- Por Rosalino Duarte Grance.
La organización Red de Democracia y Transparencia tiene como objetivo principal colaborar en la instalación de gobiernos transparentes (municipales, departamentales, etc.), generando espacios ciudadanos para el combate a la corrupción y la impunidad. Raúl Quiñónez (Ceamso) y Sebastián Vargas (ID) explican los trabajos realizados y resaltan la importancia de la aplicación de instrumentos como la Ley de Financiamiento Político para erradicar esos males que socavan la democracia.
Analizaron el último informe de Transparencia Internacional, que posiciona a Paraguay en el 5º lugar más corrupto de la región.
–¿Qué es la Red de Democracia y Transparencia?
–Raúl Quiñónez: La Red de Democracia y Transparencia es un instrumento que está conformado por 21 organizaciones de la sociedad civil, interesadas en trabajar en todo aquello que tiene que ver con la incidencia ciudadana para reducir o prevenir la corrupción y la impunidad.
–Sebastián Vargas: Dentro de la red tenemos una serie de actividades que se focalizan en generar espacios ciudadanos y cogobiernos en sus distintos niveles para desarrollar actividades que instalen capacidades para gobiernos más transparentes, que rindan cuentas, que desarrollen todo lo que exige la Ley de Acceso a la Información Pública y Transparencia, que tiene ya como 3 o 4 años.
Nuestro objetivo es instalar gobiernos de transparencia. En ese marco, organizamos la actividad acerca de cómo medir el desarrollo de la información pública de parte de los gobiernos municipales, de cuáles son los municipios más transparentes y los que más acceso a la información pública generan al ciudadano.
También hicimos un concurso de periodismo de investigación enfocado hacia la transparencia y anticorrupción y premiamos a los periodistas que participaron. A fines del año pasado realizamos las primeras dos ferias de las transparencia, que es una instancia sumamente divertida, cordial, pero no por eso menos seria, donde el gobierno municipal, que en este caso fue de Encarnación y Ciudad del Este, se acercó a la ciudadanía en un formato de kermés.
Se trabajó no solamente con los gobiernos comunales, sino también con las organizaciones civiles que son fuerzas vivas dentro de la ciudad. Y fue un éxito porque tuvimos mucha participación, mucha receptividad.
–¿A nivel general, cómo analizan ustedes la corrupción?
–R. Quiñónez: Hace unos días Transparencia Internacional publicó su índice internacional y el Paraguay bajó un lugar, lo que significa que desde el año pasado a hoy somos un poco más corruptos. En este análisis se hace una mención a tres o cuatro cuestiones a nivel global en materia de lucha en contra de la corrupción que deberían ser tenidas en cuenta por los países.
La primera de ellas es el financiamiento político en las campañas, el dinero sucio que entra a las campañas porque eso afecta profundamente la capacidad de decisión del que es elegido para responder a ciertos intereses posteriormente. En segundo lugar, los conflictos de intereses, la famosa puerta giratoria donde hay veces en que uno desde una posición de privilegio en un cargo público favorece a ciertas empresas o sectores con los cuales estaba trabajando. El otro es el lobby parlamentario a nivel de cualquier poder del Estado y el cuarto es el empoderamiento ciudadano para poder combatir la corrupción o prevenirla.
–¿Cuáles son los más importantes?
–R. Quiñónez: Nosotros nos hallamos en plena discusión acerca de si vamos aprobar o no una ley, una modificación de nuestra Ley de Financiamiento Político que está todavía en el veremos y que no parece que vaya a tener andamiento. En cuanto al segundo punto, el Paraguay no tiene una ley de conflicto de interés y ese es un mandato de los mecanismos de revisión de dos convenciones internacionales (una de la OEA), la necesidad de contar con una ley de conflicto de interés.
Si yo tomara como referencia las recomendaciones de Transparencia, nosotros estamos bastante rezagados, tenemos mucho trabajo por hacer.
–¿Esto tiene que ver con las licitaciones y adjudicaciones digitadas?
–S. Vargas: Todas las instancias como tomadoras de decisiones tienen una relación directa o indirecta con los grupos de poder que hacen negocio con el Estado o que tienen responsabilidades con algún tipo de servicio que presta al Estado.
–R. Quiñónez: Hay otras cuestiones. Si yo soy un funcionario público y le traigo a mi hermano a trabajar, no puede entrar a trabajar en la misma dependencia donde yo estoy trabajando. Si yo estoy en el Ministerio de Hacienda, puede entrar en el Ministerio de Salud, pero no puede estar en el mismo lugar. Ese tipo de conflicto se tiene que evitar. Existen regulaciones a nivel internacional que prohíben ese tipo de situaciones. El caso más reciente es el caso del señor (Julio) Ullón. Ese tipo de situaciones tenemos que evitar en el Paraguay.
–Acá tuvimos (y tenemos) experiencias de que cuando se va a llamar a licitación rápidamente se forman empresas y, casualmente, son las que finalmente salen adjudicadas...
–S. Vargas: Hay algo que está ampliamente legislado en América Latina, pero no en Paraguay, que es la colusión. En el caso de las obras públicas, rutas... varias empresas se juntan y le aprietan al Estado o al ministro o al viceministro y le dicen: ‘Acá nosotros ya decidimos cómo van a ser las cosas’. Ese tipo de cosas no están legisladas en el Paraguay. Eso da pie a que sectores de poder puedan mover el gasto público como se les antoja y direccionar.
–¿Cómo ven ustedes el caso de las municipalidades, que utilizan a discreción los recursos del Fonacide y los royalties?
–R. Quiñónez: Nosotros desde la sociedad civil vemos con mucha satisfacción que los ciudadanos en el interior del país comiencen a empoderarse de la lucha en contra de la corrupción. Está el caso de Ciudad del Este, el caso de Mayor Otaño. La lucha en contra de la corrupción no es para que vos no toques la plata del Estado, sino lo que los ciudadanos tenemos que entender es que esa plata que vos tocas por algún acto irregular o pasible de una sanción es plata que vos no recibís en servicios. Entonces, vos recibís menos remedios, recibís útiles de menor calidad; se construyen empedrados que se destruyen en poco tiempo, asfaltados que no tienen el tiempo de vida útil como en otros países. Todo eso afecta a los servicios que el Estado te presta. Entonces, la corrupción es un mal que nos afecta a todos y que en la medida en que uno comete un acto de corrupción hay un montón de ciudadanos que se privan de los servicios que el Estado les debería proveer. Ese es el objetivo que nosotros tenemos para trabajar como red de democracia y transparencia, buscar que la ciudadanía comprenda que la corrupción es un problema que nos afecta a todos.
–S. Vargas: En la medida en que la gente siga percibiendo que el Gobierno central o municipal o departamental es corrupto, menos va a querer pagar sus impuestos. Es todo un círculo vicioso que lo único que hace es pauperizar la calidad de vida de la gente.
–Algunos sostienen que la corrupción es uno de los peores enemigos de la democracia...
–R. Quiñónez: Hay un desencanto con la clase política, que no es solamente acá en Paraguay, es en general. Yo creo que el resultado de este índice de transparencia que dice que el Paraguay en el segundo más corrupto en Sudamérica, el sétimo en Latinoamérica, lo que nos está mostrando es que necesitamos mejorar ese clima y que la corrupción en definitiva termina produciendo pobreza, expande la pobreza y cuando más corrupción hay son más débiles las instituciones democráticas. Corroe las instituciones democráticas, incrementa la pobreza, anula la capacidad del ser humano de reaccionar para reclamar.
Es un mal que a nosotros como red, y quizás ese es el mensaje más importante, por un lado, nos obliga a agruparnos para defendernos de la agresión que significa un funcionario corrupto y, por el otro, también nos obliga a tomar conciencia de a quiénes elegimos cada vez que elegimos. Ahora estamos a las puertas de las elecciones municipales y ojalá que la gente, esta vez, pueda mirar en el interior de cada localidad a quién termina votando. Tenemos el caso de las municipalidades que no rinden el Fonacide; cuántos recursos dilapidados que ingresan al país producto de nuestra riqueza como Itaipú y que, sin embargo, quedan en manos de unos cuántos.
–S. Vargas: Hay que decir que el Gobierno central no está haciendo nada para fortalecer a los gobiernos municipales. Si bien existe la Ley de Transparencia, no transfiere capacidades para que cumplan con sus obligaciones.
–R. Quiñónez: En el 2014 el índice de Paraguay mejoró varios lugares en el índice de Transparencia Internacional y eso se dio en gran parte por la aprobación de la Ley de Acceso a la Información Pública y por la institucionalización de las contrataciones públicas.