El ex embajador paraguayo ante el Vaticano, nombrado delegado de Caritá Política en nuestro país, señaló que es tiempo de aportar toda la experiencia adquirida como diplomático al Paraguay. En este nuevo cargo, tiene la misión de poner el concepto del bien común en el centro y fin de la tarea política.
- POR LOURDES PINTOS
- lourdespintos@gruponacion.com.py
Recientemente nombrado representante y delegado de la Asociación Internacional Caritá Política en Paraguay, Esteban Armando Kriskovich, ex embajador de nuestro país ante la Santa Sede (2011-2019), habló con La Nación sobre su labor en este nuevo desafío que, según sostiene, le tomó de forma inesperada. Atendiendo a que su nombramiento se da en un momento de crisis en la región de Latinoamérica, Kriskovich asegura que una de sus misiones será crear un conjunto de condiciones sociales, políticas, económicas y culturales que permitan que las personas y la sociedad en general puedan desarrollarse y fortalecerse. Con este objetivo, insistirá en las tareas educativas y si es necesario, con críticas, ante situaciones injustas y abusivas de cualquier carácter.
–¿Qué es la Asociación Caritá Política y cuál será su labor como representante en Paraguay?
–La Asociación Internacional Caritá Política es una asociación fundada en Roma en 1993, reconocida canónicamente por la Santa Sede y jurídicamente por el gobierno italiano. Tiene por objeto principalmente redescubrir la política como una forma de lograr el bien común y, por tanto, de caridad, es decir, de auténtico amor a todo un pueblo y una comunidad. En tal sentido, trabajaremos en Paraguay con este norte, para volver a colocar el bien común como objetivo y misión de la política y la vigencia de la ética y la justicia en el mundo del derecho, de la política, de la diplomacia y de las relaciones internacionales.
-¿Qué condiciones se dieron para que se haga responsable de esta Asociación?
–Fue una sorpresa y algo inesperado para mí. Las autoridades de la Asociación Internacional Caritá Política me habían conocido principalmente por mi tarea como embajador de Paraguay ante la Santa Sede y se habían enterado con mucha tristeza del término de mi misión y mi retorno a este país. Tuvimos mucha afinidad en muchos objetivos y tareas de la asociación. Antes de partir, me indicaron que querían seguir contando con mi participación y presencia en la institución y luego se formalizó este pedido de representación.
–¿Cómo tomó esta nominación?
–Fue algo muy emotivo y al mismo tiempo una responsabilidad asumir este cargo. Formalmente, en la comunicación de mi designación, el fundador y presidente de Caritá Política, el profesor Alfredo Luciani, y el asesor espiritual, monseñor Giuseppe Molinari, expresaron que conocen y valoran mis altas cualidades diplomáticas, jurídicas, académicas y culturales. Destacaron además mi vida profesional, en especial durante los años en que ejercí la función de embajador de la República del Paraguay ante la Santa Sede, por lo que me nombraron como el representante de la Asociación Internacional Caritá Política en la República del Paraguay; además me designaron miembro efectivo, con el encargo de coordinador de las relaciones institucionales de la institución, con centros e instituciones públicas y privadas en el país.
PRIMERAS ACCIONES
–Teniendo en cuenta que en el 2020 arrancan las actividades de la organización en nuestro país, ¿desde cuándo se estaría sumando y cuáles serán las primeras medidas o proyectos aquí en el país?
–La asociación está en proceso de formación. Sin embargo, ya estará presente con diversas actividades públicas y privadas, que se moverán principalmente sobre varios ejes. El primer eje será contactar a personas en el mundo de la política a nivel popular, dirigencial, universitario, laboral, formativo y en acción, asegurando una formación moral y cultural adecuada para quienes desean dedicarse a actividades sociales, políticas, jurídicas y diplomáticas.
El segundo eje será constituir un observatorio de la realidad social, política y económica del Paraguay, realizando pronunciamientos acordes con el caso (ya está previsto crear un observatorio del bien común que estará a cargo de la asociación); y nuestro tercer eje será promover relacionamientos y convenios interinstitucionales, para el estudio de las ciencias sociales, económicas, políticas, jurídicas y diplomáticas, basados en el respeto a los derechos humanos y en especial la defensa de la vida humana, el bien común y la libertad religiosa.
Aún estamos en proceso de formación. Pero ya tenemos las “piedras vivas”, mucha gente que al enterarse de esta oportunidad se acercó y me manifestó su interés en la formación de una nueva política en Paraguay, donde los gobernantes no vean solo su bien particular o de claques, sino de todo el país, del pueblo paraguayo y su valiosa gente.
ALCANCES
–¿Existen otras sedes en la región y en qué países están ubicadas?
–La presencia de Caritá Política a nivel internacional es muy fuerte, por su relación con la diplomacia internacional y su cercanía con la excelente diplomacia vaticana, la Secretaría de Estado y dicasterios de la Santa Sede. Durante toda su historia, la cooperación internacional estuvo muy presente en la asociación, conozco sobre todo su influencia en la diplomacia cultural, en la lucha por la paz, contra el hambre y la defensa de las libertades públicas, especialmente de la libertad religiosa. Conozco la inmensa tarea de su fundador, el profesor Luciani, a través de la diplomacia cultural en varios países, incluso aquellos con animadversión al cristianismo.
Por ejemplo, en épocas muy difíciles para la iglesia en Cuba, con la diplomacia cultural, él estuvo presente allí, abriendo el camino incluso para que poco a poco puedan realizarse hechos inesperados e importantes, como la gran visita de Juan Pablo II a Cuba en 1998, así también con países de los demás continentes. Sin embargo, esta, la que me toca ahora, es la primera representación formal de carácter permanente. Es por eso para mí una satisfacción grata e inesperada que me hayan elegido y que hayan elegido nuestro querido Paraguay para ello.
