Insólito. Cómo explicar que nadie vio la pila de 200 bolsas llenas de arena ni notó movimiento extraño ni constante de reclusos o, peor, nadie vio salir a 75 personas frente mismo a los controles peri­metrales de la Penitencia­ría Regional de Pedro Juan Caballero.

En la madrugada de ayer, domingo, 75 presos de la cárcel de Pedro Juan Caba­llero lograron escapar sin ser vistos. Si bien en prin­cipio se especuló que todos habían salido a través de un túnel cavado desde el pabe­llón principal hasta des­pués del muro del recinto penitenciario, con el correr de las horas quedó abierta la posibilidad de que hayan salido por la puerta princi­pal con la complicidad de los guardiacárceles.

“Se encontró un túnel y creemos que ese túnel fue un recurso engañoso para legitimar o maquillar la liberación de los presos. Acá hay complicidad con gente de adentro y este es un fenómeno que abarca a todas las penitenciarías”, dijo Euclides Acevedo, ministro del Interior.

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TÚNEL DEL ENGAÑO

Tras la “fuga”, se procedió a registrar el lugar. En una celda se encontraron apiladas 200 bolsas llenas de arena. Al ingresar al sanitario, halla­ron el túnel. Increíblemente,

el último cateo que se realizó en el lugar fue hace un mes y en la oportunidad no se halla­ron indicios del exitoso plan de escape. El túnel tenía luz propia y podían verse en su interior algunas pertenencias de los presos.

Una de las hipótesis sos­tiene que los reclusos, al salir del túnel, caminaron varios metros al costado de la muralla de la peni­tenciaría, para luego cru­zar en línea recta el predio y llegar así hasta un alam­brado que da con la calle Naciones Unidas, por donde habrían ganado la libertad. Sin embargo, el único recap­turado declaró que “sola­mente 10 personas huyeron por el túnel y los demás por el portón principal”.

Ante esto, la ministra de Jus­ticia, Cecilia Pérez, señaló que no pueden decir que “el perso­nal no estaba involucrado. Las bolsas de arena se pueden ver a simple vista desde el pasi­llo. Es imposible que este tra­bajo de semanas no haya sido advertido por los agentes de la cárcel”.

Además, según informacio­nes extraoficiales, los pre­sos hasta se habían llevado algunas pertenencias como electrodomésticos.

FUERON LIBERADOS

En la ruta de los presos, a solo 25 metros de distan­cia, está la garita de segu­ridad, que debía contar con al menos un guardiacárcel. En este contexto, la fiscala del caso, Reinalda Palacios, manifestó que todo apunta a una liberación con com­plicidad de los funcionarios penitenciarios, 30 guar­diacárceles, entre hom­bres y mujeres, a los que se suma el entonces director de la penitenciaría, Cris­tian González. Los mismos serán investigados.

De los 75 prófugos, 50 esta­ban recluidos en la planta alta y 25 en la planta baja. En su mayoría, son miem­bros de la organización criminal brasileña Primer Comando Capital (PCC), considerada como la mayor banda de traficantes de dro­gas y armas de Brasil.

“Esto no fue un trabajo de un solo hombre y tam­poco algo que se hace en un día, es imposible que nadie sepa nada, no puede ser que nadie haya visto algo”, rei­teró la ministra de Justicia.

CIRCUITO CERRADO

La fiscala Palacios confirmó además que los guardiacár­celes estaban en sus puestos al momento de la fuga, por lo que expresó su extrañeza respecto a “cómo no se die­ron cuenta”. En ese sentido, mencionó que ya accedió a las imágenes del circuito cerrado para dilucidar lo ocurrido.

“Aparentemente, se iban de a poco. Revisé a grandes rasgos el circuito cerrado. Desde las 4:30 de la madru­gada se veía movimiento constante. Las imáge­nes serán analizadas en el laboratorio forense”, comentó.

Al respecto de lo señalado por el ministro del Inte­rior, Euclides Acevedo, de que los reos fueron libera­dos por el portón principal, en grupos y durante varios días, la representante de la Fiscalía indicó que, a sim­ple vista, esta situación no se observa en las cámaras de seguridad.

“Hay una luz que dificulta mirar adentro. De la planta alta, no se puede observar cómo bajaron, ya que difi­culta un destello de luz”, precisó según informe del periodista Santiago Bení­tez, de la Radio Imperio de Pedro Juan.

CAMIONETAS QUEMADAS

En el municipio brasileño de Sanga Puitã, específica­mente a 15 kilómetros de la frontera seca con el dis­trito paraguayo de Zanja Pytã, fueron encontrados al menos tres vehículos com­pletamente incinerados. Los rodados en cuestión se encontraban en fila, al costado de una calle empe­drada. Policías presumen que los mismos fueron uti­lizados para el escape de los criminales ya en territorio brasileño.

Sicarios de “Minotauro”, entre los fugados

Al menos 7 de los 75 reos que escaparon pertenecen al clan del narcotraficante.

