El intendente de Ciu­dad del Este, Miguel Prieto, se llamó a silen­cio sobre la millonaria adjudi­cación a la empresa Servinco Paraguay SA, a pesar de su nula experiencia en el país. Mien­tras tanto, la Dirección Nacio­nal de Contrataciones Públicas (DNCP) anunció la revisión del proceso de licitación.

Prieto optó esta vez por el silencio como muy pocas veces lo ha hecho, y es que probablemente no sepa cómo justificar lo actuado. Siempre se mostró crítico a la corrupción y “abogado” de la transparencia.

El pasado 5 de diciembre, la citada firma fue adjudi­cada para proveer equipos para planta asfáltica a la Municipalidad de Ciudad del Este por G. 10 mil millo­nes. El monto referencial de la licitación era de G. 12.398 millones.

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Si bien la empresa figura en los registros de la Dirección de Contrataciones Públicas como proveedora, nunca antes realizó trabajos para el Estado, por lo que llama de sobremanera la adjudi­cación por parte del muni­cipio.

Prieto, al ser consultado sobre la licitación, nos derivó con la directora de la Unidad Operativa de Contrataciones (UOC) del municipio, Maggi Fariña, quien al tener conoci­miento de nuestra consulta también se llamó a silen­cio. ¿Cómo es posible que se opte en una millonaria licitación por una firma que nunca proveyó nada a ninguna oficina pública?, es una de las preguntas que quedaron en el tintero.

La página web de la firma (www.servinco.com.py) da cuenta de que se trata de una constructora y entre sus obras figuran solo tra­bajos realizados en territo­rio argentino.

Según entendidos, no existe empresa constructora que sea a la vez representante de maquinarias y, en ese sen­tido, la firma adjudicada no figura en papeles como repre­sentante de ningún tipo de equipos ni mucho menos de los que ofertó en el llamado. Los equipos son de la marca argentina Astarsa, que no posee el 90% de los equipos ofertados por Servinco.

En síntesis, la empresa adjudicada no tiene forma de poder brindar garantía ni mantenimiento de equi­pos que nunca utilizó ni mucho menos representó, según una denuncia de la que se hizo eco la radio Uni­verso 970 AM.

Otro punto llamativo en el proceso de licitación es la inclusión de la adenda Nº 3, en la que se modificó la experiencia del oferente por la del fabricante. Todo apunta a que la intención de liberar esta exigencia fue para dar una mano a la empresa “ganadora”, sin experiencia en contratacio­nes con el sector público.

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