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El Grupo Reimpex pre­sentó una protesta ante la Dirección de Contrataciones Públicas en contra de la adjudicación del Ministerio de Obras para la adquisición de 13 camione­tas tipo pick-up y pide retro­traer el proceso licitatorio a la etapa de evaluación de ofertas.

La empresa local participó de la licitación, pero fue descalificada por la con­vocante, que argumentó su decisión con explicaciones confusas. Alegó que Reim­pex no pudo explicar por qué el vehículo que ofrecía era tan barato.

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Arnoldo Wiens, ministro.

El Grupo Reimpex presentó la mejor oferta en la licita­ción ofreciendo sus camio­netas de la marca JAC, que son ensambladas en nues­tro país. Fijó el precio de G. 174.915.000 por cada uni­dad, que en total suman G. 2.273 millones.

Mientras que la firma que finalmente resultó adjudi­cada, Tape Ruvicha, pre­sentó la segunda mejor oferta de G. 195 millones por cada camioneta, tota­lizando G. 2.535 millones. Es decir, el MOPC comprará camionetas que por unidad cuestan G. 20 millones más respecto a las ofrecidas por Reimpex.

Vale señalar que por las espe­cificaciones técnicas del pliego de bases y condicio­nes, el llamado inicialmente estaba dirigido a camione­tas de una marca específica comercializada en el mer­cado, pero tras protestas de los oferentes las especi­ficaciones se redujeron. Sin embargo, el precio referen­cial no fue modificado.

En su protesta, Reimpex expone esta situación y señala que el precio esti­mado por la convocante era bastante alto.

La cartera de Obras fijó el precio de G. 310 millones por cada rodado y todos los oferentes estuvieron con sus precios muy por debajo de ese estimativo. Cuando el precio ofertado es 30% más bajo que el referencial se debe pedir al oferente la composición de su precio, según establece la Dirección de Contrataciones Públicas.

De acuerdo al MOPC, Reim­pex presentó un precio irri­sorio y “no demostró la sol­vencia que se pretende en la adquisición de camione­tas 4x4 doble cabina, diésel intercooler rail (…)”.

Desde la Dirección de Comunicación del minis­terio señalaron además que “se optó por un bien que tiene mayor solvencia y durabilidad en el tiempo” y por eso dejaron fuera de competencia a la indus­tria nacional. Lo señalado subestima la calidad de los vehículos ensamblados en el Paraguay.

Estas expresiones no caye­ron bien en la empresa porque representan a una prestigiosa firma internacional en el país y deben cuidar la marca. Los directivos no descartaron accionar penalmente.

Samaniego habló de alta tec­nología incorporada en su planta y una inversión de más de US$ 12 millones.

“Sucede que cuando vos estás por debajo del 30% referen­cial, hay y existe una facul­tad discrecional del comité evaluador; ellos están en una zona gris donde pueden decir que sí o que no, pero también tienen que fundamentar su decisión. Pero, a partir de ahí, cruzando un límite al decirte que tu producto es de mayor o menor calidad que otro, esa ya es una cues­tión técnica científica la cual tenés que explicar por qué decís que este producto es de mayor calidad que el otro (…). Es imposible justificar que uno es de mayor calidad que el otro sin tener un aná­lisis o un estudio científico técnico detrás. Vos ahí ya le estás dañando la imagen a una empresa y más todavía nacional y viniendo desde el Gobierno otra vez es una ver­güenza”, manifestó Adrián Samaniego, representante legal de Reimpex.

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