Para el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, no hubo golpe de Estado en Bolivia porque su presi­dente Evo Morales renun­ció al cargo. Manifestó que decidió poner a disposición el Paraguay para recibir como un ciudadano asilado a Morales por el momento coyuntural que se vive en el vecino país y para contri­buir a la paz de ese pueblo.

“Si él renunció, no es golpe de Estado”, expresó el jefe de Estado ayer en las afueras del Palacio de Gobierno, donde se lanzó el proyecto Cuadras Deportivas y entregó subsi­dio habitacional a poblado­res de Asunción. También señaló que aún no habló con el ex mandatario boliviano, quien tuvo que renunciar por presión de las Fuerzas Arma­das y de la policía de su país.

No obstante, sí explicó que dialogó el fin de semana con sus pares de la región, princi­palmente con el de Argentina, el presidente electo Alberto Fernández. Fue para analizar la situación del país vecino. Contó que coincidieron en buscar contribuir a la pacifi­cación del pueblo boliviano. “Yo conversé el fin de semana con varios presidentes de la región, analizamos todas las posibilidades con el espíritu de pacificar Bolivia; dentro de ese análisis se habló de la posi­bilidad de que el ex presidente pueda solicitar asilo a la repú­blica del Paraguay”, acotó.

Aclaró que puso el país a dis­posición de Morales en el caso de que existiera un pedido de asilo al Paraguay, pero este aceptó la oferta de México. “No es que le ofrecimos o no (asilo), hablamos de la posibi­lidad y nosotros le manifes­tamos nuestra buena predis­posición; si se hubiese pedido oficialmente un asilo, se lo hubiese concedido”, refirió.

Añadió que “es por un momento coyuntural que se vive y todos los presiden­tes coincidimos en la impor­tancia de pacificar Bolivia y si la salida del ex presidente Morales contribuye a la paci­ficación de Bolivia, que haya una salida pacífica, democrá­tica, respetando las institu­ciones; bueno, coincidimos todos en la importancia de contribuir a la paz”. Abdo Benítez había manifestado el día anterior que una demo­cracia enferma en la región no beneficiaba a nadie.

La situación en Bolivia se da por una crisis política y social que se desató tras las elecciones retomadas el pasado 20 de octubre, luego de un estudio de la Organización de Estados Americanos (OEA) que habló de irregularidades en el anterior proceso.

El avión militar mexicano, que transportaba al ex presidente de Bolivia Evo Morales, aterrizó en la madrugada de ayer en el aero­puerto Silvio Pettirossi, de la ciudad de Luque, para reabaste­cerse (combustible y alimentos). Morales iba rumbo a México, donde solicitó asilo político, lo que fue concedido por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El aterrizaje fue cerca de las 1:30, pero tres horas después retomó vuelo rumbo a México, donde llegó a las 14:00, hora paraguaya. El canciller Antonio Rivas Palacios explicó que México ofreció asilo a Morales. El boliviano no bajó del avión.

El titular de la Dinac, Édgar Melgarejo, aclaró ayer a Ñandutí que los camiones de caudales vistos en el aeropuerto cerca del avión de México no tienen ninguna relación.

“Varias veces al día operan estos camiones; tienen un protocolo de seguridad y de los militares”, manifestó Melgarejo.

“Creo que Paraguay es el único país en donde estamos manteniendo una tranquili­dad dentro de la región y nuestro trabajo y nuestros esfuerzos se van a dedicar a que esto no ocurra porque eso va a ser lamentable para cual­quier país del mundo, somos conscientes de que tenemos que hacer lo que se tenga que hacer para mejorar la calidad de vida del pueblo”, declaró ayer el vicepresidente de la República, Hugo Velázquez.

Comentó que “el problema –que desató la crisis– es cuando uno quiere sabotear la voluntad popular, esa fue la sensación que hubo en Bolivia, el no, o el intentar manipular elecciones en esta época ya ven cómo el pueblo, y en cualquier lugar del mundo, está reaccio­nando. El pueblo quiere que se respete su voluntad”, mencionó.

Velázquez dijo que no tenía conocimiento de que Evo Morales aterrizó en el aeropuerto internacional de Luque para un rea­bastecimiento.