a mecanismos financieros para países con vulnerabilidad especiales y el fortalecimiento de las capacidades de resistencia y adaptación al cambio climático. La OEA estuvo ausente en los grandes debates mundiales en materia de cambio climático. Un tercer cuerpo de trabajo es definir, acortar y profundizar el rol del secretario general. Yo estoy planteando suscribir un código de ética para el ejercicio de las funciones de la secretaría, básicamente señalando que el que ocupe el cargo, no tiene que representar ninguna posición particular, ningún interés particular y estar al servicio de todos los Estados por igual, y que el diálogo y el procesamiento respetuoso de las diferencias, la construcción colectiva, tienen que ser las formas de trabajo de una secretaría que está al servicio de los Estados.
– ¿Cómo observa el trabajo conjunto entre la OEA y Paraguay?
– Yo creo que es mucho lo que podríamos hacer. Paraguay es un país absolutamente determinante y clave en el sistema multilateral, pero en el sistema interamericano en particular, mirando solamente la política de recursos humanos, vemos que hay una profunda subrepresentación del Paraguay en los cargos de alta dirección de la organización; eso no debe ser así. Hay un tema que ha sido delegado en parte en la construcción de la OEA, que es todo el sistema de becas y formación para los jóvenes, y se ve también que hay muy pocos paraguayos que están representados o han sido beneficiados con el sistema de becas de la organización. El rol de Paraguay como un país sin litoral lo hace único porque no solamente es un país sin litoral, sino que es uno que está en el corazón mismo de Sudamérica y ese rol de estar en el centro yo creo que debe ser utilizado y potenciado de una manera importante, por ejemplo, en procesos de mediación que se requieran en la región en un momento determinado, en sistemas de alerta temprana para potenciales crisis políticas. Yo creo que Paraguay ha jugado y puede seguir jugando un papel determinante como un actor privilegiado del sistema interamericano.
– ¿Cómo observa actualmente el desempeño de la OEA?
– Yo creo que hay que hacer una reingeniería profunda en materia gerencial y administrativa, hay un estrés, una tensión y una preocupación de los Estados sobre la sostenibilidad financiera de la OEA, que ha presentado déficit y dificultades financieras por muchos años y dicen que ese es el problema; yo creo que es el síntoma. El verdadero problema yo creo que es que se necesita construir entre todos los Estados miembros una visión estratégica y programática de futuro. Cuando aclaramos cuáles son las metas y los propósitos de la organización, yo creo que conseguir los recursos necesarios es más fácil. Por mi trayectoria y por mi experiencia de trabajo durante casi 30 años, yo tengo los contactos y las posibilidades de hacer que la OEA tenga la solvencia económica que requiere, si es que hay un plan claro y definido. Lo otro es una renovación de la agenda; hubo un ejercicio inicial que se hizo en el 2016 de priorizar los mandatos. La OEA tenía como 2.000 mandatos con el mismo presupuesto ese año. Se logra reducir los mandatos; es decir, las áreas de trabajo de la OEA, como a 83 y luego, en la última asamblea general, volvimos a casi 600 mandatos. Entonces me parece que es necesario, en consulta permanente con los miembros, tener claridad sobre cuál es la visión.
– ¿Cuál es su postura ante la decisión de su país, Ecuador, en respaldar la reelección del actual secretario Luis Almagro?
- Yo creo que es comprensible, incluso, una actitud seria de Ecuador porque se había comprometido en apoyar la reelección del actual secretario hace varios meses, incluso antes de que yo sea candidata. En dos ocasiones el presidente de Ecuador había mencionado que acompañaría la reelección de Almagro y el hecho de que mantenga su palabra, habla bien de una política seria; pero, a la vez, el presidente, cuando fue consultado, mencionó que reconoce que soy una persona capaz y que estoy preparada para asumir un cargo así.
– ¿Qué opina sobre los últimos conflictos en la región en países como Perú, Bolivia, Chile, incluso en Ecuador?
- – Efectivamente se ven muchos indicadores de situaciones conflictivas en distintos países. Lo primero es la constatación de que cada país tiene sus dinámicas propias y las razones que animan estos procesos de descontento son también diferentes. El trabajo de la OEA debe ser con mecanismos de alerta temprana, sobre todo trabajo preventivo. Se necesitan una alerta e información oportuna y adecuada a los Estados porque son ellos los que toman la decisión, un respeto al procesamiento de las diferencias por parte de las instituciones de cada uno de los países y en el caso de que se requiera apoyo o acompañamiento, se tiene que ser muy cuidadoso, las decisiones las deben tomar los cuerpos gobernantes de la OEA, que son el Consejo Permanente y la Asamblea General. Se necesita una secretaria o secretario que sea un asesor imparcial de los Estados, que ofrezca información, que tenga sistema de alerta temprana y un tendido que pueda operar de forma inmediata.
