Desde esta semana se pusieron en funcionamiento los relojes biométricos para el control de entrada y salida de funcionarios en el Congreso Nacional, sobre todo en la Cámara de Senadores. Esto se dio a fin de ejercer un mayor control para evitar el “planillerismo”, pero ni bien se pusieron en funcionamiento, las solicitudes de exoneración de asistencia por parte de funcionarios no tardaron en llegar a la presidencia de la Cámara Alta. Más de uno solicitó no marcar su asistencia a través de sus “padrinos” legisladores.
Al respecto, el titular del Congreso Nacional, senador Blas Llano, indicó que existe una resolución de la Secretaría de la Función Pública de fecha 26 de febrero del 2016, donde habla del registro de asistencia de los funcionarios públicos permanentes, contratados y comisionados, y señala de algunas excepciones que están vigente. Recordó que esto fue firmado por el entonces ministro secretario ejecutivo Humberto Peralta y que fue reglamentado en el Senado, en ocasión de la presidencia del entonces senador Mario Abdo Benítez.
Llano señaló que son tres los funcionarios, como asistentes, asesores y choferes, quienes podrían ser beneficiados con la exoneración de marcar su horario de entrada y salida a través del reloj biométrico. “No obstante, estos funcionarios beneficiados deben presentar un informe mensual de gestiones, documento que se tiene que presentar a los efectos que se justifique que realmente están trabajando, firmando una planilla”, explicó.
Al respecto, desde la Dirección de Talento Humano informaron que con el nuevo sistema de control de funcionarios, primero se debe marcar en los molinetes y luego en el reloj biométrico. Además, precisó que en caso de que un funcionario que ya marcó vuelve a salir, quedará registrado como un día no trabajado, y se producirá el descuento correspondiente al trabajador.
En tanto que Basilisa Vázquez, asesora jurídica del Senado, manifestó que los permisos para no marcar se otorgan solo a pedido de los legisladores. “El presidente autoriza al senador, pero tiene un máximo de dos personas que pueden no marcar, y que el senador se hace responsable de ese funcionario. Generalmente son los choferes y su asistente personal, pero cada mes deben de presentar un informe sobre las actividades que han realizado en el mes”, precisó.
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Respaldo de legisladores
Una de las primeras senadoras en abogar por sus funcionarios para que no marquen en el reloj biométrico su horario de salida y entrada fue la senadora liberal Hermelinda Alvarenga, quien pidió por la funcionaria Marta Leiva. En su nota enviada al titular del Congreso, Blas Llano, la congresista no especifica el motivo de esta solicitud.
Esta nota fue presentada el mismo día que en el Senado se pusieron en funcionamiento las máquinas de reloj biométrico, y en poco días más también entrará en funcionamiento el acceso a la sede legislativa pasando por molinetes, con lo cual las autoridades del Poder Legislativo, buscan luchar contra le “planillerismo”. A razón que se ha confirmado que muchos funcionarios incluso solo llegan hasta la sede legislativa a marcar su entrada y luego se retiran de la institución sin cumplir una función específica.