LA REGIÓN
–Esta iniciativa surge precisamente en un momento de crisis en varios países de Latinoamérica, como en Bolivia, Venezuela y Chile, ¿cómo se ve esta coyuntura desde Caritá Política?, ¿tendrá algún rol en especial en este contexto?
–Efectivamente, es un tiempo de especial atención todo esto. Si bien algunos opinan que tiene un perfil eminentemente ideológico, en la práctica esta idea desatiende un hecho real, el hecho de que la política tradicional cansa al pueblo, cansa a veces por ser falsa, mentirosa, prebendaria, hecha por meros actores y actrices que solo juegan el partido por su beneficio y utilizan a la gente, y esto ya cansa. San Agustín de Hipona decía en su obra “De Civitate Dei” que si un gobierno no tiene como norte el bien común, se convierte en una caterva de ladrones. El fin de la política no es el propio bolsillo, sino el bien común. Una política diferente de la actual es necesaria en América Latina.
Existen experiencias exitosas de bien común en el mundo, que pueden servir de inspiración, no podemos seguir poniendo la excusa de que por el problema cultural que tenemos no es posible el bien común para América Latina, sino solo para países como Suecia, Alemania, etc.; eso es una tontería y una gran falacia o excusa de omisión. Definitivamente no es así, si los gobiernos de nuestra región no entienden esto, se verán sin duda en problemas. Nuestro norte, como hemos dicho e insistido, es recordar que el fin de la política es el bien común, es decir, crear un conjunto de condiciones sociales, políticas, económicas y culturales que permitan que las personas, las familias, las instituciones, las organizaciones de la sociedad civil, las empresas y toda la sociedad pueda desarrollarse y fortalecerse. Sobre esto insistiremos con fuerza, con tareas educativas y también con críticas si observamos situaciones injustas y abusivas de cualquier carácter.
–¿Piensan convertirse en intermediarios de un diálogo político de los líderes de la región en torno a los problemas sociales y otros?
–Todas las actividades que conduzcan a la realización del norte que anhela nuestra asociación, pero sobre todo lo que anhela el valioso pueblo paraguayo. Volver al bien común como objetivo y finalidad de la política.
–En el caso de Paraguay, ¿cómo se le ve desde afuera en comparación con otros Estados?
–Cuando comencé mi misión como embajador de Paraguay ante la Santa Sede, en el 2011, se conocía muy poco a Paraguay. Se creía que era un país como la película “La Misión”, de Roland Joffé, con Robert De Niro y Jeremy Irons de protagonistas. Tratamos de revertir totalmente esa situación y lo logramos con un éxito impresionante. Esa debe ser la tarea de la diplomacia y de los embajadores en los diversos destinos. Representar altamente y mostrar al país para que lo sientan cercano, de allí surge todo lo demás. Es muy importante por eso que un país tenga presencia en la mayor parte del mundo por este motivo. Yo creo que hoy se reconoce internacionalmente al Paraguay sobre todo en los últimos 10 años, como un país con mucha gente joven, convencida en sus ideales, con mucha fe, con mucha capacidad emprendedora y buen clima de negocios, pero lo que cansa es la inestabilidad de emprendimientos en curso, visión de mera inmediatez y conveniencia política de turno. Es la conclusión a la que arribo, recordando conversaciones con personas muy valiosas a nivel internacional.
–¿Esta nominación implica trabajar muy de cerca con el gobierno de turno o con otras instituciones del Estado?
–Con todas las instituciones públicas y privadas que se requiera. Colaboración absoluta, pero objetiva y crítica también.
EL PAPA EN PARAGUAY
–Su experiencia de casi ocho años como embajador de Paraguay ante el Vaticano, ¿cómo puede contribuir en la obtención de resultados para la institución?
–En estos casi ocho años hemos demostrado que se pueden hacer muchas cosas, aun en un lugar tan difícil como la Santa Sede, cosas que incluso parecían increíbles pero se lograron, como por ejemplo la visita del papa Francisco al Paraguay en el 2015; también se logró la beatificación de Chiquitunga el año pasado (2018) y la colocación del mosaico de la virgen de Caacupé y dos lapachos, uno amarillo y otro blanco, como la bandera papal en los Jardines del Vaticano.
Otros grandes logros fueron la grabación de un CD navideño con el arpa paraguaya y la orquesta de la Guardia Suiza; la colocación del arpa paraguaya en el museo del Pontificio Instituto de Música Sacra, entre tantas otras cosas. He trabajado con cuatro presidentes de Paraguay y dos papas. Han sido años muy ricos en experiencias. Ahora es tiempo de portar toda esta experiencia a mi país, en la misión de volver a poner el concepto del bien común en el centro y fin de la tarea política, sin el cual esta se pervierte.
PERFIL
ESTEBAN ARMANDO KRISKOVICH DE VARGAS
Nacionalidad: Paraguaya
Fecha de nacimiento: 14 de julio de 1971
Formación académica: Abogado. Egresado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Diplomáticas de la Universidad Católica “Ntra. Sra. de la Asunción” (UCA), (1996). Doctor en Ciencias Jurídicas, con calificación máxima summa cum laude en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Diplomáticas (UCA), (2010). Máster en Seguridad Económica, Geopolítica e Inteligencia. Sociedad Italiana para la Organización Internacional SIOI. Roma (2013). Curso de Especialización en Derecho Natural (UCA), (2003). Posgraduado en Formación Ética (2005). Fue becario por invitación del Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos de América en el programa internacional Visitor Leadership Program (Washington, 2010).