– ¿Cuál sería uno de los mecanismos preventivos que se podría impulsar a través de la OEA?
- – Por ejemplo, el combate a la pobreza y la desigualdad. Yo creo que este es el mayor aporte. Hay muchos esfuerzos orientados al compromiso del desarrollo sostenible, esta hoja de ruta es un mapa del futuro que cuenta con el compromiso de todos los países del mundo entero. Estoy planteando hacer una suerte de pacto hemisférico para que se pueda cumplir con todos los objetivos, los cuales son precisamente el combate a la pobreza, la exclusión y discriminación. Acá el rol de la OEA sería poder identificar las buenas prácticas, las oportunidades, tener un banco de políticas públicas exitosas en todos los temas de los diecisiete objetivos que pasan desde los temas de igualdad de género hasta los temas de alimentación, de construcción de las ciudades sostenibles, de acceso a los servicios de salud, a la educación. No se tiene que duplicar y suplantar lo que ya existe, sino que debemos tratar de ser un valor agregado.
– ¿Qué opina respecto a la problemática en Venezuela?
- – Pienso francamente que la OEA ha perdido la fuerza para avanzar en una solución sostenida y verdadera para Venezuela, por lo tanto, hay que refrescar la agenda. Yo diría que otras de las estrategias es retirar a Venezuela de los reflectores porque es el tema. Cuando alguien habla de América Latina, enseguida viene el tema de Venezuela y creo yo que es un problema que debemos abordar y asumir, y que está teniendo efecto en toda la región, pero que no debe ser usado para tema de política interna ni para los grandes titulares de prensa. Los procesos de negociación más exitosos se hacen tras bastidores con personas especialistas que no tienen una agenda particular, que pueden tener toda la legitimidad para avanzar en un proceso de diálogo incluyente entre todos, y creo que es el momento de refrescar la estrategia y buscar los caminos para llegar a un objetivo, que es la solución duradera y de largo plazo en la crisis de Venezuela.
– ¿El conflicto de Venezuela desvió la realización de la agenda de la organización?
- – El caso de Venezuela ha copado mucho la energía política de la OEA y yo creo que es la razón también por la que se descuidaron los frentes de la agenda de los cuatro temas que mencionaba al comienzo, y básicamente la energía política de la organización se ha centrado en el tema de Venezuela y hay muchos países que quieren ver en la organización resultados en materia de desarrollo más profundos. En temas de seguridad multidimensional, quieren ver fortalecido el sistema de derechos humanos, quieren ver la agenda tan completa de la OEA, responder de manera integral, y hay países que están esperando cosas de la OEA; esos países se sienten frustrados por eso, no digo que se deje de lado lo de Venezuela, lo que digo es que se le dé su justa dimensión sin tantos ruidos, sin tantas cámaras, para que se le dé realmente una mirada renovada a este asunto porque no hemos sido un hemisferio exitoso en resolver el problema de Venezuela.
– ¿Qué opina sobre la migración y qué respuestas se podrían aplicar a la problemática ante políticas tan duras como las de Estados Unidos?
- – Yo creo que el tema migratorio es el escenario de la OEA. Es un escenario muy favorable para una conversación constructiva en materia migratoria. Todos los países del hemisferio son de origen, de tránsito o de destino incluso, las tres cosas a la vez como mi propio país. Ecuador es un país origen de la migración, de tránsito y de destino. Lo que creo es que sin entrar en los temas que nos dividen, porque efectivamente cada país es soberano y puede decidir qué política migratoria tendrá, hay temas que nos deben unir, políticas preventivas exitosas. Un proyecto que tiene mucho potencial es el desarrollo integral de los países del Triángulo Norte, que es una zona muy compleja desde el punto de vista migratorio, es una iniciativa que bajo el liderazgo de México y de la Sepal se han juntado Honduras, El Salvador y Guatemala para trabajar en una propuesta que prevenga la migración de generación de empleo joven, de combate a la pobreza; es decir, de ver las causas estructurales. Yo creo que eso es algo que puede servir incluso para poder ser replicado en otras regiones o subregiones del hemisferio. Es decir, no tenemos que entrar en los temas irritantes, sino más bien, la agenda positiva debe vincular el tema de la migración con el desarrollo, la agenda positiva es el único lugar donde estamos en una misma mesa con Canadá, Estados Unidos y los países de América Latina y El Caribe.
PERFIL
MARÍA FERNANDA ESPINOSA
- Poeta y diplomática ecuatoriana.
- Ex canciller bajo el gobierno de Rafael Correa y bajo la administración de Lenín Moreno.
- En noviembre del 2012 obtuvo el cargo de ministra de Defensa Nacional.
- Del 2018 al 2019 se desempeñó como presidenta de la Asamblea General de la ONU, siendo la primera latinoamericana en el cargo.