En febrero del 2019, 15 miembros de la banda cri­minal Primer Comando Capital (PCC) fueron dete­nidos en Pedro Juan Caba­llero, Amambay, tras 11 alla­namientos.

Ayer, al menos 7 de los 75 reclusos que escaparon de la cárcel de Pedro Juan fueron identificados como sicarios de Sergio de Arruda Quinti­liano Neto, alias Minotauro.

Ellos son David Timoteo Ferreira (35), uno de los presuntos líderes del PCC; Felipe Diogo Fernández Días (24), Marcos Paulo Val­dez Pereira, paraguayo, de 22 años; Julio César Gómez (28), Ailton Botello do San­tos (34), Rafael de Souza (24) y Luciano de Souza Martí­nez (25). Según informes, los citados pretendían con­seguir su libertad mediante una orden judicial.

¿QUIÉN ES “MINOTAURO”?

Sergio de Arruda Quintiliano Neto, alias Minotauro, es con­siderado uno de los líderes del PCC. El mismo fue captu­rado en Camboriú, Brasil, en febrero del 2019, y se le atri­buye la autoría intelectual del crimen de la abogada Laura Casuso y otras personas afi­nes al también narcotraficante Jarvis Chimenes Pavão, extra­ditado en el 2017 al Brasil.

Para burlar a la justicia, “Minotauro” cambió varias veces de identidad. De acuerdo con los reportes, el líder del PCC pretendía monopolizar el negocio tras la muerte de Rafaat y la extra­dición de Pavão al Brasil.

Seguridad burlada

En setiembre del 2019, el Poder Ejecutivo promulgó la Ley 6365 que declara en situación de emergencia penitenciaria los estableci­mientos carcelarios. Para ello, dotó de G. 13.807 millo­nes al Ministerio de Justicia, que debía destinar, en parte, a la contratación de 500 nue­vos agentes penitenciarios.

A pesar de ello, ayer, 75 reos de la cárcel de Pedro Juan Caba­llero salieron sin ser vistos no solo por los guardiacárceles, sino también por los agen­tes policiales y militares que debían estar custodiando no solo este penal, sino también los de San Pedro, Ciudad del Este y otros que albergan a presos de alta peligrosidad, en el marco de la emergencia penitenciaria.

La actual titular del Ministe­rio de Justicia, Cecilia Pérez, reconoció que la corrupción impera en las cárceles del país y responsabilizó de la fuga en el penal de Pedro Juan Caballero a los guar­diacárceles.

Antecedentes del túnel del engaño

Ayer, miembros del PCC ejecutaron un plan muy similar al que la Policía había logrado frustrar en el 2018.

En octubre del 2018, la Policía halló un túnel que conectaba una vivienda con la cárcel de Pedro Juan Caballero y a tra­vés del cual unos 80 miembros del PCC intentaron huir. Ayer, unos 75 reos lograron la hazaña y convirtieron al país en tren­ding topic. En aquel entonces, tres personas de nacionalidad paraguaya y una de nacionali­dad brasileña fueron detenidas tras ser sorprendidas mientras cavaban el túnel. Los mismos manifestaron que el objetivo era conectar la casa con la cár­cel y así facilitar la fuga de al menos 80 integrantes de la agrupación criminal.

La vivienda estaba situada a unos 200 metros del penal, el túnel tenía 12 a 14 metros de profundidad y altura sufi­ciente para que varias perso­nas caminaran de pie.

MOTÍN MÁS VIOLENTO

En San Pedro, lo que parecía ser un domingo tranquilo, con la mayoría de las familias cele­brando el Día del Padre y alen­tando a la Albirroja en la Copa América, quedó en la historia como la jornada más violenta en una cárcel del país con nueve reclusos muertos, cinco de ellos decapitados y tres calcinados, así como nueve heridos.

El sangriento enfrentamiento se registró en junio del año pasado, en la penitenciaría de San Pedro del Ycuamandyyú, entre miembros de dos grupos criminales, uno perteneciente al PCC y otro al Clan Rotela.

Blas Martínez, entonces direc­tor general de Establecimientos Penitenciarios, dijo a La Nación que en la historia de nuestro país nunca hubo un enfrenta­miento similar y que se trata de una de las masacres más impor­tantes por el modus operandi utilizado por los internos invo­lucrados. Tras ello, la mayoría de los reos involucrados, miem­bros del PCC, fueron derivados hasta la cárcel de Pedro Juan. Ayer, los mismos fueron nue­vamente protagonistas, esta vez al ganar la calle en pleno estado de emergencia penitenciaria.

FUGA MASIVA

En 1998 se registró la mayor fuga de la historia del país. Ocu­rrió en la cárcel de Emboscada, considerada la más segura del país, de donde se escaparon 106 presos, la mitad de la población penitenciaria. El suceso ter­minó con un guardiacárcel y un chofer de una camioneta muer­tos, así como una veintena de personas heridas